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Taehyung es testarudo y un muy abnegado hermano, eso lo sabían todos. Quizás es por eso que no fue fácil convencerlo de que dejara a Jimin y subiera al bus, incluso después de la insistencia del menor y de su amigo fue necesario que llegaran Seokjin y Namjoon a obligarlo a partir para que, finalmente, cediera y dejara de preguntar la razón del notorio desgano de su hermano.

—Te pasas, Taehyung —sentenció el más alto de todos—. Jimin te dijo muchas veces que estaba bien y que solo se acordó del trabajo grupal, ¿por qué insististe tanto?

—Lo conozco... Algo le pasa.

—Pues déjalo, si no te lo contó por algo será —agregó Jin—. Además está con su amigo.

El alfa asintió y volteó una vez más, Jimin y Yoongi ya habían entrado a casa, no tenía sentido que estuviera quemándose la cabeza preocupándose. Esperaba que luego su hermano le contase la razón de su abrupto cambio de actitud y de aquello que dijo sobre no haber espacio para él. Porque claro, espacio de sobra no había, pero tampoco era algo tan al extremo de que no entraría. Lo que dijo se sintió muy personal, razón por la que había estado pesado con su preocupación.

—Solo quería asegurarme que todo estuviera bien...

—Tranquilo, estará bien —el mayor lo abrazó unos segundos y luego le dio un pequeño empujón para que subiera al bus—. De prisa que dejamos a Jeon con dos chicas, nada puede salir bien de ahí —bromeó.

Cuando entraron, fuertes risas los recibieron. Así como habían dicho antes, las dos jóvenes traían buenos ánimos a los viajes.

Aunque, esta vez no pudieron contagiar la buena onda a Jeon, quien se encontraba con una cara totalmente seria, fingiendo estar en su teléfono para evitar hablar.

Lo segundo que llamó la atención de Taehyung al entrar al bus, fue que la pelirroja se encontraba sentada sobre el regazo de su mejor amigo quien no parecía estar estar incómodo con ello. Ante eso lo único que pudo hacer es soltar un bufido y virar los ojos, no le sorprendía para nada que estuviera coqueteando desde temprano.

—¡Hola Tae! —saludó la que no estaba encima del guitarrista.

—Buenos días a todos.

Trató de evitar contacto visual con Jungkook en ese momento, con el fin de evitar la incomodidad que le causaba la escena. Sin embargo, el contrario sí parecía muy interesado en él, como si buscara saber algo o estuviera analizándolo por si encontraba las respuestas por su cuenta.

—¿Por qué demoraron tanto? —preguntó finalmente.

—Cosas con el hermanito de Tae —respondió Nam.

Jeon, al oír aquella respuesta, se delató a sí mismo de manera disimulada. Pues bastó que se mencionase a Jimin para que, en un rápido movimiento, se zafara de la joven y se alejara de ella. Luego carraspeó y fingió irse a la heladera que tenían dentro, de donde sacó una lata de cerveza y sin vacilar se llevó a la boca luego de abrirla. Era muy temprano para beber, pero era como un chiquillo inmaduro que solo sabía lidiar con sus problemas de limitadas maneras.

—Se suponía que la persona que iba a venir era Jimin —comenzó a hablar—. Ayer me pidió muy emocionado que convenciera a mamá de que lo dejara venir.

—¡Hubiera sido lindo que viniera! Jimin es un amor —exclamó el nayor llevando su botella de agua a la boca.

Debido a que Namjoon y Seokjin habían escuchado parte de la conversación de los dos hermanos, no preguntaron de razones y solo se dispusieron a seguir con lo suyo. El bus se puso en marcha y la conversación quedó muerta ahí.

Pero Jeon no estaba tranquilo, los sentimientos de culpa y de remordimiento no lo dejaban siquiera respirar en paz. Estaba triste y también estaba enojado. Pensó que si accedía a estar con la joven terminaría sacando de su mente a cierto rubio y podría de paso olvidar lo mal que se sentía su decisión. Pero al contrario, ahora lo tenía más presente que antes por lo recién contado por Taehyung, acerca de que Jimin iba a venir con ellos pero luego cambió de opinión.

Era un cobarde y lo sabía bien.

Lo fue a las cinco de la mañana y lo fue aún más cuando en lugar de bajar del bus a pedir perdón por haberlo hecho por mensajes, decidió quedarse y fingir que las relaciones no eran lo suyo y que por eso tenía permiso de enrollarse con quien quisiera. Definitivamente, aparte de cobarde, también era un tonto que no aprendió a lidiar con sus sentimientos.

—Uh... Aún sigo sin entenderlo —soltó el baterista después de unos minutos de viaje—. Es que ayer estaba tan bien, incluso hoy en la mañana salió apurado de casa.

—¿Tu hermanito no es de casualidad rubio y tiene un pijama de ositos? —preguntó de repente la rubia, Taehyung asintió—. Lo vi bajar del bus entonces.

—¿En qué momento?

—No sé, yo había salido porque no quería ver a Jungkook y Sana comerse las bocas —viró los ojos—. Entonces fui por un café a la tiendita, al volver solo lo vi saliendo de aquí.

Y ahí todo comenzó a tener sentido, al menos una parte del todo. Tae quería pensar que era porque para Jimin fue incómodo ver a Jungkook besándose con alguien, aunque en el fondo sabía que era por el crush que tenía hacia su mejor amigo. Sin embargo, quien realmente comprendió lo sucedido fue el pelinegro que ahora se encontraba pálido, con la mirada gacha y las manos cerradas en un puño.

Jimin lo había visto, era más que obvio. Y qué sarcástico podía ser el universo como para mandar al chico que "no quería herir" subir al bus en el momento que por idiota decidiera besar a otra persona. Había hablado de no querer lastimar al omega, pero solo logró romper su corazón dos veces el mismo día y se odiaba por eso.

playdate [km au]Where stories live. Discover now