꒱ extra: sorpresitas III.

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A los pocos segundos de que pegara un grito por la sorpresa de enterarse que su novio estaba en la misma ciudad que él, su teléfono comenzó a sonar, justamente, debido a la personita que desde hace unos días no dejaba su mente por distintas razones.

—¿Yoobi? ¿De verdad estás aquí? —fue lo primero que dijo al contestar.

Pero no necesitó respuesta, puesto que Namjoon se adelantó y bajó a abrir la puerta del edificio a los dos viajeros que acababan de llegar. Así que, en cuestión de minutos, tuvo al pequeño omega envolviéndolo en sus brazos y llenándolo de besos para recordarle que era un bobo por andar haciéndose ideas que no son.

—¡Te extrañé un montón!

—No puede ser, qué bella sorpresa —sonrió con genuina emoción.

Por un lado, su novio y por el otro, su amigo, quien lo esperaba para saludarlo también. Ni siquiera era su cumpleaños o un día especial, pero se sentía como si lo fuera. Desde que la noticia del bebé en camino se anunció, las cosas fueron muy caóticas. Jungkook dejó temporalmente la banda y se mudó, por lo que su banda tuvo un pequeño hiatus que Seokjin y Namjoon aprovecharon para viajar y luego volver con la noticia de que se habían casado. Además, la relación entre Yoongi y Taehyung que al inicio fue difícil por la distancia, pero que con el tiempo aprendieron a cómo llevarlo bien. También estaba Hoseok incluso, quien al principio se deprimió por la forma en que sus amigos comenzaban a echar raíces y él no, se enamoró perdidamente luego de unos meses de inscribirse a unas clases de baile. Habían pasado muchas otras cosas en el camino, entre buenas y malas, pero en el fondo todos estaban agradecidos de que a pesar de cualquier piedra en el camino lograron mantenerse juntos.

—¿Cómo está Jimin? ¿La bebé?

Después de saludarse e instalarse, todos salieron a cenar a modo de que ayudaban a Taehyung a bajar un poco el alcohol y la euforia que le produjo enterarse que pronto viviría con Yoongi. Una cena muy tranquila para lo ajetreados que estarían después.

—Están muy bien, Jimin está feliz —comenzó a sonreír de solo pensar en su familia—. Hoy la terapeuta le dijo que ya no necesitan tener citas seguidas, solo cuando él crea que lo necesita. Hicimos una mini fiesta de graduación de terapia antes de venir.

—Uy, qué recuerdos de cuando me gradué de terapia —bromeó Seokjin.

—¿Ya tienen todo listo? Tres semanas se pasan volando…

—Sí, ayer terminé de armar la cuna. Jimin se quedó con su mamá decorando nuestra habitación.

—Qué bueno que no te dejó la decoración a ti —todos rieron—. En tu departamento con suerte pones una mesa.

—Desde que vivo con Jimin me acostumbré a acumular cosas… Así que deberías ver en qué se convirtió ese lugar.

—Pediremos permiso para volver cuando nazca la bebé, así que ve ordenando desde ya ese departamento.

Oh sí, claro que tendrían tiempo de ordenar el lugar.

Después de su cena, llegó el momento tan esperado, principalmente, por Jeon. ¿Hace cuánto no sentía esa adrenalina correr por sus venas? Los sonidos hacían eco en su cabeza; el ruido del público que esperaba a que la banda saliera a tocar, el bajo de Namjoon afinando sus cuerdas antes de salir, Taehyung hablando con Yoongi esta vez en persona antes de salir a escena y Seokjin tomándose fotos para sus fans.

Estaban juntos los cuatro otra vez. Aunque amaba su nueva faceta de futuro padre, sí que había extrañado ser Jungkook, el guitarrista de Fever.

—¡Buenas noches! Hoy tenemos una sorpresa muy especial para ustedes —habló el bajista en cuanto salieron los tres habituales al escenario.

Había llegado su momento de brillar, el corazón le latía con fuerza y el sentimiento de nostalgia le invadía. Por esta noche se permitiría pasar de su hora de dormir rockeando antes de que le tocara despertarse a medianoche para arrullar a su bebé.ñ

—¿Me extrañaron? —susurró sobre el micrófono sonriendo de lado.

Los gritos no tardaron en oírse llenando sus oídos con ese sonido que tanta vida le da a los artistas, el apoyo del público y la emoción se podía sentir en cada lado de aquel bar que estos meses la banda convirtió en suyo. Habían crecido mucho desde que se mudaron a la ciudad, adquirieron nuevos fans y fueron capaces de llenar su repertorio con canciones propias en lugar de covers. ¡Estaban incluso a puertas de grabar su primer álbum oficial! Recordar sus tiempos que debían pagar para presentarse era hasta gracioso mientras cantaban parados sobre el escenario de este conocido bar de una de las ciudades de su mini-gira.

La guitarra del alfa hacía de las suyas mientras el dueño de esta se dejaba llevar por los recuerdos que tocar le trajo. Recuerdos de aquellas veces que, disimuladamente, buscaba a Jimin en el público, de aquella sonrisa que en ese entonces se obligaba a ocultar para fingir no estar feliz por tener al omega disfrutando su show. Recuerdos de aquel abrazo detrás de bambalinas, poco antes de que sus sentimientos salieran a la luz.

Recuerdos de aquellas miradas traviesas que luego intercambiaban cuando Taehyung no los veía por estar sumido en su batería. Pero el mejor de todos fue aquel recuerdo de cuando tocó en aquel restaurante que le tuvo rogando unas horas para que lo dejaran tocar y cantar frente al amor de su vida su deseo de estar con él para siempre.

De estar sumido en una emoción encandilante, de repente, comenzó a sentirse afligido y todos sus buenos recuerdos se vieron frenados por su respiración que se hacía más rápida sin saber por qué. Siguió tocando mientras veía a su alrededor con preocupación, sus amigos seguían en lo suyo y nadie parecía no notar que estaba ansioso. ¿Qué estaba pasando? Pronto comprendió cuando en el público encontró una cabecita que saltaba de arriba a abajo para que los músicos lo vieran.

Todavía quedaban varios minutos de presentación, pero dos de los vocalistas dejaron de tocar en cuanto entendieron lo que Yoongi intentó decir moviendo frenéticamente su cabeza diciendo que “sí” mientras apuntaba a su teléfono con la foto de Jimin en la pantalla. Poco les importó en ese momento las consecuencias que bajar del escenario a mitad del show les podría traer, esto era una prioridad.

—¡Disculpen!—habló rápido Jeon por el micrófono con una sonrisa gigante y brillante—. ¡Estoy por ser papá!

playdate [km au]Where stories live. Discover now