XVI

15 10 2
                                    

Lo primero que puedo distinguir en el cielo es el anillo que rodea al planeta junto con un colorido cielo anaranjado con tonos rojizos. El sol de color rojo intenso ocupa una gran parte del cielo a pesar de estar cubierto de abundantes nubes amarillas tan transparentes que puedes ver las estrellas incluso de día si miras detenidamente lejos de la posición del sol. El cielo es una maravilla, aunque de noche el anillo parece que tuviera vida propia, no como en el día que luce opacado por el cielo lleno de vida, aunque me da la sensación de que es muy diferente a lo que yo recordaba. No lo sé, simplemente tenía la idea de que sería azul con nubes blancas.

—Lo recordaba menos abrumante —comenta Kit a mi lado. Por el rabillo del ojo Eris rodea el auto en dirección a Isis.

—¿Azul? —dejo salir y él baja la mirada para preguntarme lo mismo.

—Seguro te refieres cuando se oscurece —comenta Kit.

—Sí... —digo intentando olvidar el tema.

Bajo mis botas hay una cantidad enorme de restos de roca y arena. Detrás de nosotros la cortina de humo ha dejado un trayecto bastante largo aunque a simple vista sólo se ve una zona plana totalmente desértica. Sin embargo, frente a nosotros parece un mundo completamente diferente aunque todavía hay demasiado polvo.

—Dejen de perder el tiempo. Andando —exige Eris comenzando a moverse fuera de la nube de humo en dirección a la fauna.

—¿Quién te dijo que estabas a cargo? —protesta Isis siguiéndole de cerca. Su bastón está sujetado a su espalda.

Debe haber alguna cápsula con esa herramienta.

—Canal 3 —murmuró en voz baja— soldado Kit.

—Canal activado —responde una voz masculina.

Se escucha un leve pitido antes de escuchar su respiración.

—Ey —digo

—Estoy justo a tu lado —dice moviendo su mano mientras caminamos detrás de ellas.

—Necesito la cápsula que usó Isis para sostener su arma en la espalda —le digo.

—¿En serio? —pregunta.

—Sí —respondo cortante.

—No es una cápsula, sólo ponla al lado o encima del bolso —me dice señalando su escudo encima de su bolso. Giro un poco la cabeza para ver un espacio en donde ubicar la guadaña en uno de los costados del bolso. Al ponerla este se ajusta al cuerpo de la guadaña y lo sujeta. Parece que es bastante confiable así que me giro hacía Kit.

—Gracias —le digo por el comunicador. Escucho una sonrisa.

—Me alegra ser de ayuda —deja salir un poco dudoso. No sé qué debería responder así que escucho su respiración un par de minutos mientras aún no hemos atravesado la cortina de humo provocada por la velocidad a la que iba el vehículo, lo que me hace preguntarme en donde se encuentra la base tardamos un buen trayecto, aunque no debió pasar mucho más de diez minutos, pero en sólo tres minutos se recorrió mucha distancia.

—Corta la comunicación, Ned —me despierta Kit de mis pensamientos. Realmente no sé cómo hacerlo.

—Hazlo tú —le ordeno intentando sonar lo menos indiferente posible. Siento su respiración alterarse unos segundos antes de que corte la comunicación diciendo simplemente "cerrar canal 3". Por suerte no probé suerte.

El suelo bajó mis botas se vuelve menos árido y comienza a cubrirse de un musgo abundante de color verde rojizo.

—El bosque del pesar es una zona segura para nosotros y una de precaución para los soldados en general, las criaturas aquí son dóciles —comenta Eris en dirección a Kit. Puedo identificar la silueta de los árboles que comienzan a aparecer en medio del polvo. En un principio me siento impresionado por la altura de los primeros árboles hasta que veo como los siguientes son de muchísimo mayor tamaño. De hecho pareciera que fueran todavía en etapa de crecimiento por el escarlata de sus hojas en comparación con el rojo opaco de las hojas de los árboles más altos.

Pequeños arbustos comienzan a cubrir el espacio entre los árboles.

Los pasos de Eris e Isis se detienen al mismo tiempo que siento como algo se acerca a gran velocidad.

—Kit —lo llamo y él toma el escudo mientras me pongo detrás de su espalda con la guadaña.

Miró entre los árboles y por encima de los arbustos, pero la vegetación es tan abundante que parece que no fuera de día.

—Estúpido auto, atrajo a los Vaos —se queja Eris mientras Isis envía una corriente eléctrica a un arbusto haciendo que una criatura cuadrúpeda grite antes de salir rostizada. Veo su piel celeste con manchas negras por el ataque de Isis.

—Ahí vienen —anuncia Isis.

Mi cuerpo se siente tenso y ligeramente nervioso al empezar a escuchar aullidos que se hacen mucho más fuertes.

Tengo la idea de estar a la defensiva, pero de repente mi cuerpo se impulsa hacia delante para cortar a una de las criaturas que al acercarme salta hacia mi. Soy manchado de un líquido negro, pero rápidamente debo dar una voltereta para esquivar un ataque y volver a cortar.

Un fogonazo pasa a mi lado para golpear a un Avos que ya se abalanzaba hacia mí. Isis me da una rápida sonrisa. Por el rabillo del ojo veo a Eris masacrar a toda una colonia de ellos con muchísima rapidez, sino fuera por los cadáveres en el suelo no podría saber que ella está ahí. No le dicen soberana de la aniquilación por nada.

Pienso en Kit, me giro para verlo bloquear el ataque de uno de ellos con el escudo que hace repeler a la criatura hacia un árbol con mucha fuerza como para dejarla inconsciente.

Escucho a varios Avos lanzarse con sus bocas llenas de colmillos filosos hacia mí, pero mi cuerpo es mucho más rápido que mi cerebro haciendo que gire rápidamente sobre mis pies creando una especie de imagen escudo con mi voz que convierte a todas esas criaturas en picadillo. Cuando dejo de girar me siento un poco mareado, pero debo dar un salto hacia adelante para volver a esquivar a un Avos y cortar a otro que sale del arbusto frente a mí en cuestión de segundos. Me giro para bloquear la mordedura con el mango de la guadaña al que esquive recién, pero sus garras perforan mi traje con suma facilidad. La criatura no cuenta con ojos, ni siquiera puedo identificar una nariz. Tengo que cerrar los ojos ante el rayo de luz que pasa a gran velocidad para golpear al Avos que cae sobre mi convulsionando. El rayo me ha afectado, por lo que me cuesta quitar al monstruo que es sumamente pesado, para cuando me levanto. Kit se encuentra a mi lado y me brinda la mano para ayudarme a levantarme.

—La soberana de la aniquilación ha abierto el canal general —anuncia la voz de mi comunicador— se acercan más, hay que movernos hacia el árbol del comienzo.

Y se supone que las criaturas de este lugar son dóciles. No me quiero imaginar si fueran violentas.

FORSAKENWhere stories live. Discover now