21

2K 98 16
                                    

La mañana siguiente fue un completo caos. No había otra forma de describirlo. Durante el vuelo mi hermano no paraba de lanzarme miradas, cuando fui por la maleta me preguntó donde pasé la noche, y evidentemente al no saber que responder permanecí en silencio, terminando de preparar mis cosas.

Tocaba el Gran Premio de Abu Dhabi, el último de la temporada antes de poder respirar en paz después de la prueba del lunes post gran premio.

Ansiaba esos meses de paz con todo mi ser, ya había hecho historia, quitándole el puesto a Seb de campeón más joven, tenía el título y once gran premios en una temporada. Creo que merecía un descanso.

Lo único malo es que, a pesar de prácticamente vivir juntos, tendría difícil pasar tiempo con Carlos, pues mi hermano se la pasaba pegado a él.

Aterrizamos en Abu Dhabi y vamos directamente al hotel, la mayoría tenian una resaca de la ostia, yo no, yo estaba exhausta y a la vez más contenta que nunca.

Dejo a mi hermano durmiendo en el cuarto, y me reúno con Carlos en el garaje, subimos en silencio a su coche escuchando música, le dije que me apetecía salir a dar una vuelta, y él aceptó al instante.

Le observo mientras conduce, su vista va fija en la carretera, su pelo va perfecto como siempre, los músculos de sus brazos se marcan cuando mueve el volante, y por un momento me hipnotizo. Era literalmente perfecto.

A veces creía no merecerlo, y tal vez era así.

Pero de algún modo, siempre lograba disipar mis dudas, y en realidad todos mis pensamientos, cuando sus ojos se encontraban con los míos, mirándome siempre con cariño y admiración que hacían que mi estómago se retorciese. Y esa maldita sonrisa, como la que me regalaba ahora, sus labios rosados se estiraban mientras me mira rápidamente.

-¿En qué piensas, preciosa? -sacudo la cabeza y miro al frente.

-Nada importante -casi me atraganto con mi propia lengua cuando su mano atrapa mi muslo, dejándola ahí mientras conduce con la otra.

-A la vuelta conduces tú, también me apetece observarte -comenta con cierta diversión, dando un apretón en mi muslo.

-Centrate en la carretera -digo, tratando de pasar saliva sin ahogarme, solo con su mano ahí apoyada me hacía sentir como nueva. Como si acabase de entrar en el mejor sueño del mundo.

Porque a veces eso era lo que me parecía Carlos, un sueño.

Pasamos las horas recorriendo la zona, en coche, andando, entrando a tiendas... Al ver la hora y que ya había anochecido, decidimos cenar juntos en un restaurante de camino al hotel.

Nos sentamos en una mesa apartada hablando mientras nos traen la comida, el chico agarra mi mano y levanto la vista para mirarle.

-He estado pensando -acaricia mi mano con el pulgar-. Cuando acabemos la temporada podríamos salir un día, solo nosotros dos en Mónaco.

-Oh, sería genial -admito con una sonrisilla-. Aunque había pensado ir a algún lado -hace una mueca ante mi respuesta-. Deberías ir conmigo.

-¿Enserio? -asiento viendo como la sonrisa regresa a su cara-. ¿A dónde has pensado ir?

-Todavia no lo sé, puede que a Nueva York, me gustaría pasar las navidades allí, o a Italia -froto el puente de mi nariz intentando decidir-. ¿Qué opinas?

-Italia es agradable en invierno, podríamos alquilar una casa y pasar allí unos días.

Al final concluimos ir a Italia, deberíamos pensar que decirle a mi hermano y al resto, aunque para navidad estaríamos allí ya que es tradición.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now