EPÍLOGO

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ANYRA

No importa cuantas veces planees la vida que deseas vivir, porque siempre termina siendo de una forma que ni siquiera pensaste. No miento, como mi ejemplo hay muchos, pero claro, es imposible saberlo hasta que sucede.

Si hago retrospectiva, mis últimos 6 años al lado de Derek Reed han sido una montaña rusa. El tiempo ha pasado muy rápido, tanto que cuando menos me di cuenta, la bebe que crecía en mi vientre nació gracias a dios sana y ahora es una niña vivaz de 5 años, casi 6. Incluso mis hermanos menores ahora ya son unos niños grandes, Andy está llegando a la edad de querer aparentar ser independiente, después de todo ya tiene 11 años, mientras que mi adorable hermanita la cual debo admitir considero una hija, ya tiene 8 primaveras, es una niña dulce que siempre va de la mano con su sobrina alias hermana menor favorita.

¿Mi vida está resultando como la planeé? Ni de cerca. ¿Estoy molesta por eso? Para nada. La vida que he estado viviendo es un millón de veces mejor a la que había planeado cuando era solo una adolescente. Aunque no soy tan mayor, apenas tengo 28 años, aun me queda mucha vida por delante.

Nos encontramos en pleno viaje vacacional. Derek planeó un paseo que originalmente pensé seria uno familiar, pero terminó siendo un viaje grupal con todos nuestros amigos. Cuando salimos del país, Derek se negó a decirme a donde íbamos, afirmó que era una sorpresa que disfrutaría descubrir. Luego de un largo viaje en avión, y cuando digo largo no exagero, porque en serio fueron muchas horas, aterrizamos y luego nos transportamos en una avioneta algo vieja que casi me hace sufrir un infarto.

Cuando llegamos, mis ojos no pudieron evitar llenarse de lágrimas. No me pregunten como se llama porque no tengo idea, aun no le pregunto a Derek. Pero, el lugar donde estamos, para ser más precisa, la isla donde estamos en una que por más loco que suene, tiene construido un castillo antiguo que actualmente se usa como un hotel para los turistas.

Sin embargo, no lloré por eso. Lloré porque ese castillo me recuerda mucho al que vi hace 6 años cuando sucedió todo el conflicto con la familia Hess. Ese castillo es igual al castillo de mis sueños, por eso tengo tantos sentimientos encontrados.

Al pasar de unas horas, me separé del grupo y caminé por la isla con una cámara en mano. Desde que mi hija nació, la pasión de mi madre por la fotografía de alguna forma entró en mí y no me ha abandonado. Todo empezó porque amaba tomarle fotos a mi bebe, luego pasé a tomarle fotos a los paisajes y cuando menos me di cuenta, ya había tomado muchas clases sobre fotografía en la universidad. Así que sí, técnicamente soy una fotógrafa profesional, aunque no ejerzo en teoría la profesión.

—¡Mami!

Una voz amable e infantil llega a mis oídos, escuchar ese suave tono de voz hace que una sonrisa siempre emerja en mis labios. Dejo de tomar fotos y me doy media vuelta para ver al ser que Derek y yo creamos juntos.

—Hope —dije su nombre con amor y me acerqué a mi hija.

Su nombre lo lleva en señal de esperanza. Hope fue la esperanza que nos salvó de rendirnos a Derek y a mí. Nuestra amada princesa sin saberlo, nos salvó de tirar la toalla y rendirnos ante la dura prueba que la vida nos puso.

Es pequeña, heredó eso de mí. Su piel es blanca como la leche y su cabello rubio platinado está cortado hasta la altura de los hombros. Sus brillantes ojos azules siempre miran con emoción el mundo que la rodea y las mejillas tenuemente sonrojadas me indican que corrió para venir a verme. Mi hermosa hija viste un vestido veraniego color salmón que su padre le compró hace unos días, aunque si es por Derek, el guardarropa de Hope y Helena cambiaria cada mes.

—Mami se escapó a tomar fotos —Hope me miró y dejo salir una pequeña risa.

—¿Te sentiste sola sin mí? —le pregunté divertida.

UN LAZO A TRAVÉS DEL TIEMPOOn viuen les histories. Descobreix ara