Sueños

36 3 4
                                    

"Y vivieron felices y comieron perdices felizmente, fin"

Terminó de narrar el chico para finalmente cerrar aquel cuento y dejarlo sobre la mesita de noche

"Jo... ¿No puedes contarme otro cuento?"

Preguntó la menor mirando con carita tierna y ojitos relucientes a su hermano mayor, el cuál, se rehusaba a hacer algo así

"No puedo... Tengo sueño..."

Respondió él queriendo marcharse de ahí cuanto antes posible, pero para su infortunio, eso no acabaría siendo así

"Por favor..."

Volvió a pedir poniéndole los ojos aún más cristalinos y abriéndolos de par en par como platos, causando que su ternura terminara por derrotar a las ganas que tenía el chico por dormir

"Agh... Está bien, tú ganas, Liz, voy a leerte otro cuento"

Concluyó mientras agarraba otro libro de la estantería para ir a leérselo a su pequeña hermana, solo que cuando regresó con ella para poder narrarlo en voz alta, se dio a la sorpresa de que la peli rubia ya se había dormido

"Uf... Menos mal, he tenido suerte"

Susurró para después darle un tierno besito en la mejilla a la menor antes de irse sigilosamente de la habitación...

Y mientras tanto... En el mundo de los sueños

"Queridos hermanos, hoy estamos reunidos en esta iglesia para celebrar el casamiento de estas dos personas, el señor Helado de Vainilla, y la señorita Elizabeth Afton"

Dijo el sacerdote de la iglesia en medio del helado de vainilla con cono y la pequeña peli rubia

"Señor Helado de Vainilla, ¿Aceptas casarte con Elizabeth Afton y vivir una vida entera a su lado?"

Preguntó el hombre dirigiendo su mirada al varón cremoso

"Sí, quiero"

Respondió firmemente el helado gigante, más que decidido a pasar el resto de sus días junto a aquella chica a la que tanto amaba

"¿Y tú, Elizabeth? ¿Aceptas ser la esposa de este atractivo, dulce, y más que cremoso individuo?"

Preguntó dirigiéndose esta vez con la fémina, quien, aceptó de manera inmediata sin rechistar

"¡Sí, obvio!"

Respondió ella emocionada, pegando algunos saltos de alegría por el increíble momento que estaba viviendo. Y ya una vez aceptada la propuesta, llegó el momento de la verdad...

"Dama, puede morder al novio"

Anunció el sacerdote a lo cual, la niña, ni lenta ni perezoso, le dio una buena mordida al cremoso helado que ahora tenía por esposo

"Hm... Está tan rico..."

Dijo en estado de extrema felicidad una vez pudo degustar de aquel delicioso y cremoso helado

...

"Freddbear... ¿De dónde salen los bebés?"

Preguntó el castaño sentado en la cima de una colina, viendo el atardecer con su compañero hecho de tela y algodón a su lado

"Eso es una pregunta bastante simple, Evan, los bebés salen de las cigüeñas, cuando papá y mamá se quieren mucho, le hacen una carta a la cigüeña y esta les trae un bebé para que lo puedan cuidar"

Respondió el osito dorado siendo lo más sincero y realista posible, resolviendo así la duda que aquel muchacho tenía

"Ah, gracias, Freddbear, me has resuelto muy bien mi duda, eres alguien muy sabio"

El multiverso de FNAFWhere stories live. Discover now