Destinado a un futuro de altos vuelos, Felipe VI encarrila muy bien su trayectoria siguiendo los pasos de su predecesor y exigiéndose mucho más que demasiado a sí mismo.
De temperamento afable y muy observador, es consciente del papel histórico que juega su persona y medita con detenimiento cada uno de sus pasos.
Su voluntad, totalmente echada hacia delante, no está exenta de cierto idealismo utópico, con ideas de su propia cosecha que en su momento pueden llegar a sorprender.
Comprende que por derechos de herencia esa circunstancia algún día variará y que tan sólo es una parte del camino que le toca por recorrer.
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Análisis grafológicos de personajes históricos (I)
Non-Fiction¿Qué desvela nuestra firma y nuestra caligrafía de nuestra personalidad? Aquí averiguarás lo que supuso la existencia de celebridades, a través de sus autógrafos y escritos.