El multiverso de FNAF

"Siempre estaré a tu lado"

"Y a veces, el universo le dijo al jugador que lo amaba, que el universo era amor, que el jugador era el universo, y entonces, el jugador despertó..."

Terminó de narrar el mayor para finalmente cerrar el libro que le estaba leyendo a su hermanita

"Wow... Entonces... ¿El protagonista siempre fue una deidad que se estaba probando a sí mismo?"

Preguntó la chica tratando de procesar toda la información que le había proporcionado aquel cuento algo complejo para su edad

"Ni idea, pero venga, a dormir ya"

Respondió el adolescente para justo después salir de la habitación, dejando a su hermana completamente sola en la oscuridad

"Ay... Está muy oscuro..."

Dijo ella con algo de miedo mientras observaba el oscuro lugar con miedo e inquietud, imaginándose que de aquella oscuridad profunda, emergía algún monstruo o criatura terrorífica y la lastimaba. Ante tales pensamientos de miedo, a la chica no le quedó de otra que rápidamente taparse con las sabanas y cerrar los ojos desesperadamente, tratando de hacer que aquella noche pasara rápido para así no tener que combatir con ningún monstruo malvado. Y estuvo así durante varios minutos, hasta que el sonido de algo cayéndose en su habitación le hizo pegar un pequeño bote de su cama

"¿Qué ha sido eso?"

Se preguntaba a sí misma con intriga, miedo y curiosidad. No obstante, estas emociones no eran lo suficientemente fuertes como para hacer que saliera de su barrera anti monstruos hecha de sabanas

"¿Mike?"

Llamó la pequeña en voz alta esperando alguna respuesta por parte del mencionado. Cosa que finalmente no sucedió

"¡Mike!"

Volvió a gritar, pero tal y como ocurrió antes, la única respuesta que recibió fue la del más absoluto silencio, su hermano no la estaba escuchando y eso a ella no hacía otra cosa que asustarla aún más

"Ay... Ayuda..."

Pidió mientras se escogía como una bolita y cerraba los ojos esperando dormirse, y para su infortunio, eso en ningún momento pasó

"Duerme... Duerme... Duerme..."

Se ordenó una y otra vez, pero simplemente no funcionaba, no importaba cuantas veces se ordenara a sí misma aquella orden, era incapaz de dormirse por el miedo que sentía. Y tras un par de minutos, la chica fue poco a poco agarrando coraje hasta finalmente, destaparse para poder combatir cara a cara con aquella bestia que la estaba acosando

"Ven a por mí, monstruo"

Dijo con un tono confiado mientras buscaba a aquel monstruo malvado por toda su habitación oscurecida por la ausencia de luz, tanto artificial como natural. Y como si de una respuesta a su amenaza se tratara, justo en ese momento se hizo presente otro sonido de esos

"Ay, es broma, es broma, es broma, es broma, es broma..."

Dijo la niña habiendo perdido por completo su tono confiado y comenzando a estar más asustada por la situación

"Por favor, monstruo, si estás ahí... No me hagas daño, te lo ruego, solo soy una niña, dulce, pequeña, inocente y muy mona, no merezco morir en manos de un monstruo, por favor..."

Rogó al borde del llanto y las lágrimas, imaginando la monstruosa apariencia que debía de tener aquella bestia en la oscuridad. Y no pasó mucho hasta que ya puedo dejar de imaginárselo, pues aquel monstruo apareció finalmente en frente suya, desvelando así su verdadera apariencia de una vez por todas. Era tenebroso, medía dos metros, tenía una apariencia esquelética, su piel era de color morado, no tenía ojos, en vez de eso, tenía dos grandes cuencas vacías que en cuyo final residía un punto blanco luminoso, en su boca yacía una larga y desdentada sonrisa de oreja a oreja, la cual, mostraba el gran vacío oscuro que tenía aquel monstruo por dentro de su boca igualmente