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Sabía que Yoongi lo miraba con ganas de que hablara, como esperando una explicación de lo que acababa de suceder. Pero en este momento no tenía ganas de decirlo en voz alta, le avergonzaba el hecho de que una vez más fue alguien sin importancia en la vida del alfa, como un extra en una película donde solo el protagonista es importante.

—Entonces… ¿Subiste al bus y te rechazó? —preguntó, finalmente, su amigo era un chismoso y no lo culpaba—. ¿O de verdad no fuiste porque estaba lleno?

El rubio bufó de lo gracioso que fue el recordar que, además de ser rechazado, tampoco había espacio en realidad. Pero ya habían pasado varios minutos desde entonces, por lo que las emociones no estaban tan frescas y se sentía con más confianza de contarle.

—Estaba liándose con una mujer —habló con voz cansina—. Pero también me rechazó… por mensaje.

El ceño del pálido se frunció de manera exagerada, se notaba la indignación en su mirada y también en sus gestos, como como puño en su mano derecha o la forma en la que movía su pie de arriba a abajo.

—¡Es un idiota! ¡Un completo imbécil!

Jimin asintió. Lo era, por supuesto que sí. Pero no estaba molesto con Jungkook, lo estaba consigo mismo por haberse fijado en él, por a pesar de todos los desplantes se siga ilusionando ante cualquier mínima muestra de afecto y porque ni estando decepcionado de él dejaba de pensar en todo lo vivido el día anterior. Sus besos, sus caricias y sus palabras bonitas, las mismas que seguro habrá repetido a la pelirroja con la que lo vio besándose hoy.

—¿Estás bien, bebé? —preguntó esta vez un poco más calmado.

Ante la respuesta afirmativa del omega, Yoongi se acercó y lo abrazó. Sí, confirmó que estaba bien, pero en el fondo ambos son conscientes de que la gran debilidad de Jimin es el baterista de la banda Fever y no necesitaba estar tirado en el suelo llorando para demostrarlo. 

El rubio agradeció el gesto y devolvió el abrazo a su amigo. De repente, debido a la cercanía, un olor muy conocido penetró sus fosas nasales distrayéndose por un momento de su drama amoroso para concentrarse en un asunto que había quedado pendiente en la mañana.

—¿Ese es el perfume de Taehyung? —preguntó mirándolo con seriedad.

El aludido se quedó un rato en silencio. La pregunta lo agarró desprevenido, pues esperaba que con todo lo sucedido entre Jimin y Jungkook hace una hora, el rubio olvidaría que lo vio saliendo de la habitación de su hermano de manera sospechosa.

—¿Ah sí? Quizás se me pegó cuando le ayudé a recoger su teléfono… ya sabes, él usa mucho perfume —rió nervioso.

Jimin iba a preguntar más y, probablemente, de haberlo hecho habría llegado a aquella verdad que le era ocultada; pero en ese momento le llegó un snap de su hermano que lo distrajo por completo.

"¡Primera parada para desayunar! Ya te extraño♡"

Era una foto de Taehyung sonriente posando al frente frente de una cafetería en la carretera. Verlo tan animado le contagió la sonrisa y también le hizo sentir un poquito mejor por la cursilería de su mensaje. Pero, después de unos segundos, observó el panorama completo de la foto y la figura de cierto alfa al fondo atrajo esta vez su atención. 

¿Por qué debía ser tan hermoso? Es lo primero que pasó por su mente. Ni siquiera había posado para la foto y hasta traía la ropa algo desaliñada, pero aún así se veía hermoso a sus ojos. Y eso era muy estresante para Jimin, ya que por más que el pelinegro lo lastimara con su personalidad de picaflor, siempre que lo veía terminaba derretido de amor ante él. Como ya había dicho, definitivamente era débil.

—Taehyung es muy lindo —soltó de repente Yoongi; luego al notar que lo dijo sin pensar, intentó arreglarlo—. Es muy lindo contigo, como hermano sabes, te tiene siempre presente.

—Lo es —sonrió—. Ven, tomémonos una foto para mandarle, así está más tranquilo.

Después de proponer la idea de la foto, el rubio se levantó de su cama directo hacia su espejo con la intención de arreglarse un poco y limpiar de sus mejillas el rastro del par de lágrimas que derramó antes. Si su intención era calmar a su hermano, entonces mostrar la cara desanimada y abatida que traía antes no hubiera sido una buena idea.

—¿Se ve bien? Me puse poco maquillaje —asintió—. ¿Estás listo?

El omega mayor asintió nuevamente, esta vez sintiendo como sus mejillas disimuladamente comenzaban a teñirse de rojo. Sabía que, luego de que mandaran la foto, a su chat iban a llegar mensajes bonitos del alfa, siempre que le envía una foto pasa eso. Así que sin más se acercó a Jimin y sonrió a la cámara haciendo un corazón con sus dedos.

—Salimos lindos, me gusta —exclamó mientras revisaban las fotos que tomaron.

—A mí igual…

—¿Crees que Jungkook la vea?

El pelinegro suspiró, volverían a hablar de Jungkook, aquel alfa que tan mal le caía y que no lograba entender cómo es que era mejor amigo de alguien tan dulce como Taehyung. 

—Ojalá.

Jimin elevó una ceja.

—¿Por qué? No quiero que vea lo destruido que estoy por su culpa.

—Mimi no te ves destruido —tomó el celular de las manos del contrario—. Estás precioso, y quiero que vea lo que se perdió. Porque te perdió, ¿está bien?

—Está bien…

Mentiría si dijera que no estaba desilusionado, su corazón testarudo se rehusaba a aceptarlo. Pero Yoongi tenía razón, ya había perdido mucho la dignidad con alguien con quien no habría un futuro seguro.

—Hagamos algo hoy, Hobi dijo que iba a estar libre a partir de las cinco.

—No lo sé… no estoy de ganas.

—Si quieres puedes llamar a Eunwoo. Estaban en algo, ¿no?

—Hace unos treinta minutos, cuando estaba mucho más dolido que ahora, le escribí para… ya sabes.

Asintió.

—Me dijo que ya tiene novio y que no podremos seguir haciéndolo —lloriqueó.

—Ay, qué lindo… —Jimin lo miró enojado—. Lindo por Woo. Bueno, por ti no que te quedaste sin fuckmate, pero al menos Woo será feliz.

—Cierto —se resignó—. De todas formas hoy no puedo salir.

—¿Por?

—¿Lo olvidas? Fever tiene su primera presentación hoy, los veré en su live de Facebook.

Jimin debía ser realmente fuerte para aún seguir siendo fan de la banda donde está el idiota que rompió el corazón. O masoquista, esa también era una opción.

—No me mires así Yoobi… Me gusta fever y soy fan de mi hermano. Lo estaré apoyando solo a él y a Namjoon, ¿sí?

El contrario asintió. A través de los ojos de Jimin pudo darse cuenta que, a pesar de todas las palabras tranquilas que salían de su boca, aún seguía dolido. De vez en cuando mientras hablaban también se le escapaba uno que otro puchero o suspiro. Podía entenderlo bien. Trataba de proyectarse a sí mismo en su situación y no le gustaba para nada la sensación de imaginar a Taehyung rechazándolo por mensaje o besándose con otra persona frente a él. Y de pronto, mientras pensaba en lo triste que debía estar su amigo y cómo podría ayudarlo, se le ocurrió una idea genial.

—¡El tío de Hoseok tiene un bar!

—¿Y eso qué tiene?

—Podríamos pedirle que hable con él y nos dé permiso de proyectar la presentación de los chicos allá. De ese modo podríamos salir y conocer gente nueva sin perdernos el concierto.

El día de hoy Jimin lo anotaría mentalmente como el día que Yoongi tuvo una idea brillante, espléndida y fenomenal. Realmente necesitaba en estos momentos la atención que suele caer sobre él cada vez que va a una fiesta. Esa sensación de ser el más lindo del lugar y que podía hacer lo que quisiese con eso. Necesitaba sentir cualquier cosa para reemplazar lo insuficiente y poca cosa que se sintió al ser rechazado y fácilmente reemplazado por el alfa esta mañana.

—¡Hagámoslo!

playdate [km au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora