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Desperté de madrugada en mi cama del yate, y junto a mí estaba Carlos durmiendo plácidamente boca abajo con la cabeza mirando en la dirección contraria a donde yo estaba. Me levanto con cuidado tratando de no despertarle, aún estaba muy confusa sobre lo sucedido hace unas horas.

Nos habíamos besado, después de discutir, y no estaba segura de arrepentirme, lo cuál hacía que mi sangre hirviese en ira y confusión. Llevábamos años odiandonos, ¿y ahora nos besábamos?

No tenía ni idea de qué estábamos haciendo, y eso me hacía sentir aún peor. No estaba lista para nada de esto. Me paso la mano por el pelo con estrés, necesitaba hablar con alguien.

Y es en ese entonces que algo hace clic en mi cabeza, agarro mi móvil y marco su número, sabía que estaría durmiendo, pero le necesitaba, muchísimo.

-¿Layla? -su voz ronca por el sueño me hace sonreír-. ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Muerdo mi mejilla antes de responder.

-No lo sé -suspira y escucho como enciende la luz.

-Cuentame, cielo -mordisqueo mi labio antes de empezar a narrarle lo sucedido-. Oh, joder, ¿quieres que vaya?

-No, no hace falta, solo estoy confusa, y necesitaba hablar con alguien.

-Me alegro de que me hayas llamado -admite-. Bien, veamos. Es complicado, eso seguro, pero puede haber sido cosa del alcohol, y de la ira, espérate a estar despejada antes de hacer nada como pegarle.

Me avisa, haciendo que ruede los ojos.

-No le voy a pegar, aún. Pero tampoco sé cómo actuar, está durmiendo, en mi habitación.

-¿Y qué haces hablando conmigo? Ve a dormir.

-¿Sabes? Tienes razón, ya tendré tiempo para pegarle en la siguiente carrera, gracias Art.

-No es nada, Layla, descansa, te quiero.

-Y yo a tí.

Cuelgo, aún algo confusa, y regreso con el chico, seguía durmiendo, ahora con la cabeza hacía donde yo dormía, regreso a mi sitio tratando de no despertarle, y me tumbo junto a él. No logré dormir de nuevo, por lo que agarre un libro de la mesita junto al chico y me puse a leer hasta que se despertó.

Frota sus ojos con pereza, su pelo estaba totalmente revuelto y se sienta en el borde dándome la espalda. Recorro con suavidad su espalda con la yema de mis dedos, y puedo ver como se estremece. Gira la cabeza apoyando su mentón en su hombro y me mira.

-Buenos días -murmura con sueño.

-Buenos días, Sainz -me acerco a él sentandome a su lado y le miro-. Deberíamos volver a casa antes de que entren en crisis.

Asiente agarrando su camisa y zapatillas de los pies de la cama y yo agarro mi vestido. Después de vestirnos y dejar las cosas como estaban, vamos en silencio a la casa.

Antes de llegar a la puerta principal, el chico agarra mi brazo, tenía el ceño fruncido y revolvía su pelo con confusión.

-¿Qué pasó anoche?

-¿No lo recuerdas? -él niega-. Nada importante.

Me suelto de su agarre y abro la puerta, encontrándome con el cuerpo de Daniel en el suelo detrás de ésta, a Max en el sofá con la cabeza tocando el suelo, Lando encima de la isla, Charles en el suelo, y Lewis en una tumbona junto a Alex. Pierre estaba flotando en un colchón hinchable en la piscina, y Yuki en el suelo sobre una toalla.

Joder, pues si que nos pasamos ayer.

Ignoro el desastre de cuerpos esparcidos por la sala y subo a mi dormitorio, necesitaba una ducha, una pastilla para la resaca, y unas vacaciones fuera del país.

FEELINGS || CARLOS SAINZ Where stories live. Discover now