QUIERO MÁS DE TI

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ANYRA

Reunidos en un enorme jardín, una gran cantidad de personas conversan entre ellos. Todos de clase alta, algo que reflejan sus vestuarios. Los hombres visten elegantes trajes de costosa tela y las mujeres, finos vestidos de alta costura.

Hay docenas de músicos alrededor, cantando canciones para alegrar el ambiente.

—Al rey no le gustará que estemos aquí, princesa —dijo un guardia.

—El rey es mi padre, no tiene más remedio que aceptarme aquí —respondí, fingiendo estar segura de mis palabras. Pero realmente estoy prácticamente hecha un manojo de nervios por la reacción de mi padre—. Puedo continuar sola a partir de aquí.

El guardia asintió y me acerqué al grupo en donde el rey resalta por la corona de oro blanco y plata sobre su cabeza.

—Padre —miré al rey e hice una reverencia—. Estoy de regreso.

—Hija —dijo, no muy conforme de verme tan pronto—. ¿No te esperaba?

—El viaje se adelantó, padre —le comenté—. Regresé antes.

—¿Se adelantó por circunstancias ajenas o provocadas? —sentí su mirada crítica en mí.

—Jamás dejaría mal puesto el nombre de la corona, padre —afirmé—. Confía en mí.

Puedo soportar a mi padre y su mirada crítica, pero no a la mujer que está parada a su lado. Ella es la actual esposa de mi padre, una sirvienta glorificada que llegó 1 año antes que mi madre muriera. Luego, de alguna manera que aun no comprendo, engatusó a mi padre y este la desposó.

Una sirvienta convertida en reina... una locura.

—Qué bueno que haya regresado con bien, hijastra —dijo ella—. Cuando no estás en el castillo, se nota una gran diferencia.

Maldita mujer, la aborrezco enormemente, y mi padre no se queda atrás. ¿Cómo no se da cuenta que esas palabras no fueron un halago sino un insulto?

En serio la odio con pasión.

—Gracias, madrastra —fingí una sonrisa—. Cuando estoy lejos de ti, también noto una gran diferencia.

Mi padre no me presta atención, como temí, está sumamente furioso por el desplante que causé.

Ya no vale la pena intentar hablarle. No importa que haga, él no me prestará atención.

Dejo caer mis hombros desanimada, busco que hacer con la mirada y lo veo a él, el hombre que, desde que tengo memoria y uso de razón, cautivó por completo mi corazón y sueños más calientes.

—Princesa —escucho su voz y mi corazón se derrite—. Han pasado 2 años, ya eres toda una mujer.

—Me alegra verte sano y salvo —sonreí. Agradeciendo vestir un vestido, porque gracias a eso puedo unir mis piernas y calmar el hormigueo que me produce con solo verlo.

—Demos un paseo —me ofrece su brazo—. Será divertido.

Asentí y envolví mis brazos sobre el suyo.

—Guie el camino —señalé, con una sonrisa sincera en mi rostro.

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Abro los ojos y me siento de golpe en la cama. Me llevé las manos al pecho y comencé a respirar con rapidez.

—¿Qué fue eso? —me pregunté en voz alta.

Nunca había tenido un sueño así. Se sintió, ¿Cómo decirlo? Tan real.

UN LAZO A TRAVÉS DEL TIEMPOWhere stories live. Discover now