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Desperté de madrugada con Desdentao roncando junto a mi y Max abrazándome. No pude conciliar el sueño de nuevo, así que proveché para leer cuando empezó a salir el sol, no quería despertar a Max encendiendo la luz.

Por la mañana, Max pidió el desayuno, e insistió en darle él un paseo a Desdentao para que yo descansara.

Cuando el rubio estaba por irse, me levanté al acordarme de que hacía falta más pienso para Desdentao.

-¿Puedes comprar pienso? Le queda poco.

-Claro, ¿necesitas algo más?

Me quedo pensando un momento.

-Solo eso, y unas patatas y pepinillos, por favor -me da una sonrisa y asiente-. Gracias Max.

Besa mi mejilla y se marcha con Desdentao, momento exacto en el que mi vista se encuentra con la de Carlos, vaya, había venido antes, me regala una sonrisa forzada antes de volver su vista al frente.

Max no tardó mucho en regresar, decidimos ir a comer a la playa con Desdentao, era un trayecto de una media hora hasta la Barceloneta, pero valió la pena.

Comimos en la orilla de la playa, nos habíamos decidido por pescado y patatas a lo pobre, habíamos pedido también un plato de plástico con carne picada para Desdentao, que se lo comió todo en un segundo.

Estábamos tumbados tomando el sol después de darnos un baño cuando me suena el móvil, me planteé no responder pero eran insistentes. Me siento agarrando el móvil y veo que me llamaba Danny.

-¿Todo bien? -Max se apoya sobre su codo colocando su mano en mi espalda.

-No lo sé -me relajo con sus caricias y respondo-. ¿Danny?

-Lay, hola -me saluda, pero había algo en su tono que no me gustaba.

-¿Qué pasa?

-Es Lando, no está bien -me quedo un momento en silencio, da igual que aún no esté lista, es mi hermano-. Se acaba de quedar dormido, estamos llegando al hotel, ¿puedes venir?

-Estoy allí en nada -miro a Max acomodándome las gafas de sol-. Tenemos que volver.

Asiente sin hacer preguntas y tras recoger nuestras cosas ponemos rumbo al hotel. Max me acompaña a mi habitación y me sonríe.

-Yo me quedo con Desdentao, ve -beso su mejilla y voy a la habitación que Danny me había mandado. Nada más llegar el australiano abre la puerta.

-Está en la cama, no sabía que hacer y...

-Está bien, gracias Danny -le abrazo antes de que salga dejándonos solos. Tomo aire antes de abrir la puerta del dormitorio, me fijo en la cama y veo una bola bajo la colcha-. ¿Lan?

Me siento en el borde de la cama y abro la parte de arriba. Estaba encogido con las piernas contra el pecho.

-Lo siento -murmura sentándose-, sé que no soy el mejor hermano, siempre la estoy cagando.

Agarro su cara y limpio con mis dedos los restos de lágrimas antes de abrazarle.

-Tenemos nuestros problemas -admito-, pero no hay un hermano mejor. ¿Quieres contarme qué ha pasado?

Pregunto cuando ya se ha calmado. Le escucho suspirar y me acomodo junto a él.

-Tenía miedo, no quería perderte, nunca habíamos pasado tanto tiempo sin hablar y pensé que esta vez lo había fastidiado del todo.

-No fuiste muy inteligente -agarro su mano y me trago todo mi dolor-. Pero nunca podría alejarme de tí. Solo no vuelvas a hacer algo así, por favor, ambos estuvimos mal, pero somos hermanos, Lan, te necesito conmigo.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now