Capítulo 28

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Miro su celular por cuarta vez, ya habían pasado algunos días, dos semanas para ser exactos desde que le había dicho a Jimin que estaba planeando la mejor de las citas, eso lo tenía bastante frustrado porque simplemente no podía planear algo simple. Pero, él no era así, no quería darle esas citas comunes dónde iban a cenar y luego un montón de cosas estupidas que para él ya era bastante común, si quería llevarlo a cenar, pero quería que fuera algo extraordinario.

Seguido de pedir ayuda a Google que la verdad no lo había ayudado en nada, decidió ir con su más fiel amigo que para él, era la persona más romántica que conocía.

– Oye, Sara – oprimio el botón para que la asistente se comunique con su mano derecha – por favor dile a Jungkook que lo necesito en mi oficina.

– Como ordene, señor.

Después de eso, tardo unos cuantos minutos cuando Jungkook ya estaba entrando a su oficina, su porte era impecable como siempre.

– ¿Que desea, jefe? – le dijo en broma – ¿A qué se debe que me llame a esta hora? Se muy bien que siempre deseas verme, cariño. Pero tengo mucho trabajo que hacer – Namjoon rodo los ojos tras las palabras del pelinegro.

– Deja de bromear – dijo serio y señaló el sillón para que tomara asiento – necesito ayuda para conquistar a un Omega.

– Vaya, jamás pensé que necesitarás mi ayuda, según tu yo soy muy empalagoso con Yoongi y eso era algo que no te agradaba.

– Ustedes dos dan diabetes, es solo que necesito ayuda, es todo – Jungkook cruzo su pierna derecha poniendola encima de la otra.

– ¿Diabetes? ¿Cómo dices eso? Mi gatito hermoso merece todo el amor de este mundo y yo como buen alfa se lo doy – Namjoon suspiro cansado – bien ¿Que tienes pensando para el Omega?

– No lo sé, no quiero lo típico de la cena en el restaurante o cosas así, quiero algo más – Jungkook asintió – ya sabes, como esa cita hasta con serenata que le diste a Yoongi, algo parecido o mejor.

– Bien – Jungkook se quedó pensando por unos momentos – puedes preparar tu mismo la cena, puedes rentar una terraza y decorarla tu mismo, con flores, velas o cosas así, puedes decir que a una hora específica hayan fuegos artificiales y preparar un hermoso ramo de flores que lo hagan delirar o incluso componer una canción eres muy bueno en eso – Jungkook siguió aconsejando hasta que Namjoon estuvo de acuerdo – ya sabes, si quieres que ese Omega de enamore de ti, deberías hacer todo eso.

– Muchas gracias, Kook.

– Para eso están los amigos – el pelinegro se levantó del asiento – con su permiso jefe, me retiro a seguir trabajando.

(...)

Y así fue como comenzó Namjoon con todos los preparativos, empezó decorando aquella terraza que hacía ver todo Seúl, empezando con inflar algunos globos en forma de corazón, después poniendo algunos pétalos de rosas por todo el lugar, algunas velas, luces, una gran manta donde habían cojines y una pequeña mesa en el centro para poner la cena que debía preparar. Con todo listo se dirigió a la casa de Jungkook para poder cocinar algunas cosas.

Poniendose manos a la obra, empezó por cocinar un delicioso gimbap, así que preparando todo con suma dedicación, cortando los vegetales, cocinando el arroz y por último hacerlo todo en forma de corazón, estaba listo.

– Y luego dices que el cursi soy yo – hablo Jungkook al ver lo bien que le había quedado el gimbap a Namjoon – al parecer ese Omega si va a enamorarse de ti.

– Buena suerte, Nam – apareció Yoongi tras la puerta, entrando a la cocina donde Jungkook lo agarro de la cintura para repartir pequeños besos en las mejillas del palido – espero que ese Omega sea el indicado.

– Si eres empalagoso, Jeon Jungkook – Jungkook gruño tras el comentario mientras seguía dándole besos al Omega y dando caricias cariñosas en su vientre – y muchas gracias, Yoongi. Estoy seguro que Jimin si es el indicado.

Con eso empezó a empacar su preparación para salir y dirigirse a comprar un buen vino para esta noche, eligiendo el San Filippo Brunello di Montalcino Le Lucére, un buen vino. Luego de eso se dirigió a la florería donde había encargado un ramo dónde alguna de ellas eran los tulipanes que representaban el amor, así mismo también eligió unos cuantos girasoles que expresaban cuánto admiraba al Omega, tampoco podían faltar las orquídeas que reflejaban el deseo exquisito que sentía por Jimin y las bellas gerberas que es la ternura y la alegría.

Ya con todo listo podía ir a casa donde se encontró con el Omega, que lo dejo sin aliento, vistiendo una bella camisa de botones blanca que dejaban ver sus exquisitas clavículas, un pantalón ajustado negro apreciando sus contorneadas piernas, con unos zapatos de tacón que lo hacían ver un poco más alto, su cabello rubio peinado hacia atrás, con un poco de sombras doradas en sus ojos y un bálsamo en los labios. Quería tanto besarlo, así que se acercó para besar una de sus mejillas.

– ¿Estás listo para tu gran cita?

– Claro que sí, alfa – tomo la mano del alfa para encaminarse hasta el auto.

Claro que al llegar a su destino Namjoon le había tapado sus ojos, guiandolo hasta la azotea donde ya tenía todo listo, dónde al quitar sus manos de los ojos del Omega este miro todo con asombro haciendo que sus ojos se volvieran llorosos.

– Oh, Nam – miraba todo con un brillo en sus ojos, su corazón latía a mil, jamás nadie le había hecho algo así – esto es hermoso.

– No tanto como tú – se acercó para guiarlo hasta la pequeña mesa – lo prepare para ti.

Jimin dió el primero bocado, gimiendo del gusto.

– Esto, está delicioso, Nam – siguió comiendo sirviéndose una copa de vino – ¿Lo hiciste para mí?

– Claro que sí – le sonrió mostrando sus hoyuelos – y eso no es todo, pero primero terminemos de comer.

Tras seguir comiendo, con risas y contando anécdotas. Namjoon decidió sacar el ramo de flores para entregárselo dandole el significado de cada flor haciendo llorar al Omega. Después puso la pista que había grabado para empezar a cantarle la canción que había compuesto para él.

– El universo se ha movido por nosotros – siguió cantando, convirtiendo al Omega en un par de lágrimas – Sin perder ni una sola cosa – se acercó a este – porque nuestra felicidad no había sido planeada – beso su frente – porque me amas – ahora beso su mejilla – y te amo – está vez fueron sus labios.

Siguió cantando hasta que aparecieron los juegos artificiales y al terminar Jimin se avalanzo hacia el en un abrazo.

– Oh, mi alfa – lo beso con ternura – eres un verdadero romántico, Nam.

– Solo por ti, mi bello Omega.

Se besaron, proclamando lo que ambos estaban sintiendo, haciendo felices a sus lobos.

(...)

El peli-gris temblaba de dolor en aquel piso de azulejos, su rostro estaba lleno de lágrimas tratando de calmar su dolor, mientras devolvía todo lo que tenía en su estómago. Solo quería que el dolor parará, no había podido dormir en días, había estado con ese insoportable dolor ¿Cómo tendría al bebé sin un alfa? Se sentía tan triste, tan miserable.
Su aroma estaba agrio, su piel estaba más pálida de lo normal, ya no se podía apreciar su piel canela, se veía bastante demacrado, bajo sus ojos adornaban unas grandes ojeras y estaban demasiado rojos por haber llorado los últimos días, ya no quería esto.

Su doctora dijo que esto era normal ya que no había alfa y había roto el lazo, así que los dolores seguirían por un tiempo.

– Por favor, ya no quiero sufrir más – intentaba comunicarse con su lobo – lo siento, pero también deberías entenderme tu a mi, por favor, quítame el dolor – siguió vomitando hasta que no pudo más – tendré al bebé, pero por favor no sigas con esto.

Era inútil, no podía comunicarse con su lobo, hasta que cayó inconsciente del dolor.

Pequeño Cachorro [NamMin]Where stories live. Discover now