XLIII

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No sé cuánto tiempo hemos caminado, ni siquiera puedo saber la distancia que hemos recorrido. Nero dejó de cargarme hace un par de minutos, por lo que puedo caminar a su lado. Mi habilidad es un arma de doble filo. Me dejó sin fuerzas a mitad de un combate. De ir solo, ya no la contaría. Sabía que me debilitaba, pero no pensé que me noquearía por completo y encima durante horas. Fui demasiado descuidado, aunque era una situación difícil. No creo haber podido salir con tanta facilidad como lo hice de no haber usado esa habilidad. Paul dijo que era un punto débil, y tiene razón. Me pregunto cómo haría antes para usarlo, por supuesto que debía ser consciente de mis límites, pero debía tener un mejor control. Aunque Nero ha dicho consecutivamente que no controlaba ese poder en el pasado, por lo que, tampoco estoy en una peor situación. Cuando supe que tenía este poder, pensé que se basaba en la regeneración de las heridas, pero con esta habilidad ha quedado claro que se basa en el control de la sangre. Ella es la que se encarga de curar esas heridas de forma automática, si uso esa sangre para pelear, mi cuerpo no podrá reponerla a tiempo y termino colapsando. De ahí que Nero verificará que tenía la sangre suficiente para curar mis heridas antes de cargarme. Si tan solo tuviera una forma de recuperar sangre sin tener períodos largos de descanso, podría solventar este problema. También podría evitar las peleas largas, me he visto abrumado por haber usado mi habilidad durante un día entero, por lo que, si sólo lo uso cuando esté seguro de tener peleas cortas, entonces no tendría problemas.

—Tenemos que buscar un sitio para descansar —anuncia Paul detrás de nosotros— ya estamos lo suficiente lejos. Ella no nos seguirá hasta aquí.

Sé refiere a la princesa. En teoría no debería regresar a la zona, pero lo hizo. ¿Qué objetivo tiene? El lago de los lamentos ya había caído. Podría haber sido informada de nuestra intrusión en el área y por eso regresó o tendrá otros planes. Es difícil deducir algo cuando no la conozco de nada o al menos no que yo recuerde aún.

—Hagámoslo aquí —declara Nero al detenerse. Yo hago lo mismo y Paul se acerca a nosotros.

—Aquí no hay nada —protesta Paul.

—¿Vez algo mejor? —pregunta Nero señalando nuestro alrededor árido y plano. No hay ningún rastro de vida. Me causa curiosidad porque hay zonas áridas tan cerca de zonas vegetales.

Paul se queja antes de tirarse al suelo.

—¿Tienen vitaminas? Me he quedado sin calcio —masculla Paul sin mirarnos.

Nero se burla.

—Así que te falta calcio —deja salir Nero sin parar de reírse.

—Sirve para algo costal de músculos y dámelo —exclama Paul molesto ante la burla de Nero.

Los observo con una leve sonrisa en mis labios. Somos de cuarteles diferentes, pero no somos rivales. Eris mencionó que somos aliados, por lo que Astra sería enemigos nuestros en términos políticos, ya que, él mismo mencionó en nuestro encuentro que éramos amigos y sí mi recuerdo es real, entonces lo que dijo es cierto.

—He perdido la mayoría de mis cápsulas —anuncia Nero cuando ha dejado de reírse. Él se ha puesto de cuclillas frente a su bolso abierto— no, no tengo más vitaminas ¿y tú Ned?

Me pongo de cuclillas también para abrir mi maletín. Tengo todas las cápsulas intactas. Cuando estábamos en el árbol del comienzo, Kit menciono que las esas cápsulas eran las que tenían una especie de color verde o una hoja. No lo recuerdo bien. Voy sacando unas cuantas cápsulas que no parecen ser vitaminas para tener acceso a las que están debajo.

—Vaya —deja salir Nero— que milagro que has conservado todas. Nunca eres capaz de proteger ese maletín y casi siempre no contamos con el tuyo, pero al ver que aun lo tenía quise probar suerte y mira, las tienes todas.

No digo nada y vuelvo a buscar hasta dar con una de color verde que le aviento a Paul con la esperanza de que sea la correcta.

Él la atrapa y la observa.

—Alimento —murmura Paul— esto es mucho mejor.

—¿Tienes alimento? — inquiere Nero asombrado lanzándose a mi bolso.

—Kit guardo un par más —respondo.

—Ahh ese chico —deja salir Nero con un tono extraño que me hace quitarle la mirada y ver el cielo.

Kit.

—¿Quién es él? No me suena a ningún primera generación que conozca —agrega Paul cuando ya se ha inyectado un poco de alimento.

—Es el nuevo compañero de Ned, no es un primera generación —le responde Nero sacando una cápsula de alimento.

—¿Por qué tiene un soldado normal de compañero? —pregunta Paul antes de acostarse sobre el suelo— el cuartel tres hace las cosas muy extrañas.

—Les salvamos el culo, no te quejes —protesta Nero dejando la jeringa vacía. Este se ha inyectado todo de golpe sin problemas. Cuando yo lo hice tuve un colapso, y él sigue como si nada. Es demasiado resistente.

—¿Pues adivina qué? —inquiere Paul— sigo atrapado aquí.

—Eres una molestia, pero órdenes son órdenes —deja salir Nero volviendo a tomar mi bolso y sacando una cápsula naranja— prepárate para ser salvado, niñita.

Nero aprieta la cápsula que se rompe en un rayo de luz que se dirige al cielo para luego desaparecer.

Parece una señal de emergencia. No ha destacado nada, por lo que, no estoy seguro que haya hecho realmente, pero supongo que Nero sí lo sabe y además es menos cabeza hueca de lo que aparenta. De hecho es bastante listo debajo de esos músculos y sus sentimientos por Isis.

"Ned" esa voz llamándome de nuevo. Estoy en una zona de entrenamiento, no es la mía, es una totalmente diferente.

"Estoy aquí" dije mientras me acercaba a la voz. Es una silueta oscura. ¿Quién es? ¿Daisy?

Una sonrisa que conozco.

"Es como un sueño" murmuró.

Me acerco a la sombra para tomarla de sus hombros.

"Pero es real" sentencie con una sonrisa.

"Estoy tan feliz, Ned" murmuró en voz baja. 

FORSAKENWhere stories live. Discover now