Capítulo 14

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Damon Lombardi

Clavo mi mirada en Daryl. Camina de un lado a otro por la casa, con su móvil pegado a la oreja. Lo que no entiendo es qué coño hace hablando en el salón, molestándome con su irritante voz. No me he despertado de buen humor y tenerlo a él, como una lapa pegada a mí, no es algo que mejore mi estado de ánimo. ¿Por qué no se va a otro lugar? Por ejemplo, al tejado de la casa y que se tire. Si muere, un problema menos. Si vive y queda con daños, un problema menos también, porque me encargaría de acabar con su sufrimiento.

—¿No puedes ir a hablar con esa persona a tu puta habitación? —le pregunto, irritado.

Aleja el móvil de su oreja, tapando el altavoz.

—Cállate, es Denver —susurra.

Joder, el que faltaba. Todavía no nos ha pagado y el plazo que le he dado se está acabando.

—Me importa una puta mierda quien sea, lárgate —exijo.

Daryl rueda los ojos.

—¿O si no qué? ¿Vas a clavarme un cuchillo en la garganta? —pregunta, pero no capto la burla en su tono de voz—. Sí, estaremos ahí en media hora —le contesta a Denver, antes de colgar—. Quiere hablar con nosotros por el pago.

—Que hable con Darek que para eso fue él quien organizó todo.

—Darek no está y Duncan está ocupado con su novia. Tan solo quedamos nosotros dos, hermanito —apoya su mano en mi hombro, apartándola rápidamente como quien toca fuego—. Perdón —se disculpa—. Dice que...

—No me interesa lo que diga. Que se ahorre sus palabras y nos dé el puto dinero.

—Para eso iremos. Tú intimidas más, por eso te necesito, a mi lado —dice sonriente—. Pero creo que nos citó para darnos una sorpresa —comenta, pensativo.

Alzo una ceja.

—¿Sorpresa?

—Algo como... compensación por la tardanza de pago —explica—. A lo mejor nos da un pase a la zona VIP, con las bebidas gratis... y empleados a nuestra disposición —se encoge de hombros—. Sé que eso último no te interesa, pero por probar, querido hermanito...

No tengo fuerzas para meterle un puñetazo como el que le metí ayer a Darek. Lo dejo pasar, ignorándolo y desviando mi mirada hasta la televisión. Antes de que viniera a interrumpir mi calma, estaba tranquilo, viendo un documental de asesinatos cometidos en la vida real y que nunca se resolvieron.

—¿Qué estás viendo? —cuestiona él, sentándose a mi lado.

—Un documental de un hermano mayor que mató a su hermano menor por no cerrar la puta boca mientras él quiere paz y tranquilidad —le informo con una sonrisa—. Le cosió los labios con un fino alambre y luego le metió el cuchillo de cortar la carne en su cuello —dirijo mi mirada hacia mi hermano, que me observa con los ojos muy abiertos—. Murió desangrado en unos segundos. ¿Quieres hacer ese asesinato realidad? ¿No? Pues cállate.

Eleva su dedo pulgar, dando a entender que no me molestará. Quiere volver a hablar, por eso levanta su brazo como hacen los niños en la escuela a la hora de preguntarle algo al profesor.

—¿Qué? —cuestiono, con cansancio.

—¿Y Denver?

—Ve tú solo.

—¿Y si es una trampa y me mata?

—Sería el día más feliz de toda mi existencia —sonrío, sincero.

—¡Estoy hablando en serio, Damon! —grita.

—Y yo también, Daryl. No grites, ya sabes las consecuencias de ello —le digo con calma.

La oscuridad de Damon [+21] ✓Where stories live. Discover now