EXTRA.

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HOLAAA. Antes que nada, este extra viene un poquito (bastante) atrasado ya que estuve algo mal de salud y no pude terminarlo para navidad. De hecho, pensaba en no subirlo, pero debido a los recientes acontecimientos en la historia, mi corazoncito quiso un poquito de felicidad, ¡y así nació este extra!

Aclaro que lo que suceda aquí no afecta en nada a los hechos de Hidromiel. De hecho, aquí se asume que Lucas ya sabe sobre quién es Samael, así que en parte nos da un pequeño vistazo de cómo lo habría tomado SI ALGUIEN se lo hubiese dicho DESDE EL PRINCIPIO. En resumen: este extra no es canon, jeje, PERO espero que eso no les impida disfrutarlo. Lo escribí con muchísimo amor <3

*

EXTRA.
Solsticio de Invierno.


Era Nochebuena, faltaban pocas horas para Navidad y Lucas había pescado un resfriado.

Justo en su época favorita. En la temporada que más esperaba durante todo el año, terminó resfriándose debido a las bajas temperaturas que se sentían en toda la ciudad, y todos los planes que tenía para ese momento terminaron viniéndose abajo; ese día tenía contemplado salir de la ciudad para pasar las fiestas en casa de la madre de Alexander, como era su costumbre desde pequeño. De hecho, se aseguró de comprar regalos para todos con dos semanas de anticipación, sin embargo, ahora esos regalos —que él mismo había envuelto y a los que les escribió pequeñas notas personalizadas— se quedarían debajo de su árbol hasta que terminaran las fiestas, pues no estaba en condiciones de meterse a un auto y conducir por horas.

A pesar de que Alexander se ofreció a llevarlo, Lucas se negó; se sentía fatigado y quería descansar. No tenía los ánimos para pasar una noche de celebración, y no quería que los demás se incomodaran al escucharlo estornudar con tanta frecuencia. Asimismo, en algún momento del día, pensó en ir a casa de su padre y pasar navidad con él, pero Román Allué se había acostumbrado tanto a que su hijo pasara las fiestas con Alexander, que ya tenía sus propios planes, y Lucas no estaba incluido en ellos, así que el chico se quedó en casa, se preparó un té y se sentó en el sofá envuelto en una manta mientras veía El Grinch, una de sus películas navideñas favoritas.

No obstante, casi al final de la película su celular comenzó a sonar; Alexander lo había estado llamando durante todo el día para —según él— asegurarse de que Lucas todavía seguía vivo.

— ¿Cómo sigues? — Su amigo le preguntó a través del celular —. Si necesitas algo sabes que puedo regresar y...

—Cálmate, estoy bien — respondió Lucas, acomodando el celular entre su oreja y el hombro; tenía las manos ocupadas en su taza de té —. No me voy a morir por un resfriado.

Alexander suspiró; sabía que Lucas no estaba enfermo de gravedad, de ser así, ni siquiera se habría despegado de él, pero especialmente en nochebuena sentía su ausencia y no estaba tranquilo con la idea de que pasara navidad solo.

—Es la primera navidad de Castiel, y la primera que no vas a estar aquí — a pesar de que Lucas no podía ver a Alex, lograba visualizarlo rascándose la sien y torciendo los labios como señal de inconformidad.

Oww — masculló enternecido —. ¿Me extrañas, Alexy?

—Ya quisieras — bromeó, y ambos se rieron —. Mi madre te extraña, eres el único que comparte con ella su extraño amor por esa asquerosa ensalada de manzana.

—Esa ensalada es la comida de los dioses, imbécil ignorante — se quejó.

—Amigo, millones de moscas comen mierda y no significa que esté buena.

Hidromiel.  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora