My Time |Jeon Jungkook| Omegaverse

사십삼 - techo blanco

No había pasado ni un minuto desde que sus ojos se abrieron pero el sentimiento de angustia que la dominó al ver aquél techo blanco bañado por el atardecer la hizo sollozar ahogada en un miedo que hace mucho no sentía. Sus manos por costumbre fueron a parar a su vientre y fue cuando notó que en el mismo lugar se encontraba la mano de su alfa quien dormía junto a ella las lágrimas simplemente fluyeron.

-N-no quiero estar aquí- terminó confesando con profundo dolor -Perdón perdón perdón-.

Jungkook quién regularmente era difícil de despertar había permanecido en estado de alerta por lo que algo agitado y soñoliento abrazó a su persona especial -Tranquila-.

La joven madre trató de impregnarse del aroma de su pareja, lo extraño tanto, llevaba meses sin verlo, ella añoraba estar cerca, por eso fue a la pelea, su corazón le ganó a su mente, pero en cierta parte estaba triste y arrepentida -Te he dado un montón de problemas, lo siento-. El chico le liberó el rostro del cabello rebelde, acarició su mejilla con suma ternura y sonrió -Hay cosas que debía afrontar, ahora nuestra pequeña familia es mi prioridad Youngnnie-.

Ahora lloraba más porque tenía tantas cosas que decir -Me sentía muy sola... y tengo miedo, solo quería estar contigo-. Jungkook le regaló besos delicados, había pasado tiempo desde que se deleitaba de aquellos dulces labios; la entendía tanto, sus únicos pensamientos eran dedicados a ella y su bebé.

-No hubo noche que no te buscara en sueños- susurró en sus labios -Te desee cada celo, te busqué en cada rosa del jardín, te lloré cada vez que la luna estaba llena, pensé  que moriría de tristeza-. Aunque sabía que el Alfa estaba en plan coqueto, sus ojos no pudieron reparar en su rostro lastimado -¿Qué pasó con  la pelea?-.

-Empate- respondió abrazándola con cuidado -Hemos decidido no pelear, por el momento con todo lo que nos va a... rodear o afectar el concejo no precisará un combate donde su perfecto candidato ha cometido "pecados" imperdonables- revolvió su cabello agotado -Lo superaremos, no quiero que te preocupes por esto, no les hace bien- acarició su barriga con miedo de ser muy brusco.

-Estás muy herido- murmuró tratando de tatuar su aroma. Jungkook asintió -Jin-Hyung me curó y vendo, se ve peor de lo que se siente, Namjoon-Hyung también está descansando-.

-Me siento muy agobiada- le miró con tristeza -Solo pensaba en verte y no predije consecuencias, me dejé guiar por la bruja-.

-Hablé con ella, es una persona extraña, lamento haberte hecho vivir con ella por todo este tiempo, pero no teníamos muchas opciones- besó su mejilla -No te disculpes más amor, esto tenía que ocurrir en algún momento-.

-¿Y los reyes? Deben estar tan molestos-

Negó -Mamá y papá ya hablaron conmigo, claro que están decepcionados no puedo negar eso, pero, no fueron demasiado severos, durante este tiempo alejados les conté de nosotros... por lo que tal vez la noticia de nuestro bebé no les sorprendió demasiado-.

Wooyoung se sentía tan avergonzada -Su madre debe odiarme... -.

-No te odia... solo, será incómodo un tiempo, sabes que ella es algo estricta pero tiene un buen corazón- después de todo ella siempre había sido conocida por ser una reina benevolente.

-Hice un escándalo... las personas me miraron de forma horrible y nisiquiera sabían que era yo- bufó con frustración.

-Ya me encargué de los que te lastimaron, y si a otro estúpido se le ocurre hacer el amago de tocarte le irá peor- objetó con severidad. La pelinegra insistió -No quiero que manches tus manos por mí-.

El Príncipe ablandó su mirada -Sigues siendo demasiado buena para esas personas, he inclusive para mí-.

-Eso debería decir yo-.

En eso el tocar de la puerta interrumpió su charla, una cabeza se asomó por la puerta por miedo a interrumpir algo demasiado comprometedor, más la muchacha no pudo evitar soltar un grito de emoción al ver a la chiquilla

-¡Wooyoun-ah!-.

Los ojos de la aludida se cristalizaron llenos de emoción-¡Anhae!-.

La sirvienta mayor corrió a abrazar con ahínco a la pelinegra mientras lloraban. Habían pasado  casi dos años sin verse.

-¡Te extrañé mucho!-.

-¡Yo también!- la mujer del cabello corto limpió su rostro y se disculpó con el Príncipe por la escena -Tú niña ingrata, si no fuera por el Príncipe Jungkook no sabría nada de ti-. Rió con genuino sentir -Estoy muy feliz, seguramente su bebé tendrá un magnífico futuro-

-Muchas gracias-. Sonrió ante el buen deseo, no solía recibir ese tipo de palabras seguido.

-He traído algunos vestidos, son para embarazadas pero tenemos que elegir uno que no apriete demasiado tu pancita- dijo entrando un carro lleno de cajas que parecían carísimas. Confundida buscó respuesta en su alfa quién explicó -Llevas algunas horas durmiendo, mis padres quieren cenar con nosotros para hablar- rápidamente trató de excusar -Pero si aún no estás preparada podemos quedarnos y descanzar-.

Anhae extendió una caja de zapatos costosos a la muchacha -Es probable que estés en shock aún, pero si los reyes los ven juntos puede que cambien sus juicios ante ustedes-.

-¿Y el ministerio?-.

El rostro de su amado se volvió más frío -Con ellos... me arreglaré yo-. Eso no la tranquilizaba en ningún ámbito -Sé que te sientes abrumada por volver... no quiero obligarte a permanecer a mi lado, pero, mis padres no son malos, nuestros enemigos son el concejo ministeriales, pero Suga hyung y el resto están buscando formas para que podamos cortar lazos con ellos, sin embargo, necesitamos tiempo-.

Youngnnie le vió tan decidido y maduro, era tan diferente a la visión que tenía de el "Príncipe jungkook" cuando ella no era más que su sirvienta. Ahora se veía confiado, le entregaba su palabra, y ella podía confiar en él Jungkook actual, su pareja.

-Iré, me esforzaré- estaba asustada pero así como jungkook daba todo por su familia ella pondría todo de sí para quedarse junto a él.

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Gracias por la paciencia y por leer .