· 7: El eclipse ·

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SEVDA


Suspiro al encontrarme en el pasillo a Belinda con solo una camiseta, el escalofrío que eso me produce a ella le hace gracia, porque su sonrisa se agranda al verme.

—Buenos días —me saluda.

En cambio yo no la contesto, no estoy como para aguantar más falsedades. Hoy no aguanto tonterías.

—Será mejor que pases página querida —Me dice mientras mira sus uñas con superioridad. Ya cabreada le pregunto que a qué se refiere—. A mi novio. Pasa página, ¿no ves que no te quiere? Me quiere a mí Sevda.

Sus palabras se me clavan como puñales. Porque yo ya sé que no soy correspondida, no hace falta que su novia me lo diga. Soy consciente de eso.

—Solo somos amigos. No siento nada por él —digo autoconvenciendome a mi misma.

—Ah vale, ¿entonces no te importará que te diga lo bien que folla no?

—Claro que no —trago saliva con fuerza—. Me alegro por tí.

***

Subo la música al máximo mientras ando por las calles de Madrid. Hoy es un día apagado, el sol se esconde tras las nubes y el cielo amenaza con tormenta.

Y en este momento me siento como el tiempo. Siento que Belinda me eclipsa, hace que tenga ganas de estallar y gritar todo lo que siento y pienso. La diferencia entre el cielo y entre mí es que cuando la tormenta acaba, el sol vuelve y nace el arcoiris. Pero si yo hago que llueva, el sol nunca más aparecerá, y aparecerán más relámpagos, en vez del arcoiris.

Porque muchas veces lo mejor es guardar lo que sentimos y esperar a que sea el mejor momento para soltarlo. Y en demasiadas ocasiones nunca es un buen momento, y lo que sentimos acaba convirtiéndose en cenizas que nunca nadie sabe que han existido.

Y en eso consiste vivir, en unas veces estar calientes al lado del fuego y otras acabar quemándose dentro. Siempre hay dos posibles escenarios, disfrutar del calorcito, o quemarse con el fuego.

Yo me arriesgué, y me quemé. Y no quiero volver a pasar por eso. No quiero ser destruida de nuevo por la misma persona que en su día no quiso salvarme.

Pero duele, duele arriesgar y fallar, aunque también no arriesgarse. Porque si no te arriesgas ya estás perdiendo. De las dos formas pierdo.

Todo el mundo podría pensar que eso es lo peor, pero eso no es lo que más daño me ha hecho. Lo que más me ha herido ha sido saber que: o Kyle me mintió, o la quiere de verdad.

Porque de mi cabeza no se va ese día de la fiesta, cuando al subir a las habitaciones él me dijo que no era como el resto. Que él no se acuesta con cualquiera. Que no caería en las garras de Belinda. Pero lo ha hecho. Y eso me lleva a dos opciones:

Es un mentiroso y sí es como el resto, se acuesta con todas sin importarle los sentimientos.

Realmente quiere a Belinda y por eso se ha acostado con ella.

Y no sé qué prefiero, que me mienta o que la quiera y fuera verdad lo que me dijo.

—¡Mira por donde vas! —al chocar con una persona los cascos se me caen de golpe.

—Lo... lo siento —miro al hombre con el que me he dado con los ojos llorosos y su única respuesta es una mirada de desaprobación.

Mi mente está tan fuera de Madrid que no puedo seguir andando. Ni siquiera sé a dónde estoy, he ido caminando sin rumbo. Y sin siquiera ser consciente de lo que me rodeaba.

Solo 20 días (COMPLETO)Where stories live. Discover now