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Al entrar lo recibió un agradable aroma a miel y pancakes desde la cocina, trayéndole al instante recuerdos de aquellos días en los que su pequeña familia era inseparable y preocupaciones, aunque habían, no eran peor que lo que agobiaba a los Park ahora mismo. Un dulce desayuno hecho por su mamá, que buscaba distraer lo repentinos que fueron los últimos hechos.

—Buenos días, ma —saludó a su progenitora al entrar a la cocina—. Huele bien.

—Mi vida —saludó dándole un beso en la frente a su primer hijo—. Hice los de avena que le gustan a tu hermano... Perdí la práctica, pero espero que hayan quedado bien de todas formas.

—Seguro que sí... ¿dónde está, por cierto? Me escribió hace unos minutos y vine corriendo porque me preocupó un poco lo que dijo.

La mayor solo hizo un gesto señalando hacia arriba, en dirección a la habitación del omega desde donde se escuchaba la ducha sonar.

—¿Dónde has estado, hijo? Te escuché salir temprano y apenas recién vuelves. Vino un amigo de Jimi, Hoseok, y no quería irse hasta que volvieras para no dejar solo a nuestro pequeño, pero como tenía clases tuvo que irse igual.

—Oh... eso —se quedó un rato pensando—. Sí, fui a...

Hace unos meses hubiera dicho algo como "salí con unos amigos" o "fuimos con los chicos a ver el amanecer". Ahora las cosas debían ser distintas, como prometió a su, nuevamente, novio hace una hora.

—Fui a ver a Yoongi.

—¿Yoongi? No sabía que eras tan cercano con los amigos de Jimi.

—Sí, bueno... No lo soy.

Su madre elevó su ceja, mirándolo con duda mientras seguía preparando la leche chocolatada que se le antojó a su hijo menor.

—Es mi novio.

Después de aquella confesión se quedó quieta, dejando a medio batir la leche producto de la sorpresa al escuchar que su hijo y el mejor amigo de su otro hijo son pareja.

—Wow, ¿desde hace cuanto? ¿Lo sabe tu hermano?

—Uhm, ¿desde hoy? Y no, venía a eso ahora —sonrió nervioso.

Se estuvo preparando mentalmente todo el camino de regreso a casa para ello. Contarle a su mamá fue fácil, como si fuera la práctica para lo que sería tener que contárselo a Jimin. Además estaba el asunto del embarazo y su asunto con Jungkook, temía no estar siendo oportuno con esto. Claro que no lo estaba siendo, era hasta egoísta de su parte ponerse a presumir de su relación a su hermano, cuya relación pende de un hilo ahora mismo. Por un momento, mientras aquellos pensamientos le llenaban de ideas negativas la cabeza, Taehyung pensó en no contarle hoy sobre su relación con Yoongi.

—Entiendo —sonrió la mayor—. Les deseo mucha felicidad, bebé. Hacen bonita pareja ahora que los imagino juntos.

—Gracias mamá.

Se quedó en silencio, dejando un poco en evidencia por su repentino cambio de ánimo, lo nervioso que está por tener que contarle a su hermano esto que por varios meses ocultó bien.

—Sabes que Jimi es un pequeño cupido, le animará bastante saber que están juntos —habló al intuir el porqué del estado de ánimo del alfa.

—¿Tú crees?

—Claro que sí, deberías ir a contárselo a tu hermano ahora. De paso le puedes preguntar si desea desayunar en su cama o si baja, por favor.

El alfa asintió, pero antes de que siquiera pudiera dar la vuelta para salir de la cocina, la voz curiosa del rubio apareció en la puerta paralizándolo al instante.

—¿Contarme qué?

Taehyung palideció, así que fue su mamá quien intentó aligerar el ambiente.

—Buenos días, tesoro —saludó la mayor acercándose a envolverlo en un abrazo—. Hice tus favoritos.

—Gracias, mamá —sonrió. Se notaba con mejor ánimo después de dormir y ducharse—. Y bien, ¿qué debes contarme?

—Sí bueno, yo iba a contarte algo.

—Ajá... —elevó una ceja llevándose un trozo de pancake a su boca.

—Esa cosa que te iba a contar...

Esta vez el menor viró sus ojos, cansado de las vueltas que estaba dándole al asunto.

—Bueno, ya, perdón. Lo que pasa es que Yoon...

Sus palabras se quedaron a la mitad luego de que el timbre sonara. En ese momento al rubio se le olvidó que Taehyung estaba a punto de contar algo importante o de que le estaba poniendo miel a sus pancakes, ahora mojados por el exceso de dulce.

Aquel timbre nunca le había dado tantos nervios abrirlo, hasta que se encontró a sí mismo en una situación donde esperaba a que llegara su alfa de viaje para que tuviera que contarle la noticia de que sería papá. Decir que estaba nervioso era quedarse corto.

—Tranquilo, yo abro.

Al inicio el rubio asintió accediendo a que fuera su hermano el que abriera al alfa. Pero, cuando estaba a medio camino, se dio cuenta que en realidad él quería ser quien le abriera. En las últimas horas había pensado mucho, incluso soñado, sobre el momento. En realidad, lo que menos quería era dilatar la espera. Quería, más bien, contarle cuanto antes la noticia y luego decidir qué hacer.

Así que, antes de que su hermano llegara a la puerta se apresuró y corrió hasta posicionarse delante del más alto y sin esperar un solo segundo, tomó el picaporte y lo jaló para abrirlo.

Grande fue su sorpresa cuando, al abrir no encontró a Jungkook.

—Dijiste que viniera cuando las cosas en mi casa me sobrepasaran —el rubio asintió.

Pero aquella presencia no fue lo más inesperado del día, tampoco lo fueron aquellos labios, que alguna vez quiso probar, posarse sobre los suyos. Definitivamente, el premio a peor cosa inesperada que pasó esta mañana fue que la persona a quien lleva más de una semana esperando apareciera justo cuando otro alfa decidió besarlo en la puerta de su casa.

playdate [km au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora