Capítulo 18

11.1K 857 204
                                    

SKYLER:

Luego de que las mujeres salgan espero unos cinco minutos para salir también. Camino hacia la sala en donde dije que me encontraría con Nicola y ya está ahí esperándome.

—¿Lista para soportarlos otro rato? —bromeó, tomándome por la cintura.

—Tenemos que hablar —digo, tomando un poco de distancia y enseguida la sonrisa se borra de su cara dando paso a una expresión de preocupación.

—¿Qué hice ahora? —se queja.

—Algunos comentarios han llegado a mis oídos, amor —murmuró pasando mis dedos por su cuello— Y no me tienen contenta.

Me mira con el ceño fruncido pero me insta a continuar.

—Dicen que te casaste conmigo solo para complacer a los demás capos —suelto— Algo que por un momento me hizo demasiado sentido, era mucha coincidencia que estuvieras tan apresurado con este matrimonio, pero...

—¿Quién lo dijo? —me interrumpe bruscamente— Me importa una mierda quien haya sido lo voy a torturar y luego matar por estar diciendo tales estupideces. 

Al notar mi silencio es el ahora quien pone su gran mano en mi cuello y presiona suavemente.

—¿No has estado creyendo esas idioteces, verdad amor? 

—Por un momento todo me hizo sentido —admito algo avergonzada y hay un destello de dolor en sus orbes azules— Pero luego entré en razón y sé que no serías capaz de hacerme algo así. Confío en ti, Nicola.

—Más te vale —gruñe, apretando un poco más mi cuello como advertencia— Detestaria tener que castigarte. 

—¿Y cuál sería ese castigo?

—Darte unos buenos azotes y luego follarte hasta que tu cerebrito entienda que debe confiar en mí y no andar creyendo las mierdas que dicen los demás.

Riendo lo atraigo hacía a mí para besarlo, este hombre me tiene mal. Hablaba completamente en serio al decir que confiaba en él, ya es hora de dejar el pasado en el pasado, Nicola ha demostrado de infinitas maneras que me ama y el sentimiento es recíproco así que ¿por qué seguir luchando contra el?

—Ahora me dirás quién dijo eso —exige.

—No —niego rápidamente—Es nuestra fiesta de compromiso y no quiero que haya muertes.

Parece sopesar la idea unos segundos hasta que asiente lentamente.

—Como desees —besa mis labios castamente— No habrá sangre pero los voy a echar a todos de nuestra casa en este mismo momento. Porque si alguien me vuelve a molestar lo mataré y no quiero que tú te molestes conmigo por ello.

—No los puedes echar así como así.

—Mírame —dice y se dirige al jardín en donde están todos.

Me apresuro hasta llegar a su lado e intentar detenerlo pero es demasiado tarde, se aclara la garganta llamando la atención de todos y comienza a hablar.

—Agradezco la asistencia de todos pero lamento informar que la fiesta ha llegado a su fin —dice como si nada— Y por cierto la mujer con la que me voy a casar no es cualquiera, es la mujer que amo. Si un solo mal comentario de nuestra unión llega a mis odios, correrá sangre.

Se hace un tenso silencio hasta que la mayoría da un firme asentimiento para luego acercarse a despedirse y finalmente marcharse, todo sin ningún inconveniente. Al parecer mi prometido tiene más influencia de la que esperaba.

—Ves como sí podía —infla el pecho con orgullo.

—Ya lo veo, amor —digo divertida mientras acaricio suavemente su brazo— ¿Qué haremos ahora?

Atrévete a QuerermeWhere stories live. Discover now