Prólogo

232 39 54
                                    

Empieza como un simple cosquilleo en alguna parte de mi cuerpo, pero se extiende tan deprisa que me hace estremecer. Intento moverme, pero es como si me faltarán fuerzas.

—Agente de reconocimiento número 365 —es una voz. Suena distante. Debe ser una mujer, se escucha joven— día 22 desde su incorporación. Signos vitales estables. Condiciones físicas pierna derecha restaurada. Capacidad de razonamiento 30%. Recuerdos mantenidos 10%. Días necesarios para su reactivación 4.

Intento mantener mi consciencia a flote, pero se desvanece como mi cuerpo flotando en alguna especie de espacio infinito.

Un rostro distorsionado aparece frente a mí en la completa oscuridad. Sonríe y desaparece. ¿Por qué se siente tan cálido?

Intento recordar, pero nada aparece en mi mente. Todo se siente de alguna forma acogedor cuando una parte se intenta sentir desesperada, pero ¿por qué?

Intento responder una pregunta con otra hasta que ya no recuerdo que intentaba averiguar.

Mi cuerpo se mueve por un estruendo violento, intento abrir mis ojos, pero es imposible, no puedo reaccionar siquiera. Hay una alarma sonando fuerte, pero se ve opacada por pasos fuertes muy cerca. Mi cuerpo se vuelve a mover antes por otro estruendo más fuerte. El ruido se vuelve ensordecedor. Mis oídos se sienten frágiles necesito que se detenga.

— ¡Libérenlos! —Es un grito fuerte de una voz masculina. Intento reconocer la voz, pero el cosquilleo en mi cuerpo se vuelve una chispa eléctrica que me hace sobresaltar. Puedo sentir una sustancia a mi alrededor antes de sentir mi cuerpo moverse y golpear un cristal que se agrieta. Abro los ojos y hay personas corriendo por unas instalaciones que parecen una sala de control. El líquido me deja ver muy borroso y tengo que cerrar los ojos de nuevo.

¿Eso son disparos?

El ruido producido por las balas se eleva por encima del que hay en la sala. Intento abrir los ojos de nuevo, pero mi cuerpo se mueve por otro estruendo y soy impulsado fuera.

Lo primero que siento es un dolor inmenso en todo mi cuerpo seguido del ardor por golpear el suelo. Quiero gritar con todas mis fuerzas, pero carezco de estas, por lo que solo puedo intentar moverme sobre un charco a mi alrededor.

— ¡Se ha salido de la cápsula! —grita alguien. Abro los ojos cuando el aire entra de golpe a mis pulmones y la vida regresa a mi cuerpo de golpe que tengo un espasmo. Siento mi corazón latir, mi boca produce demasiada saliva que sale por mi boca, incluso mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas cuando de repente grito antes de colapsar. 

FORSAKENWhere stories live. Discover now