Capítulo 34 [+18]

19.7K 1.2K 653
                                    

Myleen Collins

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Myleen Collins

Los dos solos, en la misma habitación, una vez más. Él me arrebata las llaves de la mano, cerrando la puerta del cuarto para que nadie nos pueda interrumpir esta noche. Damon detiene mis pasos que avanzan hacia la cama, tomándome del brazo para girarme hacia él. Sé por qué accedió a mi invitación, tanto él como yo necesitamos alejarnos un poco de la realidad que nos está asfixiando, necesitamos una noche de calma.

Ni siquiera hace falta encender la luz para poder ver algo en la habitación, con la luz que proviene del exterior de las ventanas, es suficiente. Alzo mi mirada hacia él, viendo sus ojos azules que, en la oscuridad, parecen del mismo color que su cabello. Su presencia aquí, frente a mí, a escasos centímetros, es lo que altera mi respiración en cuestión de segundos.

—Sabía que ibas a venir... aunque no tan rápido —admito, sonriente—. ¿Cuándo vas a admitir que soy tu debilidad?

Vale, la primera frase que acabo de decir se puede malinterpretar, pero no fue mi intención.

—¿Cuándo vas a cerrar la boca?

—¿Quieres que utilice mi boca para algo mejor que no sea besarte ni hablar? —cuestiono, caminando hacia él. Lo hago retroceder poniendo una de mis manos en su pecho, tocándolo a través de la tela que lo cubre. Termino arrinconándolo entre la puerta y mi cuerpo, quedando a escasos centímetros de él. No opone ninguna resistencia, se queda ahí quieto, con la espalda pegada a la entrada.

Su mano se encierra en torno mi muñeca, dándole un ligero apretón. Su intención es guiarme, descendiendo mi toque con lentitud por su pecho todavía cubierto por esa sudadera, aunque no la tendrá puesta por mucho tiempo, en cuanto acabe de hacer esto, se la quitaré para poder ver su torso desnudo. Detiene su movimiento cuando las yemas de mis dedos tocan el borde de su pantalón.

—Arrodíllate y demuéstralo —ordena con voz ronca.

No hace falta que lo repita dos veces. Mi mente acata esa orden con rapidez, logrando que mis rodillas se flexionen para apoyarse en el duro suelo de la habitación. Él alza mi barbilla, haciendo que nuestras miradas se conecten por unos segundos. Ahora sí que me siento inferior, sobre todo, al ver lo alto que es. Me siento tan pequeña al estar arrodillada frente a él.

Mis manos bajan toda la ropa que cubre la parte inferior de su cuerpo, dejándolo desnudo de cintura para abajo. Rodeo su miembro con la palma de mi mano, comenzándola a mover por su tronco. Acerco mi boca al glande, lamiendo la punta con extrema delicadeza y deslizando mi lengua por el resto del falo, humedeciéndolo para que sea más placentero. Después de un breve paseo por su miembro, vuelvo a su glande, metiéndolo en el interior de mi boca y cerrando mis labios en él. Comienzo a chuparlo mientras me encargo del resto de su miembro, moviendo mi mano de arriba abajo, aumentando la velocidad conforme pasan los segundos.

Al ascender mi mirada para verlo, observo como él echa atrás su cabeza, apoyándola en la puerta que tiene detrás. Escucho como su respiración se acelera y como poco a poco comienza a perder el control. Coloco una de sus manos en mi cabello, Damon desciende su mirada hacia mí, viéndome a los ojos por unos instantes antes de formar una coleta con mi pelo y tomar él el control de la situación. Ya dejó por unos cuantos segundos que fuera yo que hiciera con él lo que quisiera, ahora le toca a Damon retomar ese control. Y sé que no será gentil.

La oscuridad de Damon [+21] ✓Onde histórias criam vida. Descubra agora