SEXO DESPUÉS DEL ALMUERZO

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ANYRA

Estar en privado en compañía de Harry en el restaurante en donde nos encontramos me causa mucha melancolía. Después de todo, este peculiar restaurante, nada barato, por cierto, fue donde Harry y yo tuvimos nuestra primera cita de novios hace ya muchos años.

—Curiosa elección, Harry —señalé con una mueca divertida.

—Veo que no lo olvidaste—dijo Harry con gracia—. ¿Recuerdas cómo nos veía toda esa gente?

Una sincera risa escapó entre mis labios.

—Jamás podría olvidarlo. Aunque debemos darles la razón a esas personas, parecíamos 2 niños jugando a ser adultos.

—Oye, yo no era un niño.

—Disculpe usted, señor adulto.

—Por favor, Anyra. Sabes que no quería decir eso.

—Lo sé, bobo. Solo quería tomarte el pelo.

Qué curioso. Aunque han pasado varios años desde que lo nuestro terminó, no me cuesta nada bromear con Harry. Siempre fue fácil entablar una conversación amigable con él, y me agrada mucho que siga siendo así.

—Eres increíble, Anyra —comentó—. Te convertiste en la presidenta de la Constructora Evans.

—Nunca pensé que lo seria, ¿sabes? —dije con honestidad—. Mi padre siempre añoró un heredero varón, asumí desde pequeña que mi hipotético hermano sería el heredero de mi padre.

—¿Jamás deseaste ser presidenta? —preguntó.

—No —respondí—. Jamás desearía algo que sabía que mi padre no me daría.

—Pues eres la única digna de ser la cabeza de la cooperativa —afirmó—. Nunca creas lo contario.

—Gracias —sonreí—. Es bonito saber qué piensas eso, Harry.

Cuando salíamos, Harry siempre lograba sacarme una sonrisa cuando me encontraba triste. Me hizo mucha falta cuando se fue, nunca lo ame al nivel de sentirme vacía o necesitada, pero no negaré que me acostumbré a su compañía.

Las primeras semanas luego de irme de casa, la imagen del rostro de Harry siempre llegaba a mi mente cuando estaba agobiada.

—Anyra, estar aquí a tu lado es gratificante —comentó Harry—. Sin embargo, ¿me permites hacerte una pregunta?

—Adelante —asentí—. ¿Qué pasa?

—¿Por qué siento que esto es una despedida? —me miró directamente a los ojos.

Veo que Harry sigue siendo un hombre muy perspectivo.

—Lo es en parte —confesé.

—Diablos —soltó un suspiro de lamento—. Esto era muy bueno para ser verdad.

Romper sus ilusiones nunca fue mi idea, pero esta conversación debía suceder y no podía posponerla más.

—Harry, sabes que te quiero, ¿cierto?

—Lo sé, como un amigo. Eso no me hace feliz.

—Pero tú sabias que tengo novio.

—Anyra, no puedes culparme por querer intentarlo, ¿verdad?

—No... creo que no.

Cortar la raíz del problema evita futuros inconvenientes. Mi vida ya es una montaña rusa, si puedo evitar el peor cliché de las comedias románticas, entonces lo haré.

—¿Lo tuyo con Derek Reed es tan serio?

—Sí. Es muy serio.

—¿Qué tanto? Quizás aún tengo una mínima posibilidad.

UN LAZO A TRAVÉS DEL TIEMPOWhere stories live. Discover now