Prólogo

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Me sentía confundida, dolida y cabreada. Pero sobretodo me sentía perdida, por momentos era como si me costase respirar, como si tuviese una piedra gigante oprimiendo mi pecho, como si me fuese imposible respirar correctamente desde que él se fue.

Odiaba el momento en el que entré en su driver room, odiaba haber aceptado el reto de Danny de llevarle al yate, odiaba haber ido a Grecia. Le odiaba a él por haberme hecho daño, y me odiaba aún más a mi misma por habérselo permitido.

Hoy era la primera vez desde hace un mes que le veía, le evité todo el día de ayer con la prensa, pero hoy no iba a poder, y no sabía cómo iba a sobrellevarlo.

-Vamos, Lay, relájate, estoy contigo -me recuerda Max mientras entramos al Paddock.

No respondo, no podía, mi mirada le buscaba por todas partes, pero mi cerebro intentaba disuadirme, sabía que era mala idea, que si lo veía mi corazón se rompería más, pero no podía evitarlo, me atraía como un imán, incluso después de todo sabía que si me miraba, me perdería de nuevo. Max pone un brazo sobre mis hombros, indicándome que estaba ahí, que no estaba sola, que tenía su apoyo.

Lo sabía, pero necesitaba más, le necesitaba a él. Y ya no le tenía.

Eso me quemaba por dentro. El hecho de no poder buscarle, de no poder hablar con él, porque sabía que si lo hacía lo pasaría peor, sabía que si lo hacía mi corazón creería que podríamos volver a estar juntos, y no era así.

Y no podía permitirme volver a pasar por todo eso.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now