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—¿Está todo bien, cielito? —preguntó al instante al percibir su cambio drástico de ánimo.

El menor asintió, pero poco después sus lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos. Bajó la cabeza al instante para que no se dieran cuenta. Era de esperar que la noticia traería controversia, pero de ahí a decir que el bebé que crece en su vientre no es de Jungkook o no existe... Habían límites y esos chismes los habían superado. Ese beso ya fue explicado a la única persona que necesitaba saber la verdad, ¿por qué se metían? Y aunque no quería ceder ante ellos y permitir que sus comentarios les afecten, lamentablemente, sí lo hacían.

Sí, estuvo detrás de Jungkook por mucho tiempo y también fue una de sus personas más cercanas. Muchas veces le miraron mal o intentaron hacer de menos por eso, debería estar acostumbrado pero su estabilidad emocional frágil no ayudaba mucho. Ya que, no sólo eran los malos comentarios hacia él, sino hacia su bebé y eso si que le provocaba llorar de impotencia.

Quería contarle a Jungkook, decirle lo que estaban hablando para que saliera a desmentir. Pero, ¿haría que se pelee con sus fans? Ya era mucho tener que dejar la banda, ¿ahora también debería dejar de tener el apoyo del público?

Definitivamente no quería que por su culpa todo se derrumbara. ¿Estaba siendo egoísta? El alfa estaba feliz por la noticia y seguro que también le molestaría los comentarios que están haciendo. Tal vez lo estaba siendo, debería tranquilizarse y confiar en que Jeon sabría cómo detener este asunto de la mejor manera posible. Al final son solo chismes y lo que en realidad importa es lo que su familia pensara, aún así, con la mente nublada y sin ganas de arruinar el ambiente, se contuvo y decidió guardarse el dolorcito para él solito.

—Denme un momento, necesito ir al baño.

Y sin más, dejando su plato a medio comer, se levantó de la mesa y caminó en dirección a los servicios. El mayor, por supuesto, no dejó ni un minuto pasar para ir detrás de él; sin embargo, el rubio fue más rápido, por lo que al entrar al baño lo único que alcanzó el alfa a ver fue la puerta del último cubículo cerrarse.

—Chiquito, por favor, hablemos... Sé que algo no está bien.

El aludido no respondió, no porque no quisiera, sino porque las lágrimas, que se permitió soltar ahora que está solo, no se lo permitieron en ese momento.

—¿En qué está pensando tu linda cabecita?

Sonrió, ligeramente, en medio del llanto. De verdad lo estaba tratando muy bonito y eso le gustaba.

—Solo cosas mías... —intentó mentir, pero el suspiro que soltó Jungkook fue como un gatillo para que hablara—. Están diciendo cosas feas de nosotros en Twitter... —sollozó.

—¿Es eso? —gruñó—. Pásame los usuarios, yo me encargo de que no quieran publicar otro tweet en su vida.

—¡No! —exclamó asustado pensando en su reputación.

—¿Cómo que no? ¿Quiénes se creen para hablar mal de nosotros? Oh y que hayan hablado de mi bolita de algodón se las verán conmigo.

Una risita se escuchó desde el otro lado de la puerta y, por inercia, Jungkook sonrió.

—¿Bolita de algodón?

—Sí... —esbozó otra sonrisa—. En la ecografía nuestro bebé parecía eso. Suena lindo, ¿no?

—Es tierno —volvió a soltar su típica risita—. Qué cursi eres.

El alfa lo acompañó con la risa boba, hablar de su futura familia lo ponía así.

—Estaremos bien —confirmó—. Sonaré como un tonto optimista, pero realmente lo estaremos.

Jimin respondió con silencio, todavía un poco afectado por la negatividad en Twitter, pero ahora nuevamente preocupado al recordar aquel tema que por un momento tuvo olvidado.

playdate [km au]Where stories live. Discover now