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Desperté viendo a Max darme una gran sonrisa, la mesa frente a nosotros estaba llena de comida, el chico me tiende la mano para incorporarme. Nos quedamos dormidos en el sofá, y aún no entendía como el chico se levantó sin despertarme.

Beso su mejilla antes de ir al baño, desenchufo mi móvil y tras lavarme la cara regreso con Max, quien estaba bebiendo tranquilamente de su café mientras observa las vistas.

Me siento junto a él tomando el croissant que me tiende el ojiazul, doy un mordisco antes de apoyar mi espalda en el respaldo del sofá y estirarme. Según había visto eran cerca de las diez, pero seguía con sueño.

-Los chicos han dicho de salir hoy a dar una vuelta, quizá ir a la playa o algún lado -me informa Max.

-Por mí vale, necesitamos despejarnos un poco -asiente y agarra mi mano.

-Si Carlos se te acerca le lanzo al mar solo con que me mires -suelto una risa ante su ocurrencia-. Lo digo enserio, Layla.

-De acuerdo, yo sujeto a mi hermano para que no te ahoge -el chico sonríe, acariciando mi mano.

Desayunamos en silencio, disfrutando de nuestra compañía y de las increíbles vistas de la suite. Mientras Max se cambia en el baño, yo rebusco en el armario la ropa para hoy. Me pongo un pantalón largo ancho de color blanco, un top y un blazer todo del mismo color.

Max no tarda en salir con un pantalón corto blanco y una camiseta blanca a medio abrochar. Agarro la tarjeta de la habitación y salimos, su brazo iba apoyado en mis hombros todo el rato hasta que nos reunimos con los chicos en la puerta del hotel.

Hacemos una carrera hasta la playa y nos dejamos caer en la orilla enterrando los pies en el agua, estaba sentada sobre las piernas de Max mientras este me trenzaba el pelo que ya había crecido y me llegaba unos centímetros más abajo de los hombros.

-Layla -giro mi cabeza para ver a Charles-. ¿Tú que opinas?

-¿Santorini? Por mí bien, además tenemos que hacer más viajes juntos.

-Genial, voy a ir mirando el hotel -mi hermano saca su móvil para reservar y Lewis que ya había ido, le ayuda a escoger.

Noto una mirada en mi nuca, me giro encontrándome de lleno con sus ojos marrones, cómo no, había sido su idea. Aparto la vista volviendo a mi conversación con Charles, Pierre y Max.

-¿Otro viaje? ¿Con avión privado? No sé como seguimos teniendo dinero -me levanto lanzándome a los brazos de Daniel-. Hola mini Norris, yo también te he echado de menos.

Le escucho reír, su mentón estaba apoyado en la cabeza y sus brazos me sujetaban con fuerza, aferrándome contra él. No vino con nosotros a Arabia Saudí porque tenía que hablar unas cosas con su equipo.

-¿Te vienes a Santorini? -pregunto cuando nos separamos.

-Si me invitas así claro -me da una gran sonrisa característica de él y se sienta junto a nosotros tras saludar a los chicos-. Así que, Santorini una semana, parece un buen plan.

-¿Como llevas el correr en casa en nada? Sé que puede ser estresante, querer ganar dónde has crecido -pregunta Max, terminando de hacerme la trenza de nuevo, me quito el blazer ya que empezaba a hacer calor y lo coloco sobre mis piernas.

-Pues, espero ganar evidentemente, y si no, al menos quedar en podio.

-Seguro que sí, Danny.

El chico se levanta, me agarra en brazos levantándome de los brazos de Max y entra al mar, a pesar de mis quejas, me lanza, haciendo que me hunda en el agua, que por suerte, no estaba fría.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now