La oscuridad de Damon [+21] ✓

Capítulo 25

Myleen Collins

Una mano en mi pierna me sobresalta, logrando que los latidos de mi corazón aumenten con rapidez. El aparato que tengo al lado me lo hace saber. Me tranquilizo al ver que se trata de Abby, mi compañera, mi única mejor amiga. Veo en sus ojos cafés la preocupación que trae, al igual que mi madre cuando se enteró de lo que me sucedió. Al fin y al cabo, no fue nada grave. Perdí un poco de sangre, pero no me ha dañado nada importante.

—Fue él, ¿verdad? —cuestiona, cruzándose de brazos.

Asiento con la cabeza, sabiendo que no le puedo mentir a ella. Además, le he contado lo que le hice a Damon hace un par de días, con atar los cabos ya sabe la respuesta.

—Estás loca si sigues queriendo estar con él.

—Me devolvió lo que le hice.

No trato de defenderlo, pero es la verdad. Me devolvió lo que le hice para que sintiera el dolor que ocasioné en él. ¿Me lo esperaba? La verdad, no. Creí que iba a matarme, no a devolverme la apuñalada. Tampoco esperaba que viniera a verme. Damon es un poco... impredecible.

—También es verdad —reconoce Abby, relajando sus hombros tensos—. Estáis en paz, ¿no?

—Supongo.

Le hago un sitio a Abby para que tome asiento en la camilla, al lado de mis piernas. Ella se sienta, soltando un leve suspiro por su boca. Su cabello luce ondulado el día de hoy, lo lleva atado en una coleta bien alta. Está débilmente maquillada con lo básico. Una base más clara que su tono de piel, se aplicó rímel para aumentar sus pestañas y también se hizo la línea del eyeliner. Sin embargo, a ella no le hace falta una sola capa de maquillaje para verse bien.

Golpea mi pierna con suavidad, mostrando una sonrisa en su rostro.

—Tengo una muy buena noticia que contarte. Julie ha aparecido y no está bien ni mentalmente ni físicamente, pero sigue con viva. Al parecer tiene varias heridas en los brazos y en las piernas. Le arrancaron la piel a tiras o yo qué sé lo que dijeron en las noticias. Una movida bastante gorda.

—¿Esa es la buena noticia? —cuestiono, frunciendo el ceño. No sé qué concepto tenga ella de buena noticia.

—Nah. El caso es que Denver apareció el día de ayer, yo lo vi por la calle con cara de querer matar a alguien. No estaba muy feliz que digamos.

—¡¿Denver regresó?! ¿Esa es tu buena noticia?

—¡No! —me calla, dándome un golpecito para que le deje terminar lo que me tiene que decir—. Denver y su hija se van a ir de Barrow, esta vez por una larga temporada. Probablemente Denver tuvo que vender el club para pagar su deuda con los Lombardi. Quizás hay un nuevo dueño en Lady Night. Si fuera así, tenemos nuevo jefe y dudo que sea peor que Denver. Así que, dos buenas noticias: Denver se largará y el nuevo jefe no puede ser peor que él —sonríe, aliviada.