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¿Podría la tierra tragarlo y enviarlo a Las Vegas? Si es que no era mucho pedir, por favor. 

—Hola Mimi —saludó su hermano alejándose de Jungkook, a quien había estado abrazando hace unos instantes—. Hey, Jin.

—¡Hola Tae! ¡Jungkook! —el más alto saludó elevando su mano derecha hacia el par en señal de saludo.

¿Y por qué fue relevante decir que levantó la derecha? Pues su izquierda la tenía ocupada con la pequeña mano del omega al lado suyo y esa era la razón por la que Jimin yacía paralizado desde que llegó y con ganas de desaparecer mágicamente. No había visto a Jungkook en persona desde hace un buen tiempo y, sin poder evitarlo, imágenes de la última vez que se vieron en persona llegaron a su mente haciendo que se sienta más incómodo aún. 

Era gracioso porque había intentado prepararse mentalmente, ya que sabía que el alfa estaría allí. Pero aún así nada salió como esperó y a Jinyoung segundos antes de entrar se le ocurrió que era buena idea tomar su mano para "evitar que se congelen por el frío". Excelente forma de reencontrarse con el alfa que rompió su corazón pero que le pidió perdón luego y le prometió cambiar y, que por cierto, no había podido sacar de su corazón aún.

—¿Vienes a cenar? —preguntó el mayor con naturalidad. Ya estaba acostumbrado a tener la presencia de Jinyoung alrededor.

Sin embargo, quien no estaba para nada acostumbrado era Jungkook y la mera presencia de aquel alfa solo sacaba el peor de sus ánimos. De por sí ya había estado hace unos minutos pensando en lo poco que le agradaba y que ahora lo viera de la mano del rubio bajaba aún más su barra de agrado hacia él.

Después de unos segundos de haber estado pensando cómo haría para molestarlo, se dio cuenta, una vez más, que se estaba siendo inmaduro al comportarse así, así como todo lo que no quería ser y antes repudió. Pero es que no podía evitarlo, Jimin se sentía tan lejos de él que dolía y su lobo lo manifestaba de esa forma. 

—Perdón la intromisión —hizo una reverencia entrando finalmente por completo—. Veo que ya estás mejor, Jungkook, me alegro mucho.

Pero el aludido ni siquiera quiso hacer el intento de parecer amable y eso fue lo que enojó a Jimin. Ya ni siquiera estaban tomados de la mano, pero Jeon en lugar de mirar a la persona que le estaba hablando todavía traía su mirada puesta sobre la mano ahora vacía del rubio. 

—Gracias —respondió fingiendo una sonrisa cuando vio que Jimin lo miró retando—. Es muy… amable de tu parte.

Una vez el omega se aseguró de que el pelinegro no saltaría a atacar a su amigo, se fue a su habitación para cambiarse y también para espabilar un poco y olvidar el incómodo, que solo Jimin y Jungkook fueron capaces de sentir.

Y es que Jinyoung era muy inocente o fingía serlo como para no haberse dado cuenta de la falsedad con la que agradeció, ya que sin dudarlo se acercó al guitarrista para seguir hablando con él como si amigos de toda la vida fueran. Jeon le había prometido ser mejor persona a Jimin y solo por eso estaba ahora en una amena conversación con el otro alfa fingiendo que no moría de celos al ver cómo de vez en cuando dirigía su vista hacia las escaleras para ver si es que el rubio volvía. Era perceptivo y el contrario muy poco disimulado, fácilmente pudo notar que está hasta las patas por el omega.

—Por cierto, Jin, ¿irás al concierto el sábado? —apareció de repente Taehyung con dos platos de hamburguesas recién sacadas del microondas.

—Creo que no —hizo puchero—. Tengo examen final el lunes.

—Oh, qué pena… Espera, ¿no irás el domingo tampoco entonces?

—Al principio pensé que no, pero Jimin estuvo insistiendo mucho así que...

—El cumpleaños no es de Jimin por sea caso —murmuró el alfa, dejando salir su lado gruñón sin darse cuenta.

Los dos que lo oyeron se quedaron helados, fue totalmente repentino y por supuesto que entendieron que Jungkook se refirió a que quien tenía que invitarlo era él y si no lo había hecho era por algo. Un par de intercambios de miradas y unos segundos de silencio fueron suficientes para que Taehyung decidiera cortar el hielo.

—Te pones pesado —chistó—. No le hagas caso, es obvio que sí quieres que vaya. ¿Cierto, Kook?

—¿Cierto, Kook? —esta vez fue la voz de Jimin, quién alcanzó a oír lo último y decidió replicar lo dicho por su hermano.

Por el tono de voz que usó fue fácil darse cuenta de que sonaba más a una amenaza. Una que pasó como algo simple para Taehyung y Jinyoung, pues estaban acostumbrados a la personalidad algo mandona del menor. El único en darse cuenta que la razón por la que lo dijo de esa manera fue Jungkook, quien notó que lo que Jimin quería era comprobar por sí mismo que tiene al alfa en la palma de su mano.

—Estaba bromeando, claro me gustaría que vayas —sonrió y desvió su mirada al más bajo.

Por supuesto que lo tenía dominado y le encantaba. Si tan fácil era tener a Jungkook, entonces hubiera decidido rendirse con él hace mucho tiempo. Porque para Jimin la razón por la que el alfa estaba tan complaciente era porque al fin sintió la falta que le hace a su vida, ignorando por completo un detalle que aún nadie conocía aparte de sus lobos.

—Qué bueno… —respondió el aludido entre aliviado e incómodo, dispuesto a dedicarse su hamburguesa con tal de evitar la mirada del pelinegro.

Los siguientes minutos fueron un poco más llevaderos. Jinyoung y Taehyung hablaban animadamente mientras el último seguía con su papeleo para su presentación. Por su parte, el omega se limitaba a cenar en paz y sin levantar la mirada de su plato. Había sido un poco descuidado con la manera en la que se había comportado con el alfa hace un rato y por eso ahora quería simplemente limitarse a su asunto e ignorar al mayor en su absurdo pensamiento de que si no interactúan entonces no descubrirán su secreto. 

La pregunta es cuánto durarán así y quién de los dos será el primero en cansarse.

playdate [km au]Where stories live. Discover now