Capítulo 46

13.1K 1K 437
                                    

Myleen Collins

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Myleen Collins

Comparto cama con Sophie, quien no para de pincharme con su dedo índice para que despierte de una vez. Estoy cansada después de lo de anoche, cualquier mínimo ápice de energía se ha esfumado. Ni durmiendo diez horas logro despertarme con fuerzas. Esta madrugada nada más llegar a casa me di una buena ducha de agua caliente para no amanecer resfriada. Parece que funcionó, me siento bien, pero con sueño.

—¡Despierta dormilona! —grita Sophie—. Son las dos de la tarde y sigues en la cama, ¿qué hora son estas de seguir durmiendo?

—Pareces una madre, cállate —murmuro, dándome media vuelta.

Sophie me arranca todas las mantas que cubren mi cuerpo, destapándome del calor que recibía al estar dentro de ellas. No dudo en protestar, abriendo mis ojos para ver a esa chica con la que comparto cama por culpa de todos los sucesos que alteran mi vida. Ella me ordena moverme para hacer algo productivo el día de hoy, sin embargo, sigo acostada, abrazando a la almohada que tengo al lado.

—¡Abby, Myleen no se levanta!

—Parecéis dos niñas peleando —dice ella, entrando al cuarto—. ¿Qué os pasa?

—¡No me deja dormir! —protesto.

—¡La comida está casi lista y se te va a enfriar! —protesta Sophie.

—No quiero comer —murmuro—. No tengo hambre.

—Ya sé que esta madrugada te comiste una buena salchicha, pero eso no es motivo para no comer hoy —ríe Sophie.

—¡Sophie! —le regaña Abby, uniéndose a su risa.

—¡No comí ninguna salchicha en la madrugada, que lo sepas! —le hago saber, girándome hacia ellas dos. Me siento en la cama, con mi mente todavía dormida. Contesto a todo lo que ellas dicen, pero mi cerebro sigue en blanco—. ¿Qué hay de comer?

—Lentejas —dice Abby.

—Joder, qué asco —murmuro, volviéndome a acostar—. ¡Despiértame cuando hagas una comida decente!

—¡Myleen Collins, más te vale que te levantes a comer si no quieres conocer mi furia! ¿Me oíste?

Nunca vi a Abby enfadada y no sé por qué eso me aterra. Termino haciéndoles caso, levantándome de la cama y cambiándome de ropa, vistiéndome algo decente, no una simple camiseta. Nada más salir del cuarto capto en el aire ese olor a lentejas. Nunca me gustaron, siempre las odié. Enseguida hago una mueca de asco al ver en la mesa un plato lleno de ellas.

Me siento de mala gana al lado de Abby, removiendo las lentejas con el cubierto. Tengo mi mirada clavada en ellas, sin querer llevarme la cuchara a la boca. Me niego. Me acabo de despertar y lo último que tengo es hambre. Menos si se trata de lentejas.

—Come —ordena Abby, viendo mi plato lleno.

—Tengo náuseas.

—¡¿Estás embarazada?! —cuestiona Sophie, sorprendida—. No cuesta nada poner una gomita...

La oscuridad de Damon [+21] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora