LO LAMENTO

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DEREK

Aunque ya dejé en claro que no quiero tener nada con otra mujer que no sea Anyra, debo ponerle punto final a este capítulo de mi vida o nunca sentiré que he pasado la página por completo.

—Derek.

—Lana.

La cité en un restaurante al caer la tarde.

Tengo tiempo, Anyra me escribió que sigue muy ocupada con Justin, espero que ese sinvergüenza no la explote de más o se las verá conmigo.

—Me sorprendió tu llamada —dijo Lana—. Dime, ¿Qué ocurre?

—La última vez que nos vimos, te mostré un penoso lado de mí —comenté—. Me disculpo.

—No pasa nada —Lana movió las manos, restando importancia a lo ocurrido—. Yo entiendo. Estabas ebrio y no tenías cabeza para hablar de nada serio.

Es una buena mujer, en serio lo es. Es amable y comprensiva. Es alguien con quien cualquier hombre pasaría el resto de su vida sin aburrirse. Lo tiene todo, yo soy consciente de eso.

Sin embargo, ella no es Anyra.

—Desde el día que nos conocimos han pasado muchas cosas, ¿cierto?

—Ni que lo digas. Parece que fue ayer, aunque han pasado unos años.

—Es cierto. El tiempo siempre pasa factura, aunque lo neguemos es así.

—Te escucho diferente, Derek. No pareces el de siempre.

—Cierto. No soy el de siempre.

—No comprendo.

—He cambiado, Lana. Mi vida ya no es como antes, han sucedido cosas que afectan lo que tenemos tú y yo.

—¿Cosas?

Ir por las ramas tampoco es lo indicado. Le debo eso, la verdad. Debo hablar con la verdad y ser directo.

—Si fueras otra persona, si tan solo fueras solo una conquista y ya, en serio esto no sería tan difícil —dije—. Pero tú no eres una conquista pasajera, tampoco eres una de esas mujeres con las que voy a la cama y nunca más vuelvo a ver.

Lana dejó sus manos sobre la mesa, puedo ver como tiemblan un poco, señal clara de que está nerviosa.

—Te amo.

Sin que lo viera venir, Lana pronuncia esas palabras con total sinceridad.

—Lana, yo...

—Te amo, Derek. En serio te amo. No es algo repentino, lo he sentido durante mucho tiempo, pero no supe como decírtelo.

—Ese nunca fue el trato.

—Lo sé. Recuerdo claramente lo que hablamos. Pero, ¿Qué quieres que haga, Derek? Yo no mando en mi corazón. Sin que me diera cuenta me enamoré de ti. Despierto y lo primero que pienso es en ti, no puedo borrar esos sentimientos.

—¿Era eso de lo que querías hablar la última vez?

—Así es. Mi amiga me dijo que fuera sincera, que no huyera más.

Otra vez esa amiga. ¿Quién será? Ella no me conoce, pero está complicando mucho todo este asunto.

—Hace unos meses ocurrió algo, Lana. Tuve un accidente en el auto, fue un choque, nada de qué preocuparse.

—¿Qué ocurrió?

—Me cambió la vida.

—No comprendo.

No la culpo por no comprender, ni siquiera yo lo hago. Solo pasó y ya.

—Conocí a alguien.

No sé si fue la mejor opción decirlo de esa forma, pero soy un hombre directo y no pienso cambiar en esta etapa de mi vida.

—¿Conociste a alguien? —repitió en transe—. ¿Tú? ¿Tú conociste a alguien?

Asentí lentamente.

—No lo planeé, Lana. Solo ocurrió —le expliqué—. Comenzamos a trabajar juntos y luego pasó.

—Tú jamás te involucras sentimentalmente con alguien —rebatió—. ¿Por qué cambiar ahora? ¿Qué tiene esa persona?

—Lana... —intenté calmar la situación.

Lana está molesta, no necesito ser un psicólogo para darme cuenta de eso.

—¿Es doctora? ¿Ingeniera? ¿Millonaria?

—Por favor cálmate.

—Debe tener algo que la hace especial, ¿no?

—No es nada de lo que preguntaste, ¿bien?

Lana comenzó a respirar muy rápido, si continua así terminará teniendo un colapso nervioso.

—Comprendo, ya comprendo. Es solo un capricho, ¿cierto? Está bien, lo acepto. Puedes jugar con ella toda lo que desees, ten cuanto sexo quieras con ella, luego de que te aburras podemos volver a hablar.

—Eso no pasará, Lana.

—Por favor, Derek. Admítelo, es solo una cara bonita con la que te encaprichaste.

—Lana...

—Está bien. Eres hombre, ustedes siempre se dejan deslumbrar por una cara bonita, pero luego pasa el encanto.

—Yo la amo, Lana.

Jamás pensé que admitiría ante otra persona mis sentimientos por Anyra, pero mírenme ahora.

—¿Qué?

—Yo amo a esa mujer, Lana. Lo lamento, me duele que esto termine así, pero ya no podemos seguir viéndonos.

—¿Por qué?

—Lo único que puedo ofrecerte es mi amistad, sé que suena a una canallada, pero es lo único que puedo darte a partir de ahora.

Lana se levanta de la silla y me cachetea la mejilla.

—¡Eres un maldito idiota! —gritó a todo público—. ¡Púdrete!

Quisiera decir que no lo vi venir, pero sí lo hice.

¿Estoy molesto con ella? No. ¿Estoy triste por ella? Sí.

Lana fue una buena compañía estos últimos años, debí ponerle fin cuando vi que ella comenzó a tomarse el asunto más en serio de lo que debía, pero no lo hice y estos son los resultados.

Fingí no notar las miradas sobre mí y llame al mesero.

—Tenga por las molestias —le di un billete de 100$.

—Señor, pero usted y la dama solo tomaron agua —dijo el mesero.

—También armamos un espectáculo, ¿cierto? —sonreí forzadamente—. Acepte el dinero por el escándalo causado, es una buena propina.

Salí del restaurante y llamé a Anyra.

Hola, Derek.

—¿Cómo vas con Justin?

Me ha contado muchas cosas sobre ti.

—¿En serio?

Sí. Algo sobre tus amiguitas, pero hablaremos de eso en casa.

—¿Paso por ti?

Sí. Aquí te espero, te amo.

Escucharla decir eso me hizo sonreír con picardía.

—Lo sé.

Mi respuesta haría que Han Solo estuviera orgulloso de mí.

Colgué la llamada y me subo en mi auto.

—Maldito, Justin —murmuré entre divertido y molesto—. Habló de más.

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Twitter: D.F.Burgos

YouTube: Mr.Deivid

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