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Después de una sesión de karaoke en el auto que Seokjin le prestó a Jungkook, llegaron a la casa del bajista. Después de apagar el motor, la pareja se quedó un rato en blanco, pensando seriamente si entrar; y no es porque no quisieran estar en la fiesta o tengan algo en contra de ella, sino que estuvieron todo el día juntos que la tentación de seguir así los dos solos disfrutando del otro estaba presente. Sin embargo, sabían que no debían hacerle esperar más a sus amigos así que se dieron un último beso en los labios, de esos chiquitos que no habían parado de darse todo el día, y bajaron del auto.

El rubio, un poco nervioso por lo que se venía, tomó la mano del alfa y la entrelazó con la suya. Jungkook sonrió al sentir la fría mano contraria y apretó el agarre para transmitirle calor. De verdad que, de lejos, este se había convertido en uno de los días favoritos tanto para el alfa como para el omega, quien este último nunca hubiera imaginado lo pronto que se vería el cambio en Jeon, ni que sería así de repentino; pero no podía quejarse, era feliz con experimentar estas cosas y conocer un poquito más del dulce chico que se escondía bajo aquella fachada de bad boy.

—¡Jungkook! —gritó un joven en cuanto la pareja entró—. ¡Feliz cumpleaños, man!

A este se le unió otra persona más y desde ahí no cesaron los saludos, recordándole a Jimin lo popular que es el pelinegro. Todos querían hablar con él, eso era algo que le caracterizaba en los eventos sociales. Fue fácil recordar los viejos tiempos donde siempre se quedaba envidiando a todas esas personas porque podían relacionarse con confianza con él e ir a las mismas fiestas sin tener a un hermano molesto encima que los alejaba. Pero ahora no tenía nada que envidiar, pues quien iba de la mano del alfa era él; más bien la envidia recaía, esta vez, sobre sus hombros. Jungkook lo había presumido en redes desde la mañana por lo que seguramente todos aquí ya estaban al tanto de su relación y eso le daba confianza a Jimin a ir con la frente en alto, a diferencia de otras veces que se encontraban en el mismo lugar.

—Wow, Jeon —exclamó Seokjin mirando a la recién llegada pareja—. Taehyung aún no llega, pero te va a matar cuando lo haga.

El aludido se echó a reír. Alrededor de él se sentían esas vibras de tranquilidad y confianza que tanta falta hicieron años atrás para no temer a iniciar una relación con el rubio.

Conversaron un rato más y luego se les añadió Namjoon quien también felicitó a Jungkook y dijo exactamente lo mismo que Seokjin cuando le deseó un feliz cumpleaños: "tu regalo llegará en un rato". ¿Qué estaban planeando? El alfa imaginaba que tal vez se habían olvidado de comprar algo y esa era la razón por la que Taehyung estaba tarde. Solo Jimin fue capaz de entender a lo que se referían, seguro decidieron que quien le daría la noticia de mudarse sería su hermano.

Los amigos del rubio se unieron unos minutos después, por lo que al final estuvieron los seis y unas cuantas personas más conversando en la sala de estar. El ambiente era bueno, ya que aunque había música estruendosa y personas alocadas, la charla entre ellos era tranquila y muy amena. Al menos así estuvo hasta que llegó la gran esperada sorpresa en un sobre blanco traído personalmente por Taehyung, el mejor amigo del cumpleañero.

—¡Que lo abra! ¡Que lo abra! —gritaban emocionados alrededor suyo.

Jungkook los miraba a todos extrañado, sin entender qué podría contener aquel sobre al que tanto suspenso le habían dado. Jimin ya no estaba a su lado como al comienzo de la fiesta debido a que, para evitar cualquier percance con su hermano, se alejó en cuanto vio al mayor entrar. De la misma forma reaccionó Yoongi, él, quien había estado aliviado por la ausencia del alfa e intentado disfrutar la fiesta, en cuanto oyó su nombre ser murmurado por los invitados salió corriendo a esconderse.

—Ustedes saben que estas cosas con mucho suspenso me asustan —habló Jungkook sin atreverse a abrir el sobre aún, colmando la paciencia de sus amigos.

playdate [km au]Where stories live. Discover now