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Jimin le dedicaba serias muecas de enojo a su mejor amigo, quien se había despertado hace unos diez minutos pero aún no le contaba nada de lo que sucedió. Lo único que Hoseok le contó fue que Yoongi y aquel alfa con el que estaba saliendo terminaron y que su amigo quedó muy devastado por ello. Quería detalles y nombres, pero Min no quería —o más bien no podía— contar nada lo cual era la causa de la frustración de un rubio chismoso.

—¡Vamos Gigi! Somos mejores amigos —se quejó nuevamente—. Yo siempre les cuento todo sobre Jeon.

—No hay mucho que contar… Yo terminé con él.

—Pero te veo muy triste y desganado, ¿por qué terminaste?

—Es un cobarde —murmuró tirándose de nuevo sobre la cama—. Un tonto alfa cobarde.

Hoseok se mantuvo al margen durante toda la conversación. Él ya había escuchado esta historia del alfa cobarde cuando llegó a casa del omega a eso de la medianoche o quizás una, después de que él mismo lo llamara. Eran mejores amigos, a veces algo más, por supuesto que, cuando lo escuchó llorar a través del teléfono, no dudó en venir con él. Sin embargo, también comenzaba a hartarse de la incertidumbre, al igual que Jimin. Fueron varios meses en los que Yoongi iba a citas con alguien misterioso y que cambiaba el tema cada vez que le preguntaban por esa persona. ¿Por qué tanto misterio siendo Min una persona que adora contar todo?

—Aún quiero pegarle —habló el rubio después de un rato de silencio—. Estoy acumulando mucho enojo dentro de mí, necesito canalizarlo. 

—Estoy seguro que no podrías golpearlo —rió con sarcasmo.

—¿Por qué? ¿Es muy fornido?

El contrario negó y sin querer se le escapó una pequeña sonrisa al recordar aquellas salidas con Taehyung al gimnasio, donde el mayor fingía ser un musculoso atleta mientras cargaba la pesa más pequeña de todas. Era divertido pasar tiempo con él… pero ahora esos momentos se sentían tan lejos y falsos. Falsos porque no hay fotos, no hay tweets o conversaciones con sus amigos sobre ellos. Todo seguía tan vivo solo en su cabeza que hasta parecía que él sólo se inventó aquella historia de amor con el baterista.

—Bebé ya no llores —se tiró Jimin encima de su amigo para abrazarlo—. Si lloras lloraré también.

—Lo extraño mucho.

Quizás era la tercera vez que lo decía y no había pasado ni siquiera mucho tiempo desde que despertó. 

Cuando Jimin se enteró de lo sucedido, lo primero que pensó es que debía hacer algo para ayudar a Yoongi a olvidar aquel amor y su hermano fue lo primero que apareció en su mente. Podría matar dos pájaros de un tiro, animaría a Yoon y evitaría que Tae se fuera. Por eso es que le escribió a su hermano unos minutos antes de que su mejor amigo despertara. Pero luego de aquel impulso, recordó aquella bendita regla. 

"Los amigos de tu hermano están prohibidos"

Una mierda, si se le permitía expresarse así. Odió aquella regla desde la primera vez que Taehyung la promulgó, ya que ella era la causante de casi todos sus problemas con Jungkook. A veces le gustaba pensar que si su hermano nunca hubiera estado en contra de su relación, tal vez su alfa no hubiera andado de flor en flor, sino que entre los dos hubieran formado lazos bonitos y estarían en una muy feliz y sana relación. 

Pero no podía volver el tiempo atrás, ni aferrarse a un "qué hubiera sido si…" porque sería estancarse. Las cosas con Jungkook finalmente estaban volviendo a su rumbo, lento pero con mucha esperanza. Tal vez por eso ni lo pensó y mandó su aprobación a su hermano para cortejar a su mejor amigo. Pero luego se arrepintió, ¡no sería justo! ¿Por qué Taehyung tendría derecho a prohibirle estar con Jungkook y él no con Yoongi? 

playdate [km au]Where stories live. Discover now