XXV

16 6 2
                                    

¿Por qué imagino un cielo de otro color? No puedo entenderlo. Una parte de de mi desea esta calma, quiero dormir para no despertar.

Un puño sobre mi mandíbula hace que despierte.

—¿No fue algo muy exagerado? —pregunta Isis.

—Estará bien —responde Eris— Despierta Ned, deja de perder el tiempo. Ya vamos con retraso.

—¿De verdad se introdujo todo el alimento? —inquiere Isis.

—Sí, intente advertirle —deja salir Kit. Debe seguir sosteniéndome por la cercanía de su voz.

—Lo sabemos, no es la primera vez que lo hace —agrega Eris.

Abro los ojos lentamente por la luz artificial de la habitación. Eris está a la misma altura que Kit, por lo que debe estar de cuclillas mientras que el rostro de Isis se ve en el fondo así que debe estar de pie.

Decir que no me encuentro mareado o somnoliento sería mentira.

—Todavía está bajo los efectos de la alimentación —comenta Eris con un suspiro.

—No podemos esperar más tiempo —se queja Isis.

—¿Puedes cargarlo? —pregunta Eris a Kit.

—Ehh sí, sí —dice algo nervioso.

—Bien, nos vamos —anuncia Eris levantándose.

Kit me levanta y me deja sobre la camilla.

—Descansa —me pide con tono amable.

Me siento patético de esta forma, si hubiera sabido que eso me iba a noquear no lo hubiera consumido de esa forma. Ni siquiera mis poderes funcionan contra eso o quizás todo lo contrario, de no ser por ellos podría haber muerto por sobredosis. Que idea más espeluznante.

—Cambia tu uniforme soldado, y ya que estas cambia el de Ned también, hay repuestos en ese bloque del fondo a la derecha, sabrás cual es el indicado para Ned cuando lo veas —le ordena Eris a Kit antes de girarse hacia Isis— ¿puedes llenar nuestras mochilas con los suministros que nos hacen falta?

—Ya pensaba hacerlo. No necesitas decírmelo —le responde Isis abriendo un gabinete lleno de cápsulas.

—Voy a contactar con la central, necesito saber en donde se encuentra la princesa para calcular con exactitud el tiempo que nos queda —dice antes de salir de la habitación.

Hay unos minutos de silencio en los que puedo escuchar a Isis mover las cápsulas, hasta que ella misma rompe el silencio.

—¿Qué sucede? ¿Te avergüenzas de que los vea? —pregunta ella casi a punto de reirse— soy un mujer en el ejército, créeme, he visto muchos hombros desnudos.

—No es eso —dice Kit. Isis suspira.

—De cualquier forma solo falta tu mochila, coloca estas cápsulas dentro cuando termines —le dice Isis antes de salir de la habitación.

Kit toma aire y lo deja salir. El Nu está dando saltos sobre su cabello. Lo que da una imagen demasiado divertida.

Decir que se quito el uniforme sería mentir, puesto que terminó de romperlo hasta llegar a la cintura. Tiene todo su cuerpo marcado en especial su pecho, aunque era algo que ya había visto cuando él Klin quemó parte de su uniforme. Por lo que, pensándolo bien, no tenía muchas otras formas de quitárselo.

Él me da la espalda para terminar de quitarse el uniforme, su espalda también luce tonificado y firme. A parto la mirada. Necesito salir de aquí, maldita jeringa.

Mantengo los ojos cerrados hasta que unos dedos se ponen sobre mi cuello en busca de los botones del traje.

—Seré rápido —me dice Kit evitando verme. ¿Está nervioso? Quiero decir es algo normal en él, pero tengo la sensación de que lo está aún más por la forma en que desbrocha el traje. Levanta un poco mi cuerpo para juntarlo al suyo con el objetivo de encontrar la cremallera que comienza cerca de los botones justo detrás del hombro izquierdo . A esta distancia puedo sentir su aroma a algo parecido a la goma y o la crema fresca. Aunque no tengo un recuerdo claro de que son esas dos cosas, por alguna razón lo puedo relacionarlas.

Cuando da con la cremallera este me acerca lo suficiente para sentir los latidos de su corazón sobre mi cabeza. Su ritmo es fuerte, al menos mayor que el mío.

Cierro los ojos de nuevo dejándome llevar por el ritmo de su pecho a tal punto que recuerdo correr por un pasillo llevando a alguien de la mano.

"Estaremos bien" digo de forma repetitiva a pesar de los disparos detrás de mí.

"Ned, no puedo correr más" dice una voz. De nuevo ya la había escuchado.

"Entremos aquí" anuncio al ver un conducto de ventilación a nivel del suelo.

Por suerte no está atornillado, por lo que sólo tengo que halar rejilla para que podamos entrar.

"Entra rápido" le ordeno. Miro detrás de mí. Hay humo y fuego en una habitación al fondo. Muevo las mesas metálicas unos pocos centímetros al ser muy pesadas por los aparatos que hay encima, aun así, las muevo lo suficiente para cubrir el conducto de ventilación.

Entro con rapidez y cierro la ventanilla. Esta oscuro, pero puedo escuchar su llanto. Me acerco para atraerle a mi pecho y rodearlo con mis brazos.

"Yo te protegeré, vamos a estar bien" murmuro sintiendo su corazón a tope. Me aferro a su delgado y frágil cuerpo.

"Tengo miedo Ned" deja salir. No puedo reconocer su voz por lo bajo que suena.

"Estoy aquí, estoy aquí, estaremos bien" digo en voz baja.

Los disparos desaparecen y se convierten en sonidos que me dan escalofríos. Parece como si fuera una conversación, pero no entiendo esos gruñidos.

"Ned" me llama. Las mesas son movidas.

"No dejaré que te lleven" sentencio aferrando mi agarre sobre su cuerpo.

La rejilla se abre y una luz cegadora nos cubre.

—Tenemos que irnos ya —dice Eris con fuerza haciendo que abra mis ojos. Kit sigue sosteniéndome, pero el uniforme no se siente mojado, por lo que debió haberlo cambiado. Ni siquiera lo note. Él sube la corredera con rapidez y abrocha los botones del cuello.

—¿Qué ha sucedido? —pregunta Kit.

—La princesa ha masacrado a las tropas del cuartel dos que luchaban en lago de los lamentos, esa zona es suya ahora —responde con un tono bajo para Eris— tendremos competencia por los recursos de la misión. 

FORSAKENWhere stories live. Discover now