CONVERSACIÓN Y ERROR

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DEREK

¿A qué edad se madura realmente?

Esa pregunta, por más tonta que suena, es una pregunta recurrente en la mente de todo adulto joven. Muchos afirman erróneamente que la adultes llega a los 18, hay algunos que se extienden más y dicen que a los 21. ¿Tienen razón? Frente a la ley del país, sí la tienen. Pero, madurar y dejar atrás toda creencia infantil es más complicado que eso.

Desconozco la crianza que tienen los hijos nacidos en cuna de oro, por lo que simplemente puedo hablar de la mía.

Jamás pasé hambre o vestí mala ropa. Sin embargo, carecí de algunas cosas que para muchos eran algo normal. Largas vacaciones de verano lejos de casa, novedosas consolas de videojuegos e incluso viajar en auto propio. Mis padres son grandiosas personas, pero cuando era niño éramos una familia de clase media-baja, y no la represento como una familia clase baja porque frente a la ley, mis padres tenían trabajo, por lo que no entraríamos en esa categoría.

Trabajarle al país, en el caso de mis padres, trabajar como educadores no les dejaba mucho dinero. El sueldo que recibían era justo, costeaba la comida, higiene personal y artículos escolares, nada más, nada menos. Pero si algo tenemos las personas que nacemos en esa clase de hogares, es la inocente creencia que estudiando mucho y siendo honesto se llegará muy lejos. De niños crees esas palabras, en serio las crees y te dices a ti mismo que no terminarás igual que las personas que siguieron el mismo camino que tú estás por seguir.

Ser inocente es patético.

Al crecer, y cuando digo creer me refiero a encarar solo el mundo, es cuando caes en la tétrica y cruel realidad.

Puedes comprar un auto de segunda mano, ¿pero tienes para costear la costosa gasolina y el mecánico que un auto viejo pide cada 15 días? Sino es así, no vale la pena comprar un vehículo que, en vez de facilitarte más la vida, terminará creándote más dolores de cabeza.

También puedes irte de vacaciones, venden paquetes de viaje que se pueden pagar en cuotas. Sin embargo, ¿vale la pena? Si el sueldo apenas te alcanza, ¿realmente es un buen negocio sacrificar el mínimo que logras sacar a fin de mes por unas vacaciones que te harán llorar sangre el resto del año? Claro que no.

El camino blanco de la vida no es más que un cuento de hadas que tristemente les cuentan a todos los niños que crecen en la misma clase social que yo. Un cuento de hadas cuyo final no es uno feliz, sino un final miserable lleno de deudas y sueños rotos.

Pero, aunque suene loco, yo llegué a mediados de mis 20 años creyendo en ese cuento de hadas.

¿Cuándo maduré complemente?

El día que mi tonta ex esposa perdió a mi hijo, me di cuenta que el mundo no es blanco y negro, sino gris. Hice todo bien, no le hacía daño a nadie, siempre fui honesto y jamás hice trampa. ¿Fui recompensado? No lo fui.

Cambié mi mentalidad, me divorcié de inmediato de ese espanto de ser humano, dejé de rodearme de personas comunes y comencé a rodearme con personas que yo podría utilizar a mi beneficio.

¿Es deshonesto? Sí. ¿Es un crimen? No.

Es la ley de la selva, solo el más fuerte sobrevive, y para ese punto de mi vida, ya me había cansado de ser usado y escupido.

Con palabras melosas, promesas vacías y verdades a medias, cree el capital que poseo, y aunque he logrado más que muchos a mi edad, no está en mis planes detenerme. Quiero más, mucho más.

No creo en los cuentos de hadas, y tampoco... creo en un final feliz.

—Sírvame otro —le indiqué al cantinero del bar.

UN LAZO A TRAVÉS DEL TIEMPOWhere stories live. Discover now