· 21: Directa al grano ·

8 1 0
                                    

SEVDA


Suspiro y cierro la puerta tras de mí. Me duele fallar así a Kyle, pero tengo que hacerlo. No puedo seguir con esta incertidumbre, debo acabar con esto de una vez.

Cuando llego a mi destino, toco el timbre con duda. Hago mal, y ya me lo dejó muy claro Miriam.


Anoche

Al segundo toque mi amiga coge el teléfono. Tras asegurarle una y otra vez que todo va bien, por fin me deja hablar.

—Necesito un favor —suelto sin rodeos.

—Si no es difícil —ella se ríe. Aunque deja de hacerlo al ser consciente de que a mí no me hace gracia. Lo que le voy a pedir me cuesta hacerlo, no estoy para tomármelo a risa.

—Mañana he quedado con una persona. Pero necesito que si alguien te pregunta digas que estoy contigo.

—¿Quién me va a preguntar? —contesta con nerviosismo.

—Kyle... —susurro con miedo a su respuesta.

—No, no le mientas. ¿Por qué no le dices la verdad? ¿Con quién has quedado?

Suspiro mirando rápidamente hacia la puerta para asegurarme de que no viene. Cuando corroboro que estoy sola, se lo digo. Al decir su nombre ella estalla.

—No, no y no —repite enfadada—, me niego Sevda. No pienso ayudarte a ocultarlo. Los dos sois mis amigos, pero como me pregunte no le mentiré. No se lo merece...

***

Y tras eso me colgó. Pero entiendo su situación, somos como sus mejores amigos, y comprendo que no quiera mentirle, no con él.

La puerta se abre y me recibe con una sonrisa de superioridad, como si hubiese ganado esta batalla. Una guerra que ni siquiera existía, o que yo no conocía. Le observo insegura de haber venido, toda la confianza que tenía en él la he perdido.

—Vayamos a la planta baja a tomar algo.

Me quedo en la entrada mirando su casa. Es un chalé enorme, mucho más grande de lo normal. La escalera es eterna, tiene forma de espiral, y no termina en la siguiente planta, sigue hacia otro piso, lo que se convierte en cuatro. El principal, el inferior y los dos superiores. ¿Cuánto dinero tiene?

—Sevda —me llama desde abajo para que le siga.

Bajo observando absolutamente todo, las paredes tienen marcas, pero no hay nada colgado. Ni un solo cuadro las adorna. El miedo me invade y un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Entro con rapidez en whatsapp para enviarle la ubicación a mi amiga, pero la rueda de cargando no desaparece. Opto por escribirla, y al enviarla se queda el reloj.

No se envía.

Al llegar a su lado me siento en la esquina del sofá, lo más lejos posible de él. El corazón me va a mil, no sé si por estar aquí, por mentir a mi novio, o por lo que he venido. No sé cómo decirle luego a Kyle dónde he estado, ni cómo se lo tomará. Pero yo creo que entenderá que lo necesitaba, para mí es importante averiguar la verdad.

***

Todavía recuerdo a la perfección la primera semana viviendo juntos. Íbamos continuamente por separado. Ni siquiera salíamos juntos hacia la universidad. Actuábamos de compañeros de piso que apenas se conocen. Cuando en realidad nos veíamos a todas horas, primero en casa y luego en clase.

Eso cambió cuando un día me senté en el salón a hacer maratón de mi serie favorita. Él salía de su habitación que había quedado con unos amigos y al pasar por al lado del sofá se quedó mirando la pantalla con atención. Tras unos pocos minutos observando la serie, se sentó a mi lado. Al averiguar cuál era se quedó sorprendido. Había oído hablar de ella, pero no se la imaginaba así. Y al contrario de la mayoría de personas, se había llevado una buenísima impresión.

Yo, ilusionada de que por fin alguien se interesara en la serie, le puse el primer capítulo. Le gustó tanto que decidió dejar plantados a sus amigos y quedarse conmigo a verla. Esa tarde hicimos palomitas, y nos quedamos horas sentados frente al televisor riendo sin parar. Ese fue nuestro primer acercamiento más extenso.

A partir de ese día coincidimos en el desayuno y el resto de comidas. En esos momentos hablábamos de nuestros gustos. Además, cada vez que yo veía algo en el salón y a él le gustaba se quedaba conmigo. Desde entonces cogimos la costumbre de ver la tele juntos. Pero luego al llegar a la universidad cada uno iba por su lado, ya que no compartíamos amistades.

Después establecimos el día de The Big Bang Theory. También empezamos a limpiar, cocinar, comer juntos. Como Miriam venía mucho a casa, ya fuera para hacer trabajos o para pasar las tardes, se acabaron juntando más. Ambos se caían bien, y cada vez que ella venía, Kyle estaba incluido en el plan. Al tiempo se fue juntando más con nosotras y alejando de los otros. Íbamos de fiesta y estudiábamos los tres juntos. Nos convertimos en un pack. Si uno estaba invitado a una cena, invitaban a los otros dos. Y ya ni te cuento cuando se metían con uno de nosotros, ahí estaban los otros para dar la cara. Aunque siendo sinceros, eso solo ha pasado una vez. No somos de meternos en líos ninguno de los tres.

Kyle y yo pasamos de ni siquiera darnos los buenos días a ir y volver juntos, bailar y cantar a pleno pulmón, trasnochar viendo series y películas... Incluso nos planteamos adoptar una mascota juntos. Pero la idea se fue cuando me enteré de que Kyle se iría al terminar el curso. Igual que todo se fue en ese momento.

Todas mis ilusiones se fueron por el desagüe al enterarme de esa noticia. Al principio me dio pena por perder un buen amigo. Luego se acabó convirtiendo en dolor, de saber que se iría sin saber que estaba enamorada de él. 

Sonará a cliché, pero me he enamorado de mi compañero de piso, aunque en esta historia no es un chulo matón. Ni tengo que hacerle cambiar porque es mujeriego. Cosa que nunca he entendido de los libros y películas. Te has enamorado de un mujeriego sabiendo que lo era, ¿por qué entonces te molesta que lo sea? Es decir, cuando le conociste sabías cómo era, y aún así te pillaste por esa persona, entonces, ¿por qué lo quieres cambiar? Cuando te enamoras de una persona lo haces de toda esa persona por completo, con sus virtudes y defectos.

—¡Sevda! —me saca de mi ensoñación con un golpe en el brazo —, ¿de qué querías hablar?

Lo miro con atención. No sé si ir directa al grano o dar vueltas hasta preguntarle lo que necesito saber. Pero es que, haga como lo haga, se va a dar cuenta de lo que insinúo. Así que opto por la mejor opción: directa al grano. Me acerco a él con cuidado y...

***
AYYYY LA QUE SE VA A LIAAAR 😱😱

Solo 20 días (COMPLETO)Where stories live. Discover now