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La noche siguiente, la del miércoles, nos llevaron a una fiesta. La verdad, no tenía muchas ganas, pero eran insistentes, y Charles y Pierre querían ir.

Agarro un vestido de seda negro pegado, de tirantes cruzados por la espalda y salgo del baño, Pierre se acerca besando mi mejilla y me tiende su brazo, Charles ya había salido.

Bajamos y nos encontramos con el resto para poner rumbo al pub. Ahora que lo pensaba, me vendrían bien unas cuantas botellas para sobrevivir esta carrera, mañana era el paseo por el paddock, el estudio de estrategias y todo ese rollo.

Subo al coche de Carlos junto a mi hermano, Pierre se marchó con Charles, Mick y Max, y no tardamos más de media hora en llegar. Bajo de un salto recibiendo la mano del francés, y entramos al pub iluminado en morado, nos acercamos a los chicos que estaban ya con las bebidas y empezamos la fiesta.

Llevábamos ya unas dos horas, dos horas en las que no me separé de Charles, Pierre, Lando ni Max, al menos no hasta que vuelvo a la barra por otra bebida. Apoyo mi abdomen en el borde, acercándome al chico para que me escuche, y no tarda mucho en tenderme mi bebida.

Le doy las gracias con una sonrisa cuando un olor mentolado mezclado con colonia cara llega a mi nariz, y entonces maldigo internamente. Su fuerte brazo se roza con el mío, agarrando el vaso que le tiende el chico.

-¿Ya te has cansado de tú novio? -pregunta mirándome con un deje de burla en sus ojos. Ruedo los ojos alejándome de él, pero su mano envuelve mi muñeca, pegándome a su pecho.

-¿Qué creés qué haces, Sainz? -pregunto, antes de beberme el contenido de mi vaso de un trago. Su mirada me escanea de arriba abajo antes de humedecerse los labios con la lengua, mi cuerpo arde ante su mirada.

-Bonito vestido, Norris -se acerca a mi oído, paralizandome por completo-. Pero quedaría mejor en el suelo de mi cuarto.

Su nariz roza mi mejilla, antes de dar un beso en esta con los labios húmedos, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, y eso le saca una risa. Su pecho se pega a mi espalda, y sus manos acaban sobre mi abdomen, cortandome la respiración cuando siento su erección en mi espalda baja.

-A la mierda -murmuro, me giro agarrando su cara entre mis manos, y antes de poder arrepentirme junto nuestros labios en un beso lleno de deseo.

Mis brazos se enredan en su cuello, mientras sus manos vagan por mi cuerpo, deja una sobre mi culo aparentando mi nalga, y la otra acaba en mi cuello, acariciando con su pulgar mi mandíbula. Mi mente queda completamente en blanco cuando nuestras lenguas se encuentran, y suelta un jadeo cuando mis dientes agarran su labio inferior.

Agarra mi mano y me saca casi corriendo de la discoteca, su coche estaba fuera, subimos y tras conducir unos minutos, aparca en un callejón tras asegurarse de que no hay cámaras.

Desabrocha su cinturón y el mío antes de volver a juntar nuestros labios, su mano se enreda en mi pelo, sacándome un suspiro. Me sube sobre él soltando una risilla cuando chocamos con el volante. Su erección roza mi abdomen y yo me remuevo, bajando mis besos por su mandíbula y cuello.

Me levanto y me paso a los asientos de atrás, cosa que él no duda en imitar, vuelve a subirme sobre él perdiendo sus manos en mi espalda, mis manos se pierden en su abdomen, acariciándolo con mis fríos dedos, notando como se tensa. Desabrocho los botones de su camisa con rapidez, tomándome un momento para observarle, estaba buenísimo.

Sus manos se cuelan debajo de mi vestido y me lo saca lanzándolo junto a su camisa, sus ojos me observan oscurecidos, y eso me hace sentirme como una jodida diosa. Sus labios rozan mi clavícula, haciendo que mis dedos se enreden en su pelo, no llevaba sujetador y eso le sacó una sonrisa, sus besos bajan a mi pecho haciendo que eche la cabeza hacía atrás, disfrutando de sus labios expertos.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now