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Despierto al escuchar golpes en mi puerta, me saco los auriculares y me levanto con pereza a abrir, Daniel me regala una sonrisa entrando junto a Lando, Charles y Carlos.

Deja unas cajas de pizza sobre la mesa y se lanza en la cama, observándome con curiosidad.

-No pareces contenta con el podio -me tumbo junto a él ante la atenta mirada del español que estaba con Charles y mi hermano sacando las pizzas.

-Esta bien, no es la posición que quería pero no me quejo, sigo liderando el campeonato, supongo que es suficiente.

-No seas muy dura contigo, es difícil, es mucha presión, y si no es este año será el siguiente, no te preocupes, serás campeona.

Le doy una sonrisa ante sus palabras y beso su mejilla, envuelve mis hombros abrazándome contra su pecho con fuerza. Me encantaba estar con Daniel, a parte de Max, Lando, Charles y, Pierre, era mi mejor amigo.

Hablamos por unos minutos de tonterías mientras él jugaba con mechones de mi pelo, rio ante su comentario y niego, levantándome. Me dejo caer en una silla y agarro un trozo de pizza, dándole un mordisco.

Carlos no apartó la vista de mi en toda la noche, y aunque quería hablar con él, no sabía que decir. Nos colocamos en la cama, Daniel junto a Lando, Carlos junto a Charles, y yo en el medio.

Los brazos de mi hermano me envuelven, como si me estuviese protegiendo, y podía notar la mirada de Carlos en mi a pesar de estar a oscuras, su respiración se entremezclaba con la mía, y con cuidado llevo mi mano a su cara, escuchandole suspirar.

Delineo con mis dedos su mandíbula y cuello antes de que aprisione mi mano entrelazando sus dedos con los míos, y las sitúe entre nuestras caras.

Cierro los ojos al sentir sus labios dar un casto beso sobre mi mano, y caigo dormida, pensando aún en los labios del español. Despierto con el ruido del agua de la ducha y miro la hora, eran las nueve, froto mi cara observando mi habitación, no había ni rastro de los chicos.

Agarro una botella de agua de la mini nevera y doy un trago, la puerta del baño se abre dejándome ver a Carlos vestido con un pantalón corto y revolviendo su pelo con la toalla. Su mirada se encuentra con la mía, pero la aparta rápidamente.

-Los chicos han ido a por el desayuno -me informa agarrando su camisa.

-Oh -bien, gran respuesta Layla-. Sobre lo de ayer...

-Tenias razón, no debió suceder -responde mordazmente-. Estabas cabreada y yo caliente, fue un error.

Asiento mordiendo mi mejilla y entro al baño, bueno, al menos tuve un sexo impresionante. Me lavo la cara y observo las marcas de mi cuello y clavícula antes de volver a salir.

El chico estaba en la terraza revisando su móvil despreocupadamente y eso me confundía, ¿qué se suponía que debía hacer? Hace unas horas habiamos follado como nunca, y ahora nos ignorábamos.

Me siento junto a él tras pensarlo unos segundos y agarro mi móvil, respondiendo las felicitaciones por la carrera de ayer. Pierre me había mandado un mensaje, pidiéndome que hablásemos cuando lleguemos al circuito de Suzuka. Eso me revolvió las tripas, ese circuito me revolvía el estómago todos los años, junto al de Spa, era el que más nos afectaba.

Le digo que hablaría con él tras instalarnos en el hotel, y que iría a buscar a Charles después de desayunar. Era algo que solíamos hacer cuando íbamos, llevar flores.

Dejo el móvil en el sofá y voy a cambiarme, en cuanto acabase de desayunar necesitaba reunirme con el monegasco. Los chicos no tardan en regresar con el desayuno, como con rapidez bajo sus miradas y me levanto a terminar la maleta.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Där berättelser lever. Upptäck nu