HABITACIÓN 101

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Mayo 2018, un año exactamente antes que a todos nos cambiara la vida por la pandemia. Había llegado un grupo muy grande de viejitos nuevos a las instalaciones del geriátrico. Los agruparon y diversificaron dependiendo de sus condiciones de salud. Como lo mencioné antes, le hacen una serie de estudios previos a cada cliente para saber en qué grupo pueden convivir y adaptarse mejor; dependiendo del diagnóstico que den los expertos en esta área.

En ese tiempo, me tocó trabajar para otros grupos por falta de personal. Para nadie en los Países Bajos es un secreto, que lamentablemente no a todo el mundo le gusta trabajar en esta área; específicamente con lo relacionado a las personas de la tercera edad. En su mayoría son extranjeros los que toman el rol de enfermería. Pongo como ejemplo mi caso, que me encargaba de llevar un control del menú de cada cliente. Desde pensar en sus desayunos, hasta sus cenas y meriendas. Las actividades recreativas también entraban entre las cosas que tenía que hacer junto con mi team.

Me había tocado trabajar en el primer piso. Me estaba adaptando poco a poco, porque no conocía muy bien la dinámica de aquel grupo. Sin ánimos de ofender, no me identificaba mucho con ellos. Creo que era por el hecho, de que tenían fama de ser quisquillosos, agresivos, y que muchos de ellos trabajaron para los famosos Nazis; conocidos también con el termino: "Tercer Reich", en su época. Aunque sus historiales eran muy reservadas, en mi trabajo TODO se sabía. Era ese dicho muy popular que dicen en mi país: "pueblo chiquito, infierno grande". Algo similar sucedía en mi ambiente de trabajo, y mucho más, si se trata de laborar entre mujeres. Suelen ser lamentablemente las que nos golpeamos más duro.

Me dirigí muy temprano a cada habitación. Tenía que visitar a mis nuevos clientes. Era un grupo muy grande. Un total de 18 viejitos. Yo estaba acostumbrada a trabajar con grupos de máximo de 10 personas. Entre los pasillos, sentía una vibra diferente. No me gustaba esa sensación. Las enfermeras me habían advertido que era un grupo muy agresivo. Que tenía que estar muy atenta, y ser lo menos expresiva, corporalmente hablando.

Puedo hablar y afirmar con propiedad, que los geriátricos son el lugar donde verás todo lo que jamás imaginaste en tu vida. Y en este momento, haré énfasis en los temas paranormales. Existen personas que jamás creyeron en espectros, o cualquier otro tipo de entidades, al coexistir en un ambiente como los hospitales y geriátricos. Te aseguro que tus creencias darán un giro de 180 grados. Desde sentir que alguien te empuja y caes al suelo sin motivo alguno en una jornada nocturna, hasta que te cierren la puerta de la oficina y te apaguen y prendan las luces, estando tú sola en plena luz del día. O lo que sucede cada época de otoño, hasta finales de noviembre. Suelen morir sin ningún motivo alguno (o eso creemos aún), clientes en menos de una semana. Fallecen cada año, como un efecto dominó. Mueren en cada piso más de 8 personas y, en sus actas de defunción, solo describen: muerte natural.

Muchos de nuestros clientes alegan ver a una mujer vestida con una túnica marrón, deambulando a través de los pasillos y riéndose de forma burlona. Llamando a la puerta de cada habitación. Los psicólogos del geriátrico lo toman como algo normal, porque los expertos de la ciencia, aseguran que las personas que suelen tener algún tipo de Alzheimer, pueden presentar alucinaciones o inventarse historias de fantasía; pero lo controversial es, que no son dos o tres clientes reafirmando este acontecimiento. Las personas que ingresan nuevas al recinto, suelen entrar en pánico o actuar de manera diferente. Todos repiten la misma historia, con detalles exactos.

El piso 1 tiene una recámara particular que normalmente se mantiene cerrada con llave. La habitación 101. Esta llamó mi atención de inmediato. Típico de mí. Desde niña, me ha apasionado lo prohibido, así que cuando se trata de algo misterioso, termino haciendo lo contrario a lo que debería ser correcto. Estas cosas me llevan a explorar e investigar, hasta dar en el hoyo. Admito que con miedo, pero sin detenerme.

Lo primero que pregunté fue: ¿por qué la habitación 101 no estaba disponible para ningún cliente? Mis managers me respondieron que esa habitación estaba destinada para depósito. Se hallaban almacenados materiales de aseo y documentos antiguos de la primera empresa, antes de traspasar el nombre como DHB.

Hay un dicho que reza que la curiosidad mató al gato. Así que, como los trabajadores tenemos acceso a las habitaciones y a algunas oficinas, me dirigí a la habitación 101, con la excusa de que necesitaba papel tamaño oficio para rellenar algunos formularios. En cuanto abrí la puerta, ví todo el material de papelería para la empresa, y también, cosas como pañales de todas las tallas para los clientes. Pero mi mirada se fue de inmediato al otro extremo. En una esquina, contemplé dos grandes armarios repletos de objetos antiguos, personales en su mayoría. Habían pipas, candelabros que parecían tener décadas, muñecas de cerámica, muchos libros de todo tipo, alfombras, etc. Eso parecía lo que llaman en Holanda: Kringloop; son tiendas muy grandes en todo el país, donde puedes llevar todo tipo de artículos viejos, como muebles, ropa, libros, y un sin fin de cosas. Los dueños, le colocan un precio, dependiendo de su valor y luego las venden. En la actualidad, está muy de moda entre la población joven la ropa Vintage. Muchos jóvenes van a estos lugares y compran estos artículos de segunda mano a un costo bajo. También lo ven como algo divertido, pero en mi opinión, soy fiel creyente de las energías; tanto positivas como negativas. Entonces podrás imaginarte lo que es llevar en tu cuerpo o tener un objeto en tu hogar, como decoración, con la vibra de otra persona. Principalmente si ya falleció... Lo dejaré a la imaginación de ustedes y su libre criterio. Ojo, quiero dejar claro, que tampoco estoy de acuerdo con todo el tema tan irracional y macabro, como lo es la industria de la moda tan compulsiva en estos últimos tiempos.

Indagando, contemplé los objetos que eran en su mayoría de personas fallecidas. Como muchos no tenían familiares o dolientes, lo que hace la empresa es acumularlos en este depósito, para luego trasladarlos a esas tiendas ya mencionadas.

De pronto, entre el polvo y algunas telas de arañas, vi fotos de grupos familiares. Algunos retratos de mascotas de los fallecidos. Hasta que mis ojos quedaron sorprendidos. Encontré una foto de una mujer vestida de enfermera. Su uniforme era una túnica de color beige oscuro, y al lado, estaba un distintivo con el símbolo Nazi.

Tomé de inmediato la fotografía, y cuando la volteé, tenía un nombre escrito: Nora Wiel. Tomé aquella foto y se la mostré a las enfermeras que tienen más tiempo trabajando dentro de la empresa; que ya están a punto de pensionarse. Todas sorprendidas me dijeron, que no recuerdan si antes en esa habitación dormía alguna mujer que llevara ese nombre. Hasta buscaron en las datas más antiguas, sin obtener algún resultado favorable. De pronto, uno de las viejitas me quitó la fotografía, como un rayo veloz y empezó a ponerse nerviosa. Comenzó a gritar: ¡ES ELLA, ES ELLA! ES LA MUJER CON LA TÚNICA MARRÓN. Todas las noches me molesta, golpeando a mi puerta y riendo a carcajadas sin razón alguna. Mi compañera de al lado casi se cae por culpa de esta mujer. ¿Dónde está?, llamen a la policía. ¡Hagan algo! Realmente se notaba frustrada.

No me extrañaría que todo este ambiente incómodo y paranormal se sintiera mucho más contundente en este recinto, debido a que las enfermeras más antiguas, contaron que el edificio fue reconstruido y reformado. Antes era un Centro de Tortura donde tenían a mujeres y hombres judíos holandeses, en manos de los soldados Nazis. Incluso el hermoso parque natural que tenemos alrededor, fue alguna vez un campo de batalla.

Mi mente se visualizó como un rompecabezas, llevándome a la conclusión, que aquella mujer ya estaba muerta físicamente, pero su alma oscura y malévola seguía intacta; molestando al personal de trabajo y a nuestros clientes.

Esto yo lo llamaría unaperitivo, con todo lo que puedes presenciar en carne propia, cuando sepresentan los eventos paranormales dentro de este campo laboral. Algunossimplemente lo ignoran, otros, se niegan a mirar más allá. Muchos no tienenopción y deben callar cuando algo realmente extraño ocurre. Lo que sí tengo muyclaro, es que es un mundo totalmente distinto al trabajo común de oficina, dondete sientas a tomar tu café calientito por las mañanas y con una rutina diaria.La vida de todos los que ejercemos en cualquier área de algún centro, conpersonas de la tercera edad, opuesta a lo tradicional. Cada día te puedessorprender con situaciones, que no tienen explicación lógica. Algunas sondesagradables, otras, extraordinariamente hermosas y conmovedoras. No te datiempo de aburrirte ni un segundo. En cada pasillo o paredes nace una historia.

OLVIDADOS EN EL GERIÁTRICOМесто, где живут истории. Откройте их для себя