OLVIDADOS EN EL GERIÁTRICO

AGRADECIMIENTOS

Gracias a mis ángeles que encarnaron a través de cada una de las almas, como lo fueron: Felicia Bakker, Wolfgang Müller, Eva De Jong, e Indah Wati. Sin ustedes este libro no habría sido posible.

A mi pareja: Shafiq Ishaak, por creer en mí cuando yo misma no podía estar consciente de mi propio potencial. Por tu apoyo incondicional. Por levantarme infinidades de veces, cuando la vida me ponía a prueba en esos momentos que sientes que te derrumbas, y no sabes cómo volver a levantarte. Gracias por siempre estar ahí.

Mi madre: Roxana Romero, que aunque tu ausencia física ha sido muy dura de superar, me demostraste que el amor de una madre puede trascender todas las barreras universales, y que has estado a mi lado todo este tiempo, vigilando y protegiendo a todos los tuyos.

A Laura Moncada y a Damián A. Black. Gracias por creer en mis talentos. Por ser un ejemplo de orientación para la creación de mi primer libro, y porque creo fielmente, que nuestro encuentro en Portugal no fue por casualidad. Nuestras almas debían cruzarse. Todo estaba perfectamente entrelazado en el universo. Así tenía que ser.

A Jesús María Alcalá (alias chuchú), por mostrarme un reflejo de todo lo que podemos lograr en nuestro mundo espiritual.

A mi Padre: Javier Alonso Petit, y mi Hermano: Jesús Javier Petit; por su amor y paciencia incondicional.

Agradecida con todas aquellas personas del geriátrico que en su momento las consideré: frívolas y malas; pero que con el tiempo, las entendí. Porque así tenían que ser; era parte de una lección de vida que me tocó aprender. Cada lágrima que en su momento derramé y todas las frustraciones, resultaron ser bendiciones a su tiempo. Les estaré eternamente agradecida, porque me hicieron ser, lo que soy hoy en día.