Puro instinto

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"Vamos, el primero que me consiga dar un golpe en menos de 2 minutos se gana 15 dólares, súper fácil. El precio para participar es de solo 2 dólares, participe y ganese esos 15 dólares de manera sencilla y rápida"

Dijo la niña en medio de una plaza llena de niños en la calle, con un sombrero de cuero tirado en el suelo puesto al revés para que la gente pudiera depositar su dinero ahí. Y cómo era obvio, no pasó mucho tiempo hasta que algunos niños de buena clase y medio ingenuos se acercaron para ganar esos 15 dólares fáciles. El primero que lo intentó fue el niño más grande, fornido y fuerte de entre todos. El pobre idiota trató inútilmente de golpear a aquella niña en la cara por bastante tiempo, creyendo que eventualmente podría darle alguno. Y así estuvieron por los siguientes dos minutos restantes, siendo el chico quien golpeaba mientras la niña no hacía otra cosa más que esquivar todos sus golpes sin dificultad alguna, haciendo todo eso cómo si de un juego de bebés se tratase. El tiempo se acabó y aquel sujeto se fue, dando paso a que el siguiente niño riquillo entrara al juego. Nuevamente, aquel infante fue incapaz de acertarle un solo golpe a la niña, y lo mismo pasó con el siguiente... Y el siguiente... Y el siguiente... Hasta que los niños se acabaron y ella se quedó con un buen puñado de billetes de uno y dos dólares en su sombrero. Con su trabajo ya terminado, la niña se dio media vuelta y fue caminando en dirección a su casa, feliz de haber podido conseguir semejante dinero en tan poco tiempo

"¡Susie, has vuelto! Te estaba esperando, ¿puedes jugar conmigo un ratito?"

Lo primero que vio al entrar a su hogar fue a ella, su hermana menor. Quien, como de costumbre, quería jugar siempre con ella a cualquier juego que se le ocurriera

"No, Samantha, no puedo"

Respondió la peli rubia en un tono de voz seco para después pasar al lado suyo, ignorando por completo su presencia de manera muy maleducada y grosera

"Susie... Juega conmigo, por favor, te he estado esperando todo el día..."

Dijo la pequeña Samantha agarrando del brazo a su hermana para evitar que se fuera. Pero esta última, lejos de mostrar compasión por ella, no hizo otra cosa más que enfadarse por su insistencia

"¡Si te he dicho que no, es que no, maldita sea! ¡Deja de insistir, estúpida!"

Respondió Susie soltándose de su agarre y dándole un repentino empujón a su hermanita, mostrando poca o nada empatía por ella. Y una vez hecho eso, ignoró por completo sus llantos de tristeza provenientes de la menor y continuó de largo, hasta llegar a su habitación. Una vez ahí, se dirigió a su armario y sacó una pequeña caja de cartón escondida, la cual estaba llena de billetes, monedas, entre más cosas, y ahí depositó todo el dinero que ganó ese día

"Je je je je... Cómo me gusta este don que tengo... Y pensar que hace solo dos meses no era más que una simple niña tímida y tonta, se nota que el dinero cambia a la gente... Y en mi caso, para bien, jaja"

Comentó ella agradeciendo tener esa capacidad suya para poder saber las emociones, intenciones, y hasta los pensamientos de las demás personas. Resultándole de mucha ayuda en sus planes por ganar dinero fácil y rápido. Y ya una vez con su dinero guardado y escondido, salió de su habitación y volvió nuevamente a estar en la calle. En búsqueda de una nueva calle de riquillos a los cuales estafar para sacarles todo el dinero. Y en su búsqueda, las coincidencias y conveniencias de este mundo la hicieron encontrarse con una antigua amiga suya en medio de la calle

"Hey, Susie"

Dijo la Emily acercándose gentilmente a la mencionada para poder pasar tiempo con ella. Pero Susie, al verla, tuvo una reacción más bien negativa, suspirando pesadamente al saber que tenía que lidiar con alguien como ella

El multiverso de FNAFWhere stories live. Discover now