La Madre Teresa estaba profundamente enamorada, enamorada de Su Señor hasta el punto de vivir esta comunión con el resto de los humanos. Este tipo de intimidad la apreciamos en los pies de la "g" que rozan el óvalo con gracia.
Al firmar con un tamaño menor que el del texto, nos damos cuenta de que su sencillez no era fingida y que con la redondez de sus trazos era puro corazón.
La última "a" de "Teresa" está muy bien encerrada por la parte superior izquierda de la letra, y es porque celaba con gran cuidado este tipo de comunicación sacra a la que no permitía que nadie se le acercase, con lo cual podemos afirmar que si queremos saber en qué consistía los diálogos espirituales de esta mujer sólo lo haremos a través de la parte superior derecha de este mismo óvalo donde son las obras hacia sus semejantes los reflejos reales del espejo en cuestión.
Del 26 de agosto de 1910 al 05 de septiembre de 1997
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Análisis grafológicos de personajes históricos (I)
Non-Fiction¿Qué desvela nuestra firma y nuestra caligrafía de nuestra personalidad? Aquí averiguarás lo que supuso la existencia de celebridades, a través de sus autógrafos y escritos.