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Después de la primera práctica en la que quedé quinta, decidí dar una vuelta por el Paddock para intentar despejarme y terminé comiendo con Lewis, Seb, Danny, Max y George. Fue una comida bastante silenciosa, todos estábamos sumidos en nuestras cosas, principalmente en la siguiente práctica.

Hoy no era nuestro mejor día.

Nos deseamos suerte y regresamos a nuestras instalaciones, Max estaba contándome algo, pero dejé de prestarle atención en el momento en que mi hermano pasó por delante nuestro. Me miró por un instante antes de seguir su camino y joder, eso había dolido. No tenía claro si debía ir a disculparme o no, sé lo difícil que puede llegar a ser mi hermano, y no soportaría que me dijese algo hiriente por el enfado.

Pero esto no me gustaba. Nunca nos habíamos ignorado por tanto tiempo, daba igual el enfado, siempre acabábamos hablando antes de acabar el día. Por eso no entendía que había cambiado ahora.

Debía solucionarlo.

-¿Qué dices? -miro a mi compañero con confusión-. Oh. Decía de ir a cenar esta noche.

-Sí, claro -le doy una sonrisa y asiente no muy convencido.

-He pensado que podríamos llevar también a Seb, Lewis, George, Danny, Alex y Pierre. Les hará bien salir, y les gustará el restaurante.

-Claro, ¿les avisas tú? Tengo que hacer una parada antes de regresar al hotel.

Antes de poder responder nos avisan para regresar a nuestros coches, nos colocamos bien el traje y tras ponernos el casco subimos revisando las estrategias antes de salir al circuito.

Acabé quinta de nuevo, sí, no era mi día, pero tampoco me voy a autocompadecer, todos tenemos mejores y peores días, unas prácticas no me iban a quitar el título.

Nada más acabar fui a comprar palomitas, patatas y Coca-Cola. Danny me había dado la llave de la habitación de mi hermano así que tenía que darme prisa, aunque Lando no era especialmente rápido.

Entré, coloqué todo sobre la cama y dejé puesta una película pausada, nuestra favorita cuando estábamos mal, también llamé al servicio de habitaciones para que le subiesen pasta para la cena. Al salir le devolví la llave a Danny que estaba fuera esperándome y este bajó a recepción para decirle a mi hermano que debía haberse confundido de llave.

Pasé la tarde en el gimnasio entrenando y luego de una ducha bajé al garaje donde me encontré con mi grupo de amigos para ir a cenar. Acabamos pronto la salida ya que debíamos descansar para el día de mañana, al llegar a la habitación revisé mi móvil, esperando encontrar un mensaje de mi hermano, pero las únicas notificaciones que tenía eran del equipo, instagram, tiktok y twitter.

A la mañana siguiente, después de la tercera práctica en la que quedé cuarta, no me encontraba muy bien, por lo que decidí descansar en mi driver room hasta la qualy.

No habían pasado más de veinte minutos cuando llamaron a mi puerta, indiqué que pasaran encontrándome el pelo rubio de mi compañero cruzando por mi habitación hasta sentarse a mi lado.

-¿Estás bien?

-Sí, solo necesitaba descansar un poco -acerca su mano a mi frente tratando de averiguar si tenía fiebre-. Estoy un poco mareada, pero me pondré bien.

-¿Se lo has dicho a Christian?

-Me ha dicho que corra la qualy, no tenemos piloto de reserva y me ha dado esto -señalo un vaso con una infusión con mucho azúcar-. Según él eso me hará sentir mejor. Está asqueroso.

-Ah sí, la infusión de Christian -agarra el vaso y lo vacía en el lavabo-. Ven, un paseo te vendrá bien.

Agarra mis manos y me levanta enganchando su brazo en mi cintura para ayudarme a mantener el equilibrio. Damos una vuelta por el Paddock evitando a los fans, no me encontraba bien y no me apetecía vomitar o desmayarme enfrente de nadie.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt