Poco acostumbrado a fantasear con los asuntos de comer ("a", "rr" e "i" de "Harrison" bien alineados sin marcar puntos de la "j" ni de la "i") solía improvisar sobre la marcha.
La mayúscula del nombre propio le confería gran auto importancia.
Ambos senos de la "B" no están parejos con lo que debió de vivir una infancia en donde los sexos tenían funciones socialmente preestablecidas.
Y volviendo al pie de la letra "j", con ese punzante ángulo inferior, se confirma que sus peores pataletas pudieron haberse dado frente a su propia pareja. Sin embargo, le encantaba guardar las apariencias. Es por esto que nombre y apellido caminan de la mano.
No ha pasado a la Historia como uno de los mejores presidentes estadounidenses y lo sabía ampliamente.
Las tres últimas letras del apellido caen sin remedio para ilustrar este último párrafo.
Pasó de la abogacía a la política con afanes solidarios hacia su patria pero aquello se le hizo muy grande.
En el fondo no dejó de ser Benja tal y como lo firmó. ¿Miedo a no estar a la altura de la tradición familiar?
Del 20 de agosto de 1883 al 13 de marzo de 1901
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Análisis grafológicos de personajes históricos (I)
Non-Fiction¿Qué desvela nuestra firma y nuestra caligrafía de nuestra personalidad? Aquí averiguarás lo que supuso la existencia de celebridades, a través de sus autógrafos y escritos.