십칠 - Guerra

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Taehyung arrastró los pies con letargia hasta llegar a la hoguera vibrante, unos pasos detrás de él venían sus hyungs Hoseok y Seokjin con algunas tazas para servir algo de té para pasar un poco mejor esa fría noche. Los ojos almendrados del chico de piel más canela se fijaron en el joven que consideraba como uno de sus hermanos menores, tenía una manta gruesa sobre la espalda que previamente le había entregado Jin, la nariz algo roja debido al clima, y entre sus manos un papelito que hace unas noches tambien leía una y otra vez.

-Wooyoung-ah ¿te dió tu obsequio?-.

El príncipe de oro levantó la mirada mientras por mero reflejo escondía la carta -¿hm?- se hizo el desentendido.

-Que si Wooyoung-ah te dió su obsequio-. Repitió, aquél chico estaba muy raro, todos estaban mental y fisicamente agotados, iban ganando la guerra pero habían tenido bajas notables especialmente en las líneas de confrontación.

-¿Por qué sabes de eso?- frunció el ceño confundido mientras recibía  el tazón de té.

-¿Hablas de la caja musical?- cuestionó Hoseok tomando asiento junto a Taehyung -Era bastante bonita-.

Jungkook se sintió curioso -¿Por qué saben todos que me obsequió una caja musical?-.

Seokjin se apegó al menor -¿No es obvio? ¿Cómo crees que la consiguió?-.

El más risueño continuó -Ella se veía tan decidida, parecía un regalo simple y tal vez vulgar para un príncipe, pero nos dijo que habías observado aquella cajita con mucha ilusión-.

Jungkook asintió con algo de infortunio, no quería hablar de Wooyoung porque ya no resistía el dolor en el corazón que ello provocaba. El hermano mayor que estaba sentado a su lado les hizo un gesto al resto para que no le siguieran conversando del tema.

Seokjin era infantil, caprichoso y tenía la tendencia de ir contra la autoridad, siempre ha pensado que sus amigos los cuales considera sus pequeños hermanitos tienen derecho a hacer, decir y conseguir lo que le plazca, sin embargo, lo que Jung deseaba era algo prácticamente imposible de cumplir. Hace unas noches mientras descanzaban de sus actividades en el batallón, escuchó los sollozos del príncipe más importante y a la vez más desolado del Reino, fue tanto el pesar que cargaba que terminaron durmiendo juntos solo para calmar al alfa que en esos momentos no era más que un cachorro aterrado.

Le dijo que la culpa lo estaba carcomiendo lentamente, nunca había visto a un alfa tan poderoso arrepentirse de tal forma de haber pasado su celo acompañado. Qué había hablado con aquella alfa y ella le dijo que había insistido mucho en que se acostaran, por lo poco que recordaba ya no sabía si confiar en si mismo y su autocontrol, se sentía mal por Meredith, porque por un error pasional su nombre estaba manchandose. Y ni hablar de la carta de confesión que su querida sirvienta había depositado con tal cariño en aquél presente olvidado en la mesa de café, perteneciente a la misma joven que parecía haber perdido su semblante amable cambiandolo por uno de falsa cordialidad. Le quiere, no quiere mentir, pero el deseo que surgía no era el de un alfa a un aroma atrayente porque no existía tal escencia en la sub omega, tal vez era demasiado consciente de que era delicada como los petalos de las rosas y por más que quisiera decirle que también su corazón le pertenecía, no habría forma en que se les permitiera ser uno en vida. Seokjin abrazó al maknae tratando de consolarle, seguramente la situación que pasó sumándose la guerra en la que se encontraba y el estrés de ser el líder de un batallón estaban pasando la cuenta, despuésd de todo a sus ojos Jungkook seguía siendo un niño.

Su mente prontamente divagó entre el evidente dolor que sentía el más joven y alguna solución por más increíble que pareciera, los sabios del concejo probablemente han estado manipulandolo, quieren convertirlo en el máximo rey de Petran y por lo mismo son extremadamebte exigentes con él, ellos no eran la respuesta que buscaba, repentinamente su mente se iluminó soltando las palabras que podrían guiar de mejor forma al principito.

-La anciana del monte-.

El candidato a monarca de más edad suspiró volviendo a la realidad, sus amigos habían seguido inmiscullendose en la relación que incluía a una sub omega, principalmente porque en ellos no existía maldad ni pensamientos que disminuyeran a otras personas. Pero eso no era lo que el Reino prefería, y jungkook era probablemente el único de los principes que era "educado" día y noche por el concejo, seguía todas la reglas y en muy pocas ocasiones era castigado. Qué paradójico resultaba haber visto que él mismo era quién se flagelaba no solo de forma mental si no que también física, las marcas de latigazos en su espalda lo decían todo.

•'•

Wooyoung doblaba la ropa sobre la cama del amo que llevaba un mes fuera en aquella terrible guerra. No recibió cartas como en otras oportunidades, por supuesto  a ella no se le permitía contactarse de alguna forma con él, aunque pudiera haberle escrito una misiva probablemente no lo hubiera hecho. Con todo lo que ocurrió esa mañana donde su amado príncipe volvía lleno de lastimaduras provocados por su unión con otra mujer no tuvo cabeza para borrar de la faz de la tierra aquella nota y el regalo maltratado por su llanto.

Se dió palmaditas en la cara por que se sentía tan tonta ¡Qué mal momento se le ocurrió para confesarse! Ha sido lamentable, triste, todos los adjetivos que pudiera utilizar. 

Hace una semana había vivido una experiencia horrorosa debido a las órdenes de la bruja que decidía las labores de la servidumbre. Aún cuando su amiga Anhae les recalcó que el Príncipe Jungkook había especificado que no podrían molestarla ni menos pedirle que tuviera tareas fuera de la seguridad del castillo.

A oídos sordos y por una egoísta petición de la Princesa Meredith en compañía de su hermana, se le obligó a ir al pueblo a conceguir una extensa lista de utensilios, ropa, maquillaje entre otras cosas que las señoritas requerían con extrema necesidad. En aquella travesía que definitivamente era una sobrecarga para la sub omega, no solo tuvo que recibir insultos, golpes, amenazas y maldiciones de parte de la gente. Si no que cuando trataba de tomar un atajo de vuelta al reino un alfa le atacó.

Aquél hombre la lastimó, le tiró al suelo, a pesar de sus gritos y pedir clemencia nadie iba en su ayuda, el terror que sintió no era descriptible en simples palabras. Fue ultrajada, fue despojada de parte de sus ropas, tocada en lugares inocentes; aquello de lo que su monarca siempre le advertía y protegía estaba sucediendo.

Gritó tanto que su garganta ardía, era tan debil que su máxima fuerza no hacía frente a aquél terrorífico alfa. Fue azotada en el suelo para que silenciara sus plegarias y cuando poco a poco aceptaba lo que estaba a exportas de ocurrir, el hombre sobre ella se alejó bruscamente debido a que un alfa más fuerte le hacía frente.

Wooyoung sintió ansiedad solo de recordarlo, sostuvo sus propias manos tratando de abandonar esas memorias demasiado vividas.  Si Jimin y su guardia no hubieran estado cerca ella hubiera muerto, el sub alfa le rescató, la llevó al médico y se aseguró de que descansara. Estuvo en shock un par de días, no faltó mucho por que aquél violento alfa lograra tomar su cuerpo por completo. Todo el tiempo solo rogaba por que su príncipe le ayudara, solo quería pensar en la única persona que significaba su mundo, pero él estaba lejos.

Anhae entró a la habitación con la bandeja para cenar, solo ella tiene llaves del lugar.

-¿Aburrida? Ya casi no queda ropa que puedas ordenar- trató de sonar divertida mientras dejaba todo en la mesita correspondiente. 

-Me volveré loca si no hago algo-.

-El Príncipe Jimin dijo que debías descansar, no seas cabeza dura-  seguramente la esguince en su muñeca derecha y pie izquierdo aún dolían, la enfermera le había advertido que su cuerpo tardaba bastante en recuperarse.

Wooyoung sonrió ante su gesto de amabilidad, pero creía que entre más cosas hiciera, más ropa lavara y organizara ella podría limpiar un poco su persona.

Ambos se sentían sucios de cierta forma.




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Gracias por leer y por apoyarme










My Time |Jeon Jungkook| OmegaverseWhere stories live. Discover now