9

2.6K 124 54
                                    

Después de la primera semana, los chicos se empezaron a marchar, quedando al final solo Charles, Max, Lando, Carlos, Daniel y yo. Hoy habían decidio salir a dar una vuelta, pero a mi no me apetecía, estaba en mi tercer día con la regla, y lo que menos quería era ir andando a ningún lado.

Bajo a prepararme un té caliente, aunque en esta época no me gustase porque era demasiado calor, me ayudaba con los cólicos. Acababa de encender la tetera cuando una voz detrás de mí me saluda, haciendo que de un respingo.

-Joder, Sainz, casi me matas de un susto -me quejo llevándome la mano al pecho-. ¿No vas con los chicos?

Niega sentándose en la isla mientras me observa con curiosidad.

-No me apetecía, y no me fio de dejarte sola en la casa, ¿qué pasa si entran a robar?

-Lo primero, es mi casa, lo segundo, hay un montón de cuchillos y sé defensa personal, por si no te diste cuenta en los años anteriores.

-Creeme, lo sé -hace una mueca, supongo, recordando alguna de nuestras peleas-. ¿Quieres que te compre algo? ¿Chocolate, chuches...?

-No hace falta -respondo con una sonrisa-. Pero, ¿podrías ir a la despensa a por el chocolate?

-Claro, ahora vuelvo.

Me da una sonrisa y se pierde por la puerta del pasillo, entrando a la despensa, echo algo de leche en mi té para enfriarlo un poco y me siento en el sofá disfrutando del calor en mis dedos. Carlos no tarda en llegar con una tableta de chocolate en la mano, me la tiende y se sienta junto a mí.

Sin decir nada, agarra mis piernas y las pone sobre las suyas estirandolas, agarra un saco blanco y me lo pone en el abdomen, estaba caliente, y me calma los cólicos al instante.

-Siempre le hacía esto a mi hermana, le ayudaba -me explica, sacándome una pequeña sonrisa.

Lando solía hacer lo mismo, se pasaba los días que más me dolía tumbado en la cama junto a mí, abrazándome y viendo películas malas.

-Gracias -digo con sinceridad, él asiente restándole importancia y pone la televisión mientras acaricia mis piernas-. Uh, pon esa.

Pone la primera de Taxi, una francesa de comedia que a Lando y a mí nos encantaban. Al cabo de una hora apenas me dolía. Dejo el vaso vacío en el suelo mordiendo una onza del chocolate.

Veo al chico, que tenía la vista fija en la película y parto un trozo, tendiendoselo. Me mira y me da una pequeña sonrisa antes de agarrarlo y darle un mordisco. Acabamos la película y me levanto, haciendo que Carlos me mire con confusión.

-¿Estás bien?

-Sí, solo voy un rato a la piscina, ¿vienes? -asiente enseguida, levantándose, salimos al patio y me quito el pantalón y la camisa, quedando con mi bikini, noto la mirada del español fija en mí, pero la aparta cuando sus ojos se encuentran con los míos.

El chico se saca la camisa, dejándome ver su trabajado abdomen, deja su camisa junto a mi ropa en la tumbona y se sienta en las escaleras, junto a mí. Pero me indica que me siente en el escalón de abajo.

Confusa, hago lo que me dice, abre sus piernas dejándome entre estas y pronto noto sus manos masajear mis hombros. Cierro los ojos apoyando mi nuca en su abdomen, disfrutando del masaje.

Abro los ojos encontrándome con los ojos marrones de Carlos observándome, le doy una sonrisa algo adormilada antes de volver a cerrar los ojos. Sus dedos masajean con cuidado mis hombros antes de bajar por mis brazos y volver a subir.

Paso mis brazos por encima de sus piernas, dejándolos ahí apoyados, y nos quedamos así por varios minutos. Se sentía bien. Me remuevo apoyando mi mejilla en su pierna y noto como todos sus músculos se tensan.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now