XIX-ERIS

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No he parado de temblar desde que el Klin apareció. Por mucho tiempo he intentado superar lo que sucedió en la misión de reconocimiento que tuvimos Ned y yo hace tres años, pero no logro conseguirlo. Incluso, si Ned no hubiera llegado en ese momento, no sé qué hubiera pasado.

"No puedes permitir que el terror te domine" me dijo Ned cuando volvimos a encontrarnos a uno.

"Eris, estoy aquí, tranquila" murmuró en esa ocasión poniendo su mano sobre mi hombro.

Ned es un cabeza hueca, es algo que siempre ha destacado en él desde que era niño.

"Oye niña, ¿de qué color son tus ojos? " preguntó con su cabezota sobre la mía.

"Ya te lo dije, mi nombre es E-R-I-S, ¿qué te pasa no puedes recordar los nombres?" le grité antes empujarlo tan fuerte que le hice golpear accidentalmente con el borde de puntiagudo de una pared ocasionando que su cabeza sangrara. Estuvo en recuperación toda la tarde. Se volvió más divertido cuando adquirió sus poderes a diferencia de Nero que se volvió una molestia inquebrantable.

¿Qué estoy haciendo? ¿De verdad me pongo a pensar en el pasado cuando Ned se está haciendo cargo?

Quiero creer que es él, de hecho suena como él, dice cosas como las de hace un rato que solo él diría, pero el resto del tiempo, siento que es una persona completamente diferente, muy ingenuo, distraído y torpe para pelear, además creo que juraría que lo he escuchado reír. Todo en él se siente diferente desde que regreso, y no soy la única que lo piensa, aunque Isis o el general lo han asumido, estoy segura de ello.

No deja de recordarme al Ned adolescente en nuestra primera misión fuera del cuartel.

Me doy una bofetada. El casco amortigua el golpe, pero cumple el objetivo de regresarme a la realidad. El Klein se miran fijamente esperando que alguno de los dos ataque primero, aunque Ned ha logrado alejarlo de ese chico.

Corro hacia Kit a toda velocidad. Su piel expuesta a las quemaduras se ha hinchado y comienza a tener ampollas por la exposición. Tiene una sonrisa en el rostro ¿es masoquista o algo así? No me sorprendería, es el actual compañero de Ned. Deja los celos atrás Eris, no es momento.

Pongo su brazo por encima de mi hombro para levantarlo, es mucho más pesado de lo que aparenta.

—Lo tengo, los llevaré al árbol del comienzo, nos vemos ahí ¿de acuerdo? —le informo a Ned.

—Cuento contigo, Eris —me responde de la forma en la que solo él puede.

Él prepara su guadaña dispuesto a atacar el Klin lo identifica y prepara su bola de fuego, lo que hace que Ned salte, pero este la lanza en su dirección dándole de lleno, pero en cuestión de segundos Ned sale del otro lado envuelto en llamas para cortarle muy cerca del cuello gracias a que la criatura lo alcanza a esquivar dando un salto muy pequeño hacia atrás. Por suerte el traje de Ned no es inflamable, por lo que sólo su piel debe estar totalmente chamuscada.

El Klin usa sus garras para atacar a Ned que empieza a caer, pero este lo repele con su guadaña clavándola en su mano para usarla como impulso hacia la cabeza.

Mi memoria trae de regreso esa misión. Pará recorrer más terreno en el pantano de los lamentos, Ned y yo nos separamos. En ese momento, iba a anochecer por lo que debía buscar un refugio, el problema de ese pantano es que los árboles no son lo suficientemente altos para dormir en sus ramas, tampoco hay cuevas y la mayoría de las criaturas ahí prefieren cazar de noche, por lo que, estaba en un problema. Recuerdo estar caminando por los lirios de agua cuando el alarido me noqueo. Intenté llamar a Ned por el comunicador, pero inútil estaba tirada sobre el agua del pantano inmóvil. El Klin llegó unos minutos más tarde, pensé que sería mi fin, pero estaba equivocada de hecho apenas comenzaba. Cuánto hubiera deseado que en ese momento acabará conmigo con una bola de fuego, pero no lo hizo, se acercó a mí y lentamente empezó a recorrer con su lengua mi cuerpo hasta desgarrar a lengüetazos mi ropa para darme vuelta y seguir, cuando ya no tenía nada empezó con mi piel.

Caigo al suelo paralizada de nuevo mi cuerpo vuelve a temblar por el recuerdo. Lo siento Ned, no puedo hacerlo.

No estaba preparada para encontrarme con un Klin de nuevo. Esta no es su zona habitable, no tiene ningún maldito sentido que esté aquí.

El sonido eléctrico de Isis me hace girarme hacia los resto de las llamas. Por un momento me preocupé, pero al ver que las llamas seguían a su alrededor supe que estaba intentando mantenerlas alejadas de ella hasta que se consumieran.

Ella aparece de rodillas en el suelo rodeada de un escudo eléctrico muy débil, no ha dejado de sostener su bastón.

—Yo... —dice agotada—he llegado a mi límite.

Cae al suelo inconsciente. Me vuelvo a dar una cachetada. Tienes que moverte maldita sea.

El Klin chilla de dolor ante un ataque de Ned que corta su pecho, pero este se defiende cortándolo con sus garras y mandándolo contra el suelo. Lo veo levantarse a unos muy pocos metros de mí. Su cuerpo expulsa sangre por todos lados y debe haberse roto los huesos del brazo izquierdo y el pie, por la forma en la que se mantiene de pie.

—Eris, ¡ahora! —me ordena, lo que provoca que comience a correr a gran velocidad hacia Isis.

No tiene quemaduras en la piel, pero la mayor parte de su traje y casco no puede decir lo mismo. La levanto y pongo su brazo alrededor de mi hombro, de tal forma que llevo a cada uno en uno de mis brazos. Por suerte esa bruja no es pesada, por lo que puedo llevarla con mi brazo izquierdo.

En estas situaciones Nero es tan útil. Podría llevar a estos dos en uno de sus brazos sin problemas.

Ned me ha encargado esta misión, tengo que hacerlo. Giro la cabeza para verlo totalmente recuperado y volviendo a salir de una bola de fuego que debió lanzarle mientras levantaba a Isis.

Acabalo Ned, eres el ángel de la destrucción después de todo. 

FORSAKENWhere stories live. Discover now