He, does not exist

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La pequeña de pelo negro comenzó su día de manera habitual: Se despertó, se cepilló los dientes, desayunó y se preparó para salir a la calle y vivir un día más en su vida. Y una vez salió a la calle, lo primero que hizo fue ir a la casa de su mejor amigo para pasar la resta del día a su lado

"¡Andrew! ¡Sal de casa! ¡Vamos a jugar!"

Exclamó la niña desde fuera de la casa con la intención de llamar la atención de su amigo. Minutos después, el niño peli rubio salió por la puerta, yendo rápidamente con su amiga para darle un fuerte abrazo y comenzar a jugar un rato junto a ella

"¿Qué vamos a jugar hoy? ¿Tienes algún juego bueno en mente?"

Preguntó el chico emocionado por el juego que diría su amiga como respuesta a su pregunta. Y tras pensarlo un poco, la peli negra llegó al juego adecuado para la ocasión

"Hm... ¡Ya sé! ¡Al pilla pilla! Pero sin que puedas pillar al que te ha pillado, porque sino sería muy aburrido"

Propuso ella con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. Mas sin embargo, hubo algo en su propuesta que dejó algo desconcertado al muchacho

"Pero... Si jugamos al pilla pilla nosotros dos solos, ¿Entonces como no se puede pillar al que te ha pillado si solo somos dos? Obligatoriamente deberíamos hacer eso si queremos jugar"

Dijo él haciéndole ver a Cassidy su tonto pero al mismo tiempo enorme error. Y al escucharlo, la peli negra no pudo evitar soltar una carcajada nerviosa seguida de algunas rascadas en su nuca

"Jeje... Sí, tienes razón, lo siento. Nos haría falta un tercer jugador para poder jugar al pilla pilla sin eso, jeje..."

Y justo tras acabar su frase, la fémina puso una cara seria y pensativa, aquello último la había dejado ciertamente confundida, pues comenzó a tener la sensación de que faltaba algo, o mejor dicho: alguien. Por instinto, la niña volteó la mirada a su lado, como si estuviese dirigiéndose a una persona más en el lugar. Repentinamente, comenzó a tener vagos recuerdos de alguien más en el grupo, alguien que siempre se encontraba en medio de ella y Andrew, alguien débil y pequeño, que casi siempre lloraba...

"Cassidy... Hey, Cassidy, ¿Te encuentras bien?"

Preguntó Andrew preocupado al ver el estado de trance en el que se encontraba su amiga, fue entonces cuando Cassidy recobró la consciencia y salió de su estado pensativo. Estando ya consciente de todo lo que pasaba a su alrededor, la chica rápidamente trató de olvidar todo ese tema sobre un tercer integrante en su grupo y regresó a lo importante: el juego del pilla pilla

"Ah, sí, estoy bien, no te preocupes... En fin, la pillas"

Dijo en voz alta mientras extendía velozmente la mano para tocar al chico y acto seguido marcharse de ahí a toda velocidad, escuchando como el varón la perseguía por detrás para devolverle el toque y así que fuera ella quién la pillara. Y así estuvieron por un considerable rato, jugando al gato y al ratón por todo el pueblo, riendo a montones y corriendo como si su vida dependiera de ello. Todo era diversión hasta que ambos llegaron a una casa en concreto, ahí, Cassidy se detuvo momentáneamente y vio con una mirada perdida la casa que se encontraba al lado del bar "Jr's"

"Este sitio... Se me hace conocido..."

La casa estaba abandonada, en su interior se veían a múltiples ratas corriendo de un lado a otro, acompañadas de algunos buenos puñados de cucarachas. Pero por algún motivo, aquella casa abandonada y prácticamente al borde del colapso, le causaba un sentimiento de familiaridad a la fémina, la sensación de que... Ahí alguna vez hubo alguien que le importó, alguien a quien amó de verdad, un amigo... No, un GRAN amigo...

"¡Te pille! Ahora la pillas tú, Cassidy... ¿Cassidy?"

Esta vez, la niña ni siquiera reaccionó, en esta ocasión ella continuó con su estado de trance, hipnotizada por aquella casa abandonada, sucia y casi colapsada. Sin que se diera cuenta, su propio cuerpo comenzó a llevarla hacia la casa, carcomida por la curiosidad. La niña entró a la estructura, pisoteando algunas cucarachas muertas y basura en el suelo de por medio, y comenzó a investigar. Revisó varias habitaciones con la intención de encontrar... Algo, no sabía el qué, no sabía que estaba buscando, pero quería encontrar algo, algo que probase la existencia de aquel tercer niño, ese SEGUNDO amigo suyo que ella tanto apreciaba. No fue hasta que la niña vio uno de los graffitis que había en las paredes, que finalmente encontró lo que tanto buscaba

"Evan"

Ese nombre... Ese nombre era el que buscaba, al verlo, una ola de recuerdos le llegó a la mente, aquel chico castaño comenzó a invadir sus recuerdos con decenas de experiencias borradas. La niña tenía razón, alguna vez tuvo otro amigo aparte de Andrew, y este otro amigo era mucho más sentimental y asustadizo que el peli rubio, pero gran persona al fin y al cabo. Perturbada, la niña fue hasta una esquina de la habitación sucia y se colocó ahí, la idea de que alguna vez tuvo un amigo más le parecía inconcebible, pues... Si alguna vez lo tuvo... ¿En dónde estaba ahora? ¿En dónde? ¿Por qué ya no lo recordaba? ¿Por qué se había olvidado de él de la noche a la mañana? Eran amigos, ¿Qué fue lo que los separó? ¿Qué fue lo que hizo que ese tal Evan dejara de...

Existir?

Y para la sorpresa de la fémina, la respuesta a su pregunta estaba en la otra esquina de la habitación, de dónde sobresalía una luz carmesí tenue de uno de los muebles de madera destrozados. Temblando, la niña se acercó a donde la luz, y se percató de que, aquello que la causaba, era un huevo... Un huevo rojo, muy pequeño, parecía un huevo de codorniz. Con mucha delicadeza, la niña lo levantó para verlo más de cerca. Pero nada más hacerlo, el huevo desató una energía rara que comenzó a deformar la realidad alrededor de la fémina. La realidad tembló, colapsó, sacó chispas y se desmoronó para, acto seguido, recomponerse a sí misma infinidad de veces. La geometría entera del universo mismo se deformó hasta niveles incomprendidos por el ser humano, la física tampoco se salvó del cataclismo, pues igualmente muchas cosas se vieron alteradas, tales como las leyes de la física o la termodinámica. Y todo esto, ocurrió en el lapso de un solo segundo, segundo que para Cassidy duró una eternidad completa. Lo último que pudo ver la peli negra antes de desmayarse entre todo ese festival de colores psicodélicos e ilógicos, fue como una figura alta y reluciente, hecha de cubos color croma se le acercaba para arrebatarle el huevo rojo de las manos

"Lo siento, prometo que tu universo será arreglado cuanto antes"

Fueron las palabras de la criatura antes de que la niña cayera al suelo completamente inconsciente...

...

Días después, La pequeña de pelo negro comenzó su día de manera habitual: Se despertó, se cepilló los dientes, desayunó y se preparó para salir a la calle y vivir un día más en su vida. Y una vez salió a la calle, lo primero que hizo fue ir a la casa de UNO de sus mejores amigos para saludarlo...

"¡Evan! ¡Sal de casa! ¡Vamos a jugar con Andrew!"

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