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Desde ese día, los chicos se fueron turnando para dormir conmigo, hasta cuando llegamos a Japón para el siguiente GP. Venían todas las noches, y si no se quedaban todos, o casi todos, se dividían.

Mi relación con Carlos iba genial, no hablamos nunca de aquella noche en el yate, en parte porque él no la recordaba, pero aún así pasabamos mucho tiempo juntos.

Hoy le tocaba quedarse conmigo, y aunque me hacía sentirme mal hacer que se quedasen conmigo para poder dormir, siempre me aseguraban que estaba bien, que no les importaba, que ellos sólo querían que yo estuviese bien.

Terminamos de cenar y nos tumbamos en la cama, en dos días empezaban las prácticas, y eso me tenía estresada. Apago las luces mientras el chico busca algo en la tele, tras lavarme los dientes y demás, me tumbo junto a él, cubriendo mi cuerpo con la colcha.

Noto como me mira, y yo me giro, encontrándome sus ojos chocolate mirandome, escaneando cada centímetro de mi rostro.

-Gracias por quedarte -él niega acariciando mi mejilla.

-No es nada, me alegra que puedas dormir -sus dedos acarician con suavidad mis ojeras, iban disminuyendo, pero aún se notaban, como si me hubiesen pegado un puñetazo en ambos ojos. Suelto un suspiro y cierro los ojos, disfrutando de su suave tacto-. Siento mucho todo lo que has tenido que pasar.

-No lo hagas, no fue culpa tuya, debí dejarle cuando empezó a maltratarme, pero era difícil, mucho -abro los ojos, volviendo a perderme en la marea chocolate que me observaba-. Creo que voy a dormir, descansa Sainz.

Dejo un beso en su mandíbula y me tumbo junto a él, abrazándome a mí misma mientras él da suaves caricias en mi brazo. Se tumba junto a mí besando cortamente mi hombro y me envuelve en sus brazos.

Al despertar, estaba empezando a salir el sol, me giro mirando al chico, dormía tranquilamente, sus largas pestañas acariaban sus pómulos, sus labios estaban entreabiertos soltando una pequeña cantidad de aire, y su pelo estaba totalmente revuelto.

Sonrío con ternura antes de apartar un mechón de pelo de su ojo, y volver a acurrucarme contra su pecho. Volviendo a quedar dormida.

La carrera pasó, y de nuevo, estaba buscando cabreada a Carlos después del podio y demás. Había quedado segunda, pero el chico se aseguró de que no le pudiese remontar. Abro la puerta de su driver room con brusquedad, escuchando como se estampa con la pared antes de cerrarse de un portazo.

El chico, que estaba echado en su cama sin camiseta y con pantalón corto se levanta de un brinco mirandome.

-Es sorprendente, Sainz, arreglamos todo, estamos genial unos meses, ¿y jodes así la carrera?

Me sacó de pista en la penúltima vuelta, por suerte tenía distancia con Charles que iba tercero, y pude mantener la segunda posición.

-No fue intencionado, Norris -asegura mirándome.

-No, claro que no, porque el jodido Carlos Sainz nunca hace nada de forma intencionada, ¿sabes qué? Que te jodan -le iba a empujar, pero agarra mis muñecas y me pega a la pared.

-Calmate, Norris -me advierte, sujetando aún mis muñecas a un lado de mi cabeza.

-¿O qué? -pregunto cabreada, acercándome a su cara.

No me deja ni reaccionar cuando sus labios se encuentran con los míos con furia y dominancia, estaba cabreada, muchísimo, así que devuelvo el beso con brusquedad. Muerdo su labio inferior sacándole un jadeo antes de que nuestras lenguas empiecen a luchar.

Sus manos sueltan las mías, y las baja hasta el borde de mi camisa, la levanta y la lanza al suelo separándose de mi boca, deja mis labios ardiendo, observando mi pecho, su pelo estaba completamente revuelto, y sus labios rojos estaban hinchados.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now