MALAS NOTICIAS

156 27 4
                                    

DEREK

Desde hace 1 hora siento que alguien me está siguiendo. No exagero. Inicialmente pensé que era solo mi imaginación, así que comencé a dar vueltas al azar y noté como un auto negro me seguía a una distancia prudente. Luego, queriendo confirmar mi hipótesis, entré a una panadería y tardé casi 15 minutos en salir, cuando lo hice y regresé a mi auto, pude visualizar el mismo vehículo siguiéndome a la distancia.

Esto es obra de Octavio, va a actuar hoy y debo estar preparado.

Seguí manejando por las calles sin destino aparente y marqué el número de Luciano. Nuestra conversación fue breve, le informé mis sospechas y él afirmó que sus hombres saldrían a la calle. Me apena por el inocente que quedará envuelto en este fuego cruzado, pero la guerra estallará esta noche y la vida de Anyra me importa más que la de cualquier ciudadano promedio.

Mi comportamiento es el de un demonio, lo sé. Pero si necesito ser un demonio para proteger la vida de la mujer que amo y la de mi hija por nacer, entonces seré el rey del infierno si hace falta.

Miro por el retrovisor y el auto sigue ahí, siguiéndome sin hacer algún movimiento sospechoso. Es claro que saben mi horario, cuando salí hace más de 1 hora de la oficina fue por trabajo, por lo que de alguna forma supieron que saldría y seguramente pensaron en atraparme cuando regresara y entrara en el estacionamiento.

—Muy bien —murmuré—. Ya sé que hacer.

Giré hacia la derecha y emprendí camino hacia la oficina. Me gustaría seguir perdiendo el tiempo, pero si lo hago ellos sabrán que sospecho y harán una locura. Marqué el número de Ricardo y tuve mucha suerte que ese tonto atendiera, porque de haber estado con una conquista pasajera, ni en sueños habría contestado mi llamada.

Hermano, ¿Qué pasa?

—¿Dónde estás, Ricardo?

En tu oficina, hermano. Justo iba a llamarte, vine a verte y la sexi Karen me dijo que habías salido.

—Bien. Necesito que te quedes ahí.

¿Por qué?

—No te asustes, Ricardo. Pero me están persiguiendo y necesito tu ayuda.

Le expliqué mi rápido e improvisado plan, Ricardo gracias a los dioses guardó silencio y escuchó atentamente lo que debía hacer. Es arriesgado, pero si llamo a la policía quizás vayan por Anyra y no puedo arriesgarme. Anyra se encuentra en la Constructora Evans y mientras siga ahí, no le pasará nada.

Llegué al estacionamiento y me mantuve dentro del auto. Veo como 2 sujetos se bajan del auto negro que me seguía. Maldito Octavio, mandó a 2 asesinos a matarme, ni siquiera tuvo el valor de venir él mismo. Veo que ambos tienen armas, sé que puedo desarmar a uno, pero perdería mucho tiempo y eso podría costarme la vida.

—Por favor, Anyra. Siempre dejas tus cosas en mi auto, espero hayas dejado lo que necesito... —busqué entre las cosas que Anyra guarda sin mi autorización y para mi buena suerte, encontré lo que buscaba—. Perfecto.

Sostengo el gas pimienta de Anyra con mi mano derecha y le quito el seguro a la puerta. Veo como uno de los asesinos se acerca y ruego que esta cosa no este vacía, porque si lo está, temo decir que será el fin de mi historia.

La puerta de mi auto se abre y el asesino hace el intento de apuntarme, pero como yo sabía que venía pude reaccionar a tiempo y sujeté su brazo para luego rociar en su rostro todo el gas pimienta que pude. Escucho como grita presa del dolor y deja caer el arma, aprovecho para golpearlo y noto como el segundo asesino se alista para dispararme.

UN LAZO A TRAVÉS DEL TIEMPOWo Geschichten leben. Entdecke jetzt