UN LAZO A TRAVÉS DEL TIEMPO

SOFIA

ANYRA

Las palabras de Derek resultaron ser ciertas.

20 minutos después de que él se retiró a su trabajo, recibí una llamada. El emisor se presentó como Justin Díaz, y me citó en un restaurante del centro. Por lo que me vestí en tiempo récord y partí de inmediato a la cita con mi posible futuro jefe.

Y bueno, aquí estoy.

Frente a mí se encuentra un hombre muy guapo. De tez blanca, cabello rubio hasta los hombros, tiene bonitos rizos, me recuerdan un poco a los de Harry. Es delgado y viste colores llamativos, una camisa rosa y un peculiar pantalón azul cielo.

—Te llamas Anyra, ¿no es así?

Su pregunta me cayó de sorpresa, teníamos mucho rato viéndonos a los ojos en completo silencio.

—Así es, me llamo Anyra Evans —respondí—. Antes que nada, gracias por la oportunidad.

—Ni lo menciones —movió su mano, restándole importancia—. Tú necesitas trabajo y yo una asistente.

Me limito a asentir.

—Si me da el trabajo, le doy mi palabra que no le quedaré mal.

—Aja.

No lo veo muy convencido.

—Adelante, puede preguntarme lo que desee.

—¿Desde cuándo andas con Derek?

Estaba preparada cualquier pregunta, pero no para una tan directa.

—¿Disculpé? —pregunté entrecerrando la mirada.

—Eres su amiguita, ¿no? —señaló—. ¿Desde hace cuánto lo conoces?

Muy bien, ya entiendo todo. Cuando dice "amiguita", me está diciendo pareja sexual y simplemente me rebaja al puesto de un revolcón fácil, y yo no soy eso.

—Creo que está malentendiendo todo —le dije.

—Te ves como una buena chica, pero necesito saber si estarás dispuesta a trabajar aun después de que lo tuyo y Derek finalice —me explicó—. No me sirves si después de que Derek se aburra, tú ya no quieras trabajar.

Hasta aquí llego, claramente me está faltando el respeto.

—Escuche, me está ofendiendo y no me quedaré a escuchar eso —dije con voz seria—. Además, yo no soy la amiguita de Derek, ¿bien? Soy su novia, tenemos una relación seria y, sobre todo, yo separo muy bien mi vida laboral de la sentimental. Usted no está hablando con una niña tonta.

A solo 5 centímetros de tomar mi bolso e irme del restaurante, escucho como Justin aplaude un total de 3 veces.

—Bien, muy bien —me felicitó—. Me gusta esa voz.

—¿Qué? —alcé una ceja, estoy realmente muy confundida—. ¿De qué rayos está hablando?

Justin es más difícil de leer que un libro en chino.

—No eres cobarde y tienes voz. Me gustan las mujeres empoderadas.

—Sigo sin comprender. Porque hasta donde entiendo, usted me faltó el respeto.

—Ah, eso... solo olvídalo.

—¿Perdón?

—No tengo nada en contra de ti, Anyra. Pero ya sabes cómo es esto, quería saber si Derek me sugirió a una amiguita suya, eso nunca termina bien. Sin embargo, si decido confiar en tus palabras, no eres solo su amiguita.

—Ya te lo dije, soy su novia.

—¿Qué tan serio es?

—Vivimos juntos.